La aeronave despegó a las 19.57 desde el aeropuerto de Ezeiza. El viaje, que traerá las primeras 300 mil dosis de la Sputnik V, será directo y demandará alrededor de 16 horas. El avión Airbus 330-200, está especialmente modificado en su interior para el transporte de las vacunas.
El vuelo despegó a las 19.57 con el objetivo de trasladar las dosis de la vacuna con las que el Gobierno nacional prevé comenzar a inmunizar contra el coronavirus.
La ceremonia de despegue estuvo encabezada por el ministro de Transporte, Mario Meoni; la titular de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), Paola Tamburelli, y el presidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani.
Meoni, Tamburelli y Ceriani explicaron en conferencia de prensa detalles de la operación, que demandará en total unas 40 horas, incluidas las cuatro durante las cuales el avión permanecerá en el aeropuerto de Moscú, mientras se realiza la carga de las dosis.
“Las 300 mil dosis vendrán en la bodega del avión, en unos separajes que se llaman ‘termobox’, con un gel refrigerante al que también se le puede agregar hielo seco y que mantendrá durante 60 horas las vacunas a una temperatura de 18 grados bajo cero”, explicó Ceriani.
El titular de la compañía de bandera agradeció “la confianza que depositó en nosotros el presidente Alberto Fernández para llevar adelante esta tarea” y destacó “el trabajo conjunto que se realizó con el Ministerio de Transporte, la ANAC, Cancillería y el Ministerio de Salud”.
Tamburelli expresó su “satisfacción” por la “aprobación de este vuelo” y destacó que fue posible “por el trabajo de distintos sectores, que trabajaron para garantizar que la tripulación de este vuelo viaje con seguridad operacional, con seguridad sanitaria, segura de las rutas y de las variables de un vuelo con características muy especiales”.
Señaló que “hubo un gran trabajo de Aerolíneas, que trabajó codo a codo con nosotros” y agradeció el poder estar viendo despegar este vuelo “que es un paso de esperanza de lo que es la pandemia que estamos transitando y que aún nos queda por transitar”.
“Las 300 mil dosis vendrán en la bodega del avión, en unos separajes que se llaman ‘termobox’, con un gel refrigerante al que también se le puede agregar hielo seco y que mantendrá durante 60 horas las vacunas a una temperatura de 18 grados bajo cero”
PAOLA TAMBURELLI, LA TITULAR DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE AVIACIÓN CIVIL
Y Meoni remarcó la decisión de Fernández de “seguir cuidando la vida de los argentinos” y que este es “el primero de muchos vuelos que van a seguir trayendo vacunas para seguir protegiendo la vida”. Añadió que “todo está encaminado para que las vacunas lleguen en tiempo y forma a todo el país”.
Destacó la tarea de la ANAC en este proceso que culminó con el primer vuelo a Rusia, por “todo el trabajo previo realizado” y también la tarea desplegada por Aerolíneas Argentinas, indicando que “primero fue con la repatriación de argentinos del exterior, luego con el traslado de insumos desde China y ahora encarando esta serie de viajes para traer vacunas”.
El vuelo
El avión Airbus 330-200, especialmente modificado en su interior para el transporte de las vacunas, partió con dotación de 20 personas, compuesta por una tripulación de cuatro comandantes, cuatro copilotos y dos de “backup”, además de tripulantes de cabina y técnicos.
En el mismo vuelo que transportará las vacunas está previsto que regresen al país los integrantes de la comitiva del Ministerio de Salud, encabezada por la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti; la asesora presidencial Cecilia Nicolini y representantes de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), que se encuentran desde la semana pasada en Moscú como parte de las gestiones por la vacuna.
El vuelo a Moscú es directo y en calidad de lo que se denomina “ferry”, es decir, cuando la aeronave viaja vacía, solo con su tripulación de cabina e incluso técnicos de mantenimiento y de carga, según el caso.
Un vuelo en ferry puede ser utilizado para realizar traslados humanitarios, repatriación de ciudadanos, para cambio de un aeropuerto a otro para cumplir un itinerario, por desvío de la aeronave, para suplir cancelaciones, para la devolución al dueño de la aeronave o, como en este caso, para ir en busca de una carga específica.
El tripulante de cabina Gabriel Retes, quien forma parte del vuelo, indicó que “se trata de una operación complicada, con muchos factores y que fue cambiando a lo largo de los días”.
Entre esas posibles complicaciones, el tripulante de cabina mencionó desde la “parte técnica” hasta la “meteorología, las cargas, las rutas y los permisos de tránsito aéreo”.
Retes indicó, en declaraciones a radio La Red, que en esta ocasión “por pedido de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y en colaboración con los sindicatos”, la misma tripulación hará los dos vuelos, tanto el de ida como el de vuelta, cuando en circunstancias normales debería haberse programado un cambio de tripulantes.
El viaje de ida a Moscú demandará alrededor de 16 horas y arribará a la capital rusa a las 18:30 (hora local) de mañana, teniendo en cuenta la diferencia horaria de seis horas.
El tiempo de carga en Moscú aún no está precisado, pero se estima que el avión permanecerá entre cuatro y seis horas en el Aeropuerto Internacional Sheremétievo, donde deberá completar la recepción de las vacunas y cumplir con los trámites aduaneros.
Está previsto que el vuelo aterrice nuevamente en Buenos Aires el jueves 24 antes del mediodía, aunque las fuentes advirtieron que, debido a la compleja logística podría sufrir retrasos.
“Está todo encaminado para que el jueves 24 tengamos las vacunas en Buenos Aires”, sentenció Ceriani, y su posición fue avalada por Meoni, quien señaló que “las vacunas serán colocadas en las cámaras frigoríficas que se encuentran en Ezeiza y desde allí el Ministerio de Salud procederá a su distribución”.