Una previa cargadita de los camioneros en Playa Bristol y en bar de la Peatonal. Después vino el escándalo en Once Unidos. ¿Y el COPROSEDE, existe o era zona liberada? Hugo Moyano y la UFASTA. Facundo, benefactor de Alvarado.
Camioneros con tanques llenos. Los simpatizantes del “mosquito” Lazarte tuvieron una previa intensa, en la tarde de la bochornosa velada de Once Unidos. Bajaron a las 16.30 con su música, redoblantes, cornetas, banderas a la Playa Bristol, ataviados con sus clásicas remeras de Camioneros y Moyano Conducción, donde brindaron su show ante miles de turistas.
Y luego siguieron. En un conocido y tumultuoso bar/pizzería de la Peatonal entre Corrientes y Entre Ríos, donde no son raras las intervenciones policiales por peleas y enfrentamientos. Un lugar muy conocido por las refriegas, que los vecinos no dejan de observar con preocupación. Allí también exhibieron su despliegue rumbo al Estadio de Once Unidos.
¿Y el COPROSEDE? Apareció como pintado, desbordado e inexistente. Tanto rigor con el futbol, no fue capaz de prever que había en juego un titulo mundial en el Estadio de Parque Luro. ¿O esa era una zona liberada, del organismo Provincial de Seguridad Deportiva? Se le escapó a los responsables que era un espectáculo de alto riesgo.
Un flaco favor. Con este antecedente no sería extraño que la justicia deje afuera a Camioneros en la pelea por obtener el Club Comunicaciones en la Capital Federal. Hugo Moyano intentó mejorar su imagen y visitó varias universidades en el país, entre ellas la UFASTA de Mar del Plata. Ahora esa cuestión de imagen, fue seriamente perjudicada tras las tropelías de Lazarte y su parcialidad, entre la cual se encontraba Pablo Moyano.
Facundo, otro complicado. Unas horas antes del combate del escándalo la Prensa del Club Alvarado dijo haber obtenido el financiamiento del 60 % del presupuesto del jardín de infantes que funciona en la entidad de Peña y Jara. Pero esa vergüenza del viernes por la noche, borró otra buena acción, de quien viene por la presidencia de Alvarado.
No lo favorece la dinámica política. Fue el “Patón” Basile el que salvo de un “linchamiento” público al filipino que lo puso KOT al recolector de basura en el ring. El peso pesado de los camioneros cubrió con su cuerpo lleno de tatuajes al púgil desafiante que se llevó la corona. El “Patón” con su actitud hizo zafar de mayores consecuencias a la organización, hoy revisada por organismos mundiales de boxeo con muchas ganas de sacarnos la roja para organizar otros combates en el futuro. Perdió Mar del Plata.