Las malas condiciones meteorológicas complican los trabajos de búsqueda del submarino argentino ARA San Juan, desaparecido desde el pasado miércoles con 44 tripulantes a bordo. Un temporal con olas de más de cinco metros y vientos de 75 kilómetros por hora dificulta el rastrillaje por mar y obliga a concentrar los esfuerzos en la búsqueda aérea. Aviones de las Fuerzas Armadas argentinas, con apoyo de otros países, trabajan para localizar al submarino, cuya última posición conocida fue a unos 432 kilómetros de la costa patagónica argentina.
“La altura de las olas, sumado a lo poco que aflora del submarino, el color negro de su pintura, lo delgado del perfil de la vela y el estado de mar están complicando mucho la detección tanto radial como visual”, declaró el portavoz de la Armada argentina, Enrique Balbi, en su último parte de prensa.
A última hora del sábado se abrió una ventana de esperanza en la búsqueda de los 44 tripulantes, después de que el Ministerio de Defensa anunciase que se habían detectado siete llamadas satelitales. Las comunicaciones “no llegaron a enlazar con las bases y se trabaja para establecer la ubicación precisa del emisor”, según informó el Gobierno de Mauricio Macri. Los intentos fallidos se realizaron entre las 11.00 y las 15.00 de este sábado y duraron entre cuatro y 36 segundos.
Hasta el momento no se ha podido confirmar el origen de las llamadas. “Todavía no tenemos una clara evidencia que hayan provenido del submarino San Juan, así que se continúan analizando”, declaró a los medios el jefe de la base naval de Mar del Plata, Gabriel González, cerca del mediodía del domingo.
El submarino tiene su apostadero en esta ciudad situada 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, donde han peregrinado los familiares de los 44 marinos desaparecidos en busca de noticias y de contención. El Ministerio de Defensa no ha hecho público un listado con los nombres de los tripulantes, pero la mayoría ya son de conocimiento público por las declaraciones públicas de las familias, que siguen con angustia todas las novedades. El capitán del submarino es Pedro Martín Fernández, casado y padre de tres hijos. La única mujer a bordo es Eliana María Krawczyk, la primera oficial submarinista de Sudamérica.
La búsqueda del submarino es una causa nacional. La principal hipótesis de la Armada es que la nave tuvo un problema eléctrico y por eso perdió su capacidad de comunicación. Ha descartado, por el momento, un incendio a bordo, y confía en que el ARA San Juan esté aún en movimiento, navegando hacia su puerto de arribo, tal como establece el protocolo para estos casos.
El submarino salió de Usuhaia, en el extremo sur del país, el pasado lunes, tras participar de un ejercicio de la flota de mar. Cuando emitió su última coordenada, la nave realizaba trabajos de control de pesca ilegal a unos 400 kilómetros de la costa, a la altura del Golfo San Jorge, entre Puerto Deseado y Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina. Su llegada a Mar del Plata estaba prevista para este domingo, pero podría retrasarse uno o dos días por el mal tiempo, según anunció el portavoz de la Armada argentina. Balbi dejó claro que el buque “lleva víveres para 15 días más, que en un caso extremo se pueden extender”, por lo que descartó que sea un problema de supervivencia.
La Armada ha peinado ya por aire más del 80% de la zona donde podría estar la nave, por ahora sin resultados. Cuenta para ello con dos corbetas, un destructor, un avión Tracker y un B-200 de vigilancia. Ha aceptado además la ayuda ofrecida por Estados Unidos, Reino Unido, Chile, Brasil y Uruguay. La búsqueda se realizará con condiciones meteorológicas adversas hasta el próximo martes, cuando se espera una leve mejora.