El primer chocolate de celebración del Día del Amigo en 2017, el designado Gabriel Mestre lo celebró en el Hotel Hermitage, respondiendo a una invitación de Florencio Aldrey Iglesias. Mestre aún no había asumido como obispo marplatense ni se había entrevistado con el Papa Francisco tras la designación. No se rompía ningún protocolo en ese sentido, estaba preservado. Además, hay muchos lazos entre estos dos excluyentes protagonistas en la ciudad, muchos de ellos también relacionados al manejo de recursos, públicos y privados, que vinculan también a un escribano allegado a las partes.

No en vano el calificado diario digital www.latecla.com.ar publicó que “Desde el Vaticano sospechan de una operación elucubrada entre Mestre y un multimedios de la ciudad (en obvia alusión a La Capital) para obstaculizar cualquier reemplazante foráneo a la diócesis y dejar a Albóniga como responsable”. 

Hoy no debería no debería extrañar lo que ha sucedido en torno a Mestre, aunque con mensajes enclaustrados, es posible acceder al conocimiento de varios episodios, que tienen contacto directo al controvertido dignatario que no escapó la red de información que circula en el ámbito más reservado y confidencial de Jorge Bergoglio.

“Impregnado, muy probablemente, por las señales que se emiten desde el Vaticano, monseñor Gabriel Mestre se mueve como un discípulo acorde a Su Santidad, el Papa Francisco, quien no deja oportunidad de marcar su impronta en señales y mensajes políticos, especialmente hacia nuestro país. Ya el cardenal Jorge Bergoglio, desde sus hábitos era un asiduo conocedor de las unidades básicas porteñas, en especial en el Barrio de Flores. No son pocos los analistas  políticos nacionales, que afirman que en la actualidad ir al Vaticano en algunos casos, es como ir a ver a Juan Domingo Perón en Madrid en la décadas de los ´60 y ´70”, adelantaba mdphoy.com en muchos de los anticipos del derrotero de Mestre, que era ostensiblemente lejano a la liturgia que debe abrazar los cánones de un misionero religioso.

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