La situación ya cansa. Así como pasa en muchos de los predios deportivos de los clubes de la ciudad, el que posee Alvarado en la ruta 88 no es la excepción y, en una semana, se sufrió el robo de cinco reflectores y un equipo de iluminación que no sólo significa una gran pérdida económica, sino que también condiciona los entrenamientos de las categorías formativas que entrenan por la tarde en el lugar.
Fue una semana muy dura para Alvarado. El jueves pasado, cuando el canchero se levantó para comenzar con sus trabajos habituales, se encontró con que faltaban dos reflectores de una de las canchas auxiliares donde entrenan las divisiones inferiores cuando empieza a anochecer. El domingo en horas de la madrugada, el encargado del predio vio a un individuo dentro del mismo, le gritó, intentó detenerlo, pero pudo huir y se llevó un nuevo reflector. Este jueves, justo una semana después del primer robo, al arrancar el día, se anotició de la falta de otros dos reflectores y del equipo de iluminación que los alimenta.
El esfuerzo de la Comisión Directiva para tener el predio en las mejores condiciones, de ofrecer más herramientas a las divisiones inferiores, con una iluminación adecuada para los entrenamientos cuando no hay luz natural, se ve derrumbado por estos actos delictivos que, lamentablemente, no son una cosa aislada, sino que se vienen sucediendo muy a menudo en varios clubes de la ciudad y es un golpe grande a la economía de las instituciones.