Gabriel Catuogno, Miguel Angel Báscolo y Ferecico Ecker contaron que “la idea se gestó como una manera de seguir estrechando vínculos de amistad, conocer lugares de nuestra hermosa geografía Argentina, comprobar nuestro amor propio, constancia y nivel mental y físico en una instancia diferente y mas exigente y por último el de llevarles dos mensajes a los más jóvenes”.
En este sentido enumeraron primero que “llevando una vida sana y con la práctica constante y ordenada de un deporte les será mucho más fácil el asumir y confrontar todos los devenires que se le presenten en la vida y segundo, mostrarles la vigencia de los mayores”.
En cuanto a los botes utilizaron en esta pequeña aventura náutica, indicaron que “ son los de madera ,denominados Clinker (denominado así por su forma en el casco, formado con tablitas encimadas) con Cuatro remeros, con remo largo y un timonel”.
Cabe señalar que el Grupo de Master estuvo integrado por Juan Martín Díaz de Astarloa, Miguel Angel Báscolo, Héctor Luis Caniggia Christin, Gabriel Catuogno, Gustavo Denapole, Federico Ecker, Sergio Monopoli, José Muguerza, Ricardo Pathenay y Roberto Spicacci.
Resalaron que la edad del equipo “estuvo entre los 44 a los 70 años” y que fueron “tres largos meses los que nos llevó de entrenamiento y a adaptación a los botes, accesorios y remo”.
“También y en forma paralela se iban realizando todos los trámites y preparaciones necesarias, ante nuestro Club, la Prefectura Naval Argentina, y la Asociación Argentino de Remo Aficionado, etc. Entes a los cuales agradecemos toda la ayuda y el apoyo que nos brindaron”.
Al referirse a detalles de la Travesía en sí, recordaron que “remamos 15 horas. Nos dolían las piernas, la cintura, los brazos, las muñecas, se nos lastimaron las manos, pero el esfuerzo valió la pena y que nos demostramos que si ponemos esfuerzo y corazón, muchas cosas son las que se pueden lograr, y la edad no cuenta. Nuestra cabeza le ganó al cuerpo y no nos dejamos vencer”.