Una mujer de Coronel Moldes, una localidad cordobesa del departamento de Río Cuarto, asegura que quedó incapacitada tras recibir una dosis de la vacuna AstraZeneca contra el Covid y ahora demanda a la farmacéutica y al Estado argentino en mas de 100 millones de pesos. Se trata de la primera denuncia individual en el país por los posibles efectos adversos de la inoculación contra el virus Sars-Cov-2, que fue aplicada en Argentina a unos 22 millones de personas. Días atrás, la firma retiró del mercado estas vacunas tras reconocer posibles efectos adversos, como trombosis.
De acuerdo con el relato de la denunciante que publicó el medio local Puntal, el 4 de enero de 2022 la mujer, llamada Flavia Ochoa (39), fue hasta el vacunatorio de Coronel Moldes, a 75 kilómetros de Río Cuarto, para aplicarse la tercera dosis de la vacuna contra el Covid-19. Las dos primeras que había recibido habían sido de Sinopharm y no le generaron ninguna reacción secundaria. Ese 4 de enero le tocó AstraZeneca.
A la tarde del mismo día, de acuerdo con el relato de Ochoa que figura en el expediente, “comencé con calambres fuertes, se me aflojaban las piernas, luego me tuve que acostar temprano por los fuertes dolores que padecía, al otro día no pude ponerme de pie, me caí en peso muerto, tuvo que levantarme mi pareja”. La mujer consultó a su médica de cabecera y le dijo “que podía ser un efecto adverso de la vacuna que me había inoculado, pues cuando acudí al hospital de mi pueblo me confirmaron que se trataba de una reacción a la vacuna y me suministraron decadrón y diclofenax, para mitigar el fuerte dolor que sufría”.
La situación no mejoró. Y el 10 de enero de 2022 Flavia Ochoa fue derivada a un sanatorio privado de Río Cuarto donde le realizaron múltiples estudios y le diagnosticaron síndrome de Guillain-Barré con cuadriparesia.
En ese momento le advirtieron que al menos permanecería dos meses en silla de ruedas, pero pasaron más de dos años y continúa igual. “Hasta la fecha estoy con rehabilitación y sin movimientos de las piernas, caminando con andador, quedé con movilización de los miembros superiores, pero persiste la extrema debilidad en los miembros inferiores”, explicó la denunciante en el expediente.
Denuncia
Ochoa radicó una denuncia en la Justicia Federal de Río Cuarto, asesorada por su abogado Pablo Roca. Éste comentó a Puntal que “por lógica jurídica, el que debe responder es el causante del daño; en este caso, entendemos que es el laboratorio”. Y aclaró: “También se demandó al Estado nacional por un imperativo legal. Pero entendemos que AstraZeneca es quien debe responder”.
De todos modos, aclaró Roca, “para denunciar a AstraZeneca tuvimos que superar una muralla jurídica que interpone la Ley de Vacunas que establece que no se puede accionar contra el laboratorio o productor de la vacuna”.
El descargo
Por su parte, representantes de AstraZeneca para el Cono Sur respondieron sobre la denuncia que “no realizamos comentarios sobre litigios en curso”, aunque “extendemos nuestra más profunda solidaridad con cualquier persona que haya perdido a un ser querido o haya informado problemas de salud. La seguridad del paciente es nuestra máxima prioridad y las autoridades reguladoras cuentan con estándares claros y estrictos para garantizar el uso seguro de todos los medicamentos, incluidas las vacunas”.
“A partir del conjunto de pruebas obtenidas en ensayos clínicos y datos del mundo real, se ha demostrado continuamente que la vacuna AstraZeneca-Oxford tiene un perfil de seguridad aceptable y los reguladores afirman sistemáticamente que los beneficios de la vacunación superan los riesgos de posibles efectos secundarios extremadamente raros”, indicaron. Y sumaron: “Según estimaciones independientes, se salvaron más de 6.500 millones de vidas mundialmente en el primer año de uso de la vacuna y se suministraron más de tres mil millones de dosis en todo el mundo, impactando positivamente en el control y manejo de la pandemia”.
No obstante, como se ha dicho, días atrás el laboratorio admitió a través de documentos legales que su vacuna contra el Covid-19 podría desencadenar un efecto secundario raro en un número limitado de casos en pacientes que hayan recibido el fármaco, según consignó la prensa británica. La compañía farmacéutica lo admitió en el marco de un juicio por una demanda colectiva presentada en Reino Unido en contra del inoculante.
Síndrome incapacitante
El síndrome de Guillain-Barré, que padece la mujer que demanda a la farmacéutica, es una enfermedad neurológica que incluye un conjunto de trastornos autoinmunes caracterizados por una parálisis progresiva de las extremidades con disminución marcada o ausencia de reflejos a causa del ataque del virus al sistema nervioso periférico.
Hasta el momento, no hay una cura para el síndrome de Guillain-Barré, pero varios tratamientos pueden aliviar los síntomas y reducir la duración de la enfermedad. La recuperación puede tardar varios años y la mayoría de las personas pueden caminar otra vez seis meses después de que hayan comenzado los síntomas. Algunos pacientes pueden tener efectos persistentes, como debilidad, entumecimiento o fatiga. (DIB) MM