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Ya son demasiados problemas para un hombre que solo negocia con CFK y Massa

Entre la devaluación de una moneda cuyo valor se evapora tras cada medida frente al dólar, entre la marcha de los piqueteros oficialistas y la Sociedad Rural, entre Cristina Fernández y Sergio Massa, se acumulan los dilemas, que en cada uno de los casos debe soportar el presidente Alberto Fernández sobre quien además se acumulan pedidos de juicio político. Casi una cuenta regresiva abarrotada por una incuestionable pérdida de poder.

Alberto Fernández ya aceptó cambiar el gabinete y negocia con Cristina Kirchner y Sergio Massa para sumar al presidente de la Cámara de Diputados al gabinete.

En el Gobierno reconocen que hay ministerios que no funcionan y que no hay cohesión de equipo entre los 20 ministros, incluso de habla de fusionar carteras. Una fuente del Ejecutivo admitió a LPO que algunos ministros pueden tener virtudes de manera individual pero no como ministros, por lo que deberían ser reemplazados.

Si bien el presidente admitió que es necesario hacer cambios, su prioridad ahora es controlar la corrida del dólar, un tema con el que coincide con Cristina porque si la crisis se agrava se licuará el efecto de cualquier reformulación del gabinete.

Fuentes al tanto de las conversaciones afirmaron a LPO que Massa pide quedarse con el control Banco Central y Alberto no quiere ceder en ese punto. En el gabinete creen que el tigrense es un negociador nato que no romperá las conversaciones aún si no le entregan el Central. “Sólo ellos saben que están negociando, que de la anterior negociación quedo incumplido y que es lo nuevo”, afirmó a LPO una de las fuentes consultadas.

En el gobierno creen que los cambios no se harán con Silvina Batakis en Estados Unidos. La ministra estará de regreso en Argentina el miércoles por la mañana.

Si bien el presidente admitió que es necesario hacer cambios, su prioridad ahora es controlar la corrida del dólar, un tema con el que coincide con Cristina porque si la crisis se agrava se licuará el efecto de cualquier reformulación del gabinete, afirmaron a LPO las fuentes consultadas.

Como explicó LPO, los más pesimistas hablan de ocho días sin que el propio mercado precipite una devaluación. Algunos un poco más optimistas creen que se podría aguantar dos semanas.

En lo que si coinciden Alberto, Massa y Cristina es en evitar una devaluación. El nuevo relato en la cúpula del Gobierno es que hay que achicar la brecha entre el dólar oficial y las cotizaciones libres. No está claro como se consigue eso sin devaluar y en cuanto evita una corrección mayor del tipo de cambio, pero esa es la narrativa actual.

Como sea, el modesto objetivo del Gobierno es intentar reconstruir cada semana la autoridad presidencial con alguna medida o acción, ya que sin eso evalúan difícil lograr una estabilidad política y económica sostenible.

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