Hoy estamos con las chicas de la política, que también tiene sus historias, amigas de las roscas y ávidas de ascender en el escalafón de la política. Vilma sigue empujando y se hace fuerte, pero tiene mucha resistencia. Cristina Di Rado juega a las muñecas, y es fruto de varias operaciones, pero no tiene Norte, aunque le gusta Tigre y “Massita”. Urdampilleta de la UCR a ser una mujer de confianza de Alicia K. Asumió y ya le tomaron la dependencia.
De crónicas marcianas. La UCR está que arde, pero no por los K, sino por sus peleas internas. Las candidaturas en danza dan pasto a la comidilla política. Vilma con sus opciones se mantiene incólume, impulsada por Leopoldo Moreau y Ricardo Jano. Pero no perfora la interna en su propia ciudad, aunque la proyección sea estimada como favorable para ganar un lugar en la nominación por la quinta sección electoral, como aspirante a senadora provincial.
Una cuestión de mínima. Si arranca como “virtual senadora” puede bajarse para ser reelegida como concejal, una baraja que no le gusta, ya que quiere vivir en otros aires, según cuentan. Pero Moreau es una palanca que es resistente, en la UCR local. Lo ven con el discurso por un lado, pero con el alma en otro lugar, anda de mimos con las políticas K y comparte algunos quioscos en los dominios de Bossio. Por el lado de Vilma no son temores los que enfrentan si hay que competir con “Tato”, que insólitamente es apoyado por el hijo del ex presidente Alfonsín. Pero no hay negociación que cierre entre esas líneas.
Y hablan de piso. Aunque perfora hacia abajo la UCR, en cada elección tiene menos bancas en el Concejo, el 13 % no es un mal número suponen resignados cuando supieron estar en el orden del 60 %. Pero si ya se torna complicada esta mínima de expresión de cuadros radicales, cómo enfrentar conversación alguna con la Coalición Cívica, el FAP, con el GEN, socialistas y organizaciones sociales adentro. Escepticismo es lo que sobra, proporcional a la cantidad de aspirantes.
Cuando jugaba a las muñecas. María Cristina Di Rado, divorciada de Juan Garivoto, para que no haya confusiones, mantiene la debilidad de las muñecas. Pasó por todas las etapas, las supo tener de trapo en su infancia, la Yoli Bell en la adolescencia y las “Barbie” ahora, siempre se la ve tan coqueta que hasta parece una simbiosis. Pero en la política también ha sabido pararse, según la ocasión. Juancito la puso en carrera hace años y la señora hizo escuela.
¿Era ella o era otra? Entre los cambios de look y de veredas en la interna política, a veces hay que restregarse los ojos para saber si no estamos viendo una foto cambiada. En el Hotel Sasso, supo estar con Chiche Duhalde y Graciela Caamaño, paseó su elegancia junto a De Narváez, y una tragedia la hizo saltar del banco de suplentes a la titularidad.
Y no era tan fiel. Políticamente hablando fue la costurerita que dio el mal paso. Se pasó al bloque oficialista, tras jugar en el peronismo disidente, ahora levanta su brazo en la sesiones para apoyar al Frente Para La Victoria. Pero esto no es todo, por si pareciera poco. Parece que a Cristina quien verdaderamente la seduce es Sergio Massa, en cuyo vertebrado provincial está nada menos que su padrino político y ex marido Juan Garivoto. Tantas operaciones terminan confundiendo la identidad.
Esa foto ya trajo historia. En el momento que oficialmente se difundió la foto entre Pulti, Segarra y Daniel Rodríguez, mdphoy.com señaló cuántas Secretarías habría a cambio, en la misma publicación del encuentro en el despacho del intendente. Tan sólo una semana después, Alejandra Urdampilleta pasó a suceder a Fernando Gauna. “Fefe” ya no quería “lolas” en una cartera que tiene sus complicaciones en una ciudad donde se florean la indigencia, la pobreza y todos los problemas sociales que acarrean.
Un debut al rojo vivo. Urdampilleta comprobó en las primeras de su gestión al frente de Acción Social, que tendrá que lidiar precisamente con los sectores más duros del reclamo social, que no son precisamente las organizaciones que sostiene el gobierno, capitalizándolas políticamente con el clientelismo. “Fefe” se borró y Pulti buscó una línea directa con Alicia K. Esta historia recién comienza. Ya le avanzaron sobre su sede y la dependencia está tomada.
Pero es una mujer de Alicia. Acostumbrados a decir ese es un hombre de …, esta vez hay que afirmar que Urdampilleta es una mujer de Kirchner (Alicia). Una integrante de la Ko.Li.Na, atenta al desarrollo social, supo mutar desde el radicalismo, ser adherente a Lilita y terminar su conversión al kirchnerismo, ubicándose como mujer de confianza de Alicia Kirchner. Un arduo trabajo asistir al apellido según sea su suerte atada, o no, a la reelección de la viuda de Néstor.