Otra vez la pérdida de un camarada integrante de nuestra institución, la policía de la provincia de Buenos Aires, brutalmente asesinado por la barbarie desatada de una delincuencia que goza de todas las garantías para pagar las culpas por sus actos de la forma más llevada posible o en la mayoría de los casos no pagarla.
Otra vez fue la ciudad de Mar del Plata el escenario de los hechos, jurisdicción que históricamente con el asesinato alevoso del Sargento WALTER JAIRO BARRERA, suma ahora CINCUENTA Y CUATRO POLICÍAS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES CAÍDO EN CUMPLIMIENTO DEL DEBER.
Otra vez el dolor, la impotencia, la certeza que este como los cientos de delito de todo tipo que azota a la ciudadanía bonaerense tienen directos responsables en la clase política que destruyó el sistema de seguridad ya hace algunos años, en los que los siguieron en los gobiernos, comprendiendo a los tres poderes del estado que por acción u omisión lo permitieron, de la oposición que por causas que se ignoran apoyo esa locura, en los que lucraron y lucran económica y políticamente con un discurso sobre seguridad que ya nadie cree, de los que informan parcial o comprometidamente, y de una sociedad que no alcanza a despertar para reclamarles a todos por sus culpas.
Otra vez el comprobar la mentira del mensaje del compromiso de nuestra clase política y de los apañadores “medios de información”, sobre su preocupación por la inseguridad ciudadana, una vez más han quedado en evidencia y sus propios nervios los traicionan en la exposición pública.
Otra vez hemos sido sorprendidos por declaraciones radiales de un funcionario de la justicia, en este caso el fiscal JUAN PABLO LÓDOLA, interviniente en la causa y evidentemente lejos de encontrarse a la altura necesaria para desempeñarse en tan delicado cargo, llegando a sorprender hasta a la periodista de línea y medio oficialista al mencionar que el hecho “podría haber sido mucho más grave”, de lo que se deduce que el asesinato alevoso de un funcionario público en el ejercicio de sus funciones, el robo violento con armas y en banda, el maltrato y lesiones a las víctimas del mismo y un tercero con gravísimas lesiones, en su parecer resultan cuestiones de poca monta.
Otra vez la caraduréz y poca vergüenza del intendente municipal del Partido de General Pueyrredón, contador GUSTAVO PULTI, que como ya lo hizo en otras oportunidades, pretendió eludir y al mismo tiempo cumplir con su obligación de concurrir al velatorio del efectivo asesinado, haciéndolo a las dos de la madrugada, tal como lo hacen los delincuentes al buscar el cobijo de las sombras de la noche, acompañado de su secretario de seguridad, el mentiroso ADRIAN ALVEOLITE, pensando que a esa hora solo encontraría familiares que en su dolor aceptarían el saludo de compromiso mansamente, pero sin contar que la guardia policial siempre se encuentra despierta y su gesto hipócrita nunca borraría de la memoria de cualquier policía de la Provincia de Buenos Aires, las veces que públicamente a denostado a la institución y sus miembros, el destino nunca explicado de los cuantiosos fondos para seguridad que recibió su administración del Gobierno Nacional sin que se supiera en gran parte su destino, y la calificación de “falta de compromiso” con que aludiera también públicamente al referirse a los integrantes de nuestra fuerza policial, lo que produjo que inmediatamente alguien le hiciera saber que no era bienvenido, que podía haberse ahorrado el viaje invitando a ambos funcionarios a retirarse, por su actitud hipócrita e interesada desde lo político, con el agregado de una variedad de insultos que dejaba en claro en que concepto eran tenidos en ese ambiente de duelo.
Otra vez se notó con verdadero asombro que encontrándose en la ciudad el propio gobernador DANIEL SCIOLI, no alcanzo a hacer tiempo ni siquiera para acercarse al lugar del velatorio a saludar a los familiares del caído, ni acompañarlos en el momento del sepelio, seguramente las actividades programadas para la visita o el empeño de pintar todo lo que se pueda cruzar de color naranja, incluyendo los patrulleros le ha impedido estar
presente en lo que debería ser un verdadero compromiso para un gobernador, ya que la fuerza policial en la que se incluye al Sargento WALTER JAIRO BARRERA, que dio la vida en la defensa de desconocidos, en el cumplimiento de su función de policía, le es subordinada.
Otra vez se notó la ausencia, como en otras oportunidades del Ministro de Seguridad ALEJANDRO GRANADOS, también sin explicación pero claramente demostrativa del poco interés que el funcionario de tan alto nivel tiene en consideración a los que de él dependen.
Otra vez la ausencia en el sepelio de cualquier tipo de autoridad política del orden nacional, provincial o municipal, de representantes de las entidades que siempre reclaman mayor esfuerzo a los trabajadores policiales, de los medios de prensa, aunque localmente prácticamente todos no se apartan de la línea oficialista y su discurso.
Otra vez fue la familia policial solamente acompañadas por entidades oficiales afines, familiares del caído, vecinos, y algunos particulares los que asumieron la despedida de nuestra camarada al ingreso a su último lugar de descanso, igual no nos sentimos solos, tenemos la tranquilidad de conciencia que los ausentes no pueden demostrar, de allí sus culpas.
Nos queda al menos la tranquilidad que nuestro camarada, como ha ocurrido en alguna otra oportunidad no fuera velado en el recinto del Concejo Deliberante local, porque siempre hemos insistido en que nos parece impropio que ocurra algo así en un lugar ocupado por quienes en grandísima mayoría nunca han apoyado la tarea policial ni se han interesado en la condiciones de trabajo del personal policial, ni concurren, salvo contadísimas excepciones al acto en que anualmente se recuerda a los policías caídos en el cumplimiento del deber. Día llegará en que para ese fin, que quiera Dios no se repita, pero llegado el caso de ocurrir se utilicen las instalaciones del Complejo Policial Juan Vucetich, y allí estaremos en casa, con nuestro dolor y nuestras lágrimas, en familia e institución, más que nada por aquello que por lo repetido no deja de tener vigencia: “Mejor solos que mal acompañados”.
APROPOBA
MIGUEL ÁNGEL REYNOSO
Secretario General
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yo vivo a metros del hecho…mi madre por minutos no fue alcanzada por el drama.ya que estuvo en el rapipago pagando un servicio, mi hijo va al colegio ayelen a solo 50 metros del tiroteo no murió un chico del colegio o un padre de milagro, a mi elevaron a juicio por salvar una familia en una situación similar ya que como no me mataron en el hecho y el muerto fue el ladrón ,….ahora yo soy un asesino..me arruinaron económicamente ya que ahora necesito que un abogado penalista me ayude a resolver mi drama………ahora digo yo …por que no van los fiscales o el intendente o el juez a explicarle al hijo de Walter Barrera que su papa fue asesinado seguramente por “jóvenes” con prontuario que son dejados en libertad por que ellos tienen derechos….!!!!!…. y ….
Walter Donoso
Gracias Walter por el comentario