El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, convocó la semana pasada a los laboratorios proveedores de vacunas contra el coronavirus del Estado nacional, y a aquellos que se encuentran en plena negociación para la adquisición de las mismas, a que concurran mañana a las 10hs a informar de sus gestiones ante los legisladores nacionales.
Desde la Cámara baja adelantaron que fueron convocados los representantes de Sinopharm de China, el Instituto Gamaleya de Rusia -que produce la vacuna Sputnik V y con quien el laboratorio argentino Richmond acordó la producción nacional de esta-, el Fondo Covax y el Serum Institute de la India, que elabora la vacuna Covishield con el componente creada entre AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
Además, Moderna, Johnson & Johnson y Pfizer, con quienes el gobierno nacional viene trabajando en un acuerdo para la compra de sus vacunas, indicaron que participarán del encuentro de forma virtual.
La reunión, en la que las empresas rendirán cuentas y adonde los legisladores podrán realizar preguntas, será también televisada en directo.
Por su parte, AstraZeneca, el laboratorio que mayor cantidad de vacunas adeuda entregar al Estado y al que mayor cantidad de pagos les fueron girados, manifestó que entregará un escrito.
Mientras que los legisladores que participarán de forma presencial serán los presidentes de los bloques y las autoridades de las comisiones de Legislación General y de Salud, entre los que se encuentran Cecilia Moreau, Pablo Yedlin, Paola Vessvessian, Hernán Pérez Araujo, Karim Alume Sbodio, Bernardo Herrera, María Luisa Montoto y Estela Mary Neder, y por la oposición estarán Carmen Polledo, Claudia Najul, Eduardo Bucca, Carla Carrizo, Karina Banfi y Rubén Manzi. A la vez que el resto de los legisladores podrán hacerlo de forma virtual.
Pfizer y la obsesión opositora
La oportunidad será especial para dilucidar la posición del laboratorio Pfizer, cuya vacuna fue la primera en aprobarse en Argentina pero aún no han alcanzado un acuerdo para la provisión de las mismas.
La semana pasada, el jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, tildó de “visitadores médicos” a los dirigentes políticos de la oposición que han tomado a Pfizer como una cruzada contra el plan de vacunación del gobierno y, ante el Senado, expresó: “Qué mala fe tiene que existir para no reconocer el contexto global en el que se está dando la distribución de vacunas en todo el mundo”.
Mientras que el presidente Alberto Fernández declaró que “siento que hubo más obstáculos que puso Pfizer para no firmar el contrato que los que pusimos nosotros, porque sabían que no podían cumplir”, en una entrevista por YouTube.
Lo cierto es que Pfizer ha incumplido reiteradas veces sus acuerdos en numerosas partes del mundo. A fines de enero, por ejemplo, el gobierno canadiense debió retrasar por varias semanas su campaña de vacunación debido a que la empresa debió postergar sus entregas por interrupciones en la fabricación de vacunas que realiza en Bélgica, según argumentaron. Retrasos que se dieron también en Panamá, México, Ecuador e Italia, entre varios otros.
Mientras que en abril, el gobierno sudafricano se echó para atrás en las negociaciones con Pfizer por los términos “difíciles ya veces irrazonables”, según declaró el ministro de Salud, Zweli Mkhize. De acuerdo al gobierno, el laboratorio pretendía que pusieran activos soberanos que garanticen una indemnización contra el costo de cualquier caso legal futuro.