Un candidato comprometido. El ingeniero Carlos Cheppi a juzgar por sus declaraciones, piensa mantener su candidatura a intendente, hasta la última instancia. Pero después de la experiencia del 2007 y Tettamanti, Segarra, Rodríguez y Serebrensky, uno puede dudar de las reales intenciones de Cheppi, quien para colmo agrega que es un soldado de la causa kirchnerista, con lo cual abre un interrogante, con experiencias testimoniales como las hubo.
No caer en el desánimo. Al candidato del Frente Para la Victoria, que parece ser el más oficialista, ya que Diego Garciarena es un trasplantado político, lo animan algunas mediciones que llegan a mesa de trabajo. Cheppi según últimos sondeos sabe que la imagen de Pulti ha caído en los ritmos meses de un 70 % a 53 %, son 17 puntos porcentuales, y es una caída sensible.
Igual hay un abismo. Claro que continúan siendo abismales las diferencias. Y para llegar a ser el intendente peronista que Cristina sueña, hará falta algo más que llevarla en su boleta. Fares no pudo complacer a CFK y uno de los errores (se reconoce) fue haber instalado su candidatura 90 días antes de las elecciones en 2007, midiendo sólo 5 %. A Cheppi lo sacaron a la cancha con una parafernalia de cartelería pública, como para ir curándose en salud.
Pero los antecedentes no ayudan. La ciudadanía marplatense siente especial rechazo por los candidatos del P.J.; Demarchi, Sanguinetti, Garivoto, Pettiggiani, Freijo, Dell Olio y Fares supieron de esto que es prácticamente una regla electoral de la Perla del Atlántico. Para Cheppi es remar en el dulce de leche, y repostero para ser más claro. Cheppi también tendrá superar otra valla, todos los intendentes desde 1983 repitieron su mandato, excepto Russak pero que igual había sido intendente del Proceso de Reorganización Nacional.
Son demasiadas contras. Cheppi ha escuchado seguramente demasiado a Daniel Rodríguez, que no ha logrado construir el peronismo que el quiere, le gusta o pretende, es casi una utopía que lo logre cuando no puede ir ni a jugar al Casino Central. El ex sindicalista ha sido favorecido al incluirse en las listas sábanas, pero nunca lideró un proyecto que lo tenga como candidato. Cheppi ha comprado lo de la fórmula propia y la fuerza propia. Su cercanía al ex presidente, un técnico militante, su formación y otras cualidades personales, serán necesarias para salir airoso. Pero “Será difícil dijo Altuna, que al chancho le salgan plumas”, un dicho campero que seguramente Cheppi no desconoce.
Tienen mucho para crecer. A los saltos y a los codazos, se abrieron camino y aspiran alcanzar la estatura política de su jefe. En los últimos meses, han cobrado cada vez mayor protagonismo y han crecido en su despliegue, pero siempre en un rango bajo, la siguen peleando tanto en el Departamento Ejecutivo como en el Concejo Deliberante.
No han tocado su techo. Entusiasmados por ser considerados nuevos cuadros políticos, no desmayan en su trabajo y se esmeran para llegar a la altura de su máximo referente. Pero han comenzado a recibir miradas de recelo, de desconfianza y es bastante común que los desautoricen. Pero van y van, y eso tiene su premio. Uno de ellos, en el Concejo es espía del intendente y muchos callan cuando ella, que es Debora, oye. Mientras tanto “Santiaguito” vive jornadas cargadas de trabajo y extraña la paz del Concejo, pero saben junto a Debora, que para crecer en la política, se necesitan esfuerzos de gigantescos.
Hay un embargo en la ARM. Los cuestionamientos a la Agencia de Recaudación Marplatense, han sido frecuentes en el marco de la situación económica financiera de la Municipalidad. Una batería de medidas, planes de facilidades de pago, operativos, cruces de datos con ARBA y la AFIP, pero nada, tampoco con la privatización del recupero de deudas. No aparece la plata que dicen que se recauda, pero hay un embargo. ¿Un embargo? Si, pero del corazón.
Siempre golpea la puerta. La cuestión es que se ha complicado una relación que venía viento en popa, ha encontrado algún tropiezo y ya no es todo color de rosa, viviéndose por ahora una comedia de verano, una obra “Zulma” de Tinelli o Ileana Calabró en su versión boba. Recaudar no recauda lo que necesita Mariano en la Secretaría de Hacienda, pero hay un embargo del corazón. Una historia que ha comenzado a trascender.