La tensa situación que se vive en la zona de la “Vieja Terminal”, que por las noches es ganada por la prostitución y la venta de drogas, derivó en la organización de un grupo de vecinos que se ha movilizado, realizado marchas y tomado la voz para visibilizar lo que pasa allí cada jornada.
El conflicto mayor se da en la zona delimitada por Gascón, Tucumán, Brown y Las Heras. Cada noche se puede observar merodeando por allí a personas que se prostituyen pero que, además, se dedican a la venta de drogas. Incluso se ha señalado que un local de Gascon casi Tucumán, donde antes había un almacén, fue usurpado y es utilizado como búnker narco.
Esta actividad lógicamente ha generado el merodeo de compradores de droga y cierta marginalidad, que ante la falta de efectivo comete pequeños robos en los comercios y a los peatones que transitan por la zona a cambio de dinero rápido. Esto, aseguran los vecinos, ocurre mayormente por la noche, aunque pasa a toda hora del día. Días atrás un anciano fue abordado por delincuentes a las 10 de la mañana.
No deja de ser curioso, aunque el dato acelera las más conspirativas versiones de los vecinos, que el barrio es uno de los que cuenta con la mayor representatividad de fuerzas policiales y del Poder Judicial. Dentro del radio se encuentra el edificio de Tribunales y diversos juzgados, y a las pocas cuadras, en Gascón y Entre Ríos, la Departamental de Policía. También a pocas cuadras, en Sarmiento entre Alberti y Gasón, la Policía Federal.
Pero nada amedrenta a estos delincuentes. Por las noches, el barrio se convierte en zona liberada. Y se pueden escuchar los gritos y las peleas típicas de las disputas por alguna zona más concurrida o por algún territorio que tiene su “dueño”. Nada se hace disimuladamente, la impunidad es total.
La situación fue progresivamente en aumento cuando la cuarentena extrema fue moderando sus restricciones. Si bien el de la “Vieja Terminal” es un barrio que tiene cierta historia con el tema de la prostitución callejera, la actividad aumentó desde mediados del año pasado hasta el presente. Durante la cuarentena, por ejemplo, fueron requisados varios hoteles del barrio, que estaban “cerrados” cuando en verdad albergaban a sujetos indocumentados que cometían múltiples robos por la zona.
Este presente fue el que motivó a los vecinos a organizarse. Primero fue un grupo pequeño, pero el cansancio hizo que muchos se sumen. Ahora se contactan por medio de un grupo de WhatsApp y organizan movilizaciones para llamar la atención. De esta manera lograron que autoridades municipales los reciban el pasado lunes, con el objetivo de interiorizarse sobre el tema.
El resultado de esto fue un aumento de la actividad policial durante las últimas noches, que derivó en la detención de un par de dealers. De todos modos los vecinos no se quedan tranquilos y prometen más escraches y movilizaciones hasta tanto la denominada “zona roja” no sea erradicada del barrio.