La empresa marplatense Bonano es la responsable del desarrollo del equipamiento para la conservación de temperatura de las vacunas contra el COVID-19, desde que salen de la bodega del avión hasta la cámara de frío ubicada en el aeropuerto de Ezeiza.
Por la época del año, se prevé que la temperatura de la pista de aterrizaje ronde entre los 40º a 45º mientras que las vacunas deben estar refrigeradas entre -2º y -18º.
De acuerdo a lo informado por la firma, otros países de Sudamérica han consultado por este desarrollo local, siendo el primero de este tipo en la región.
Daniel Bonano, presidente de la empresa, informó que “en septiembre se comunicó la gente de Aeropuertos con nosotros para ver cómo hacían para bajar de la bodega del avión los pallets de vacunas por la diferencia de temperatura”.
“Nosotros preparamos lo que es una carrocería térmica para poder trabajar con temperaturas entre 2 y 18 grados bajo cero. Ya nos han contactado personas desde Uruguay para algunas unidades de este tipo, al igual que de Perú y Ecuador ya que no habría nada parecido en Sudamérica”, agregó.
Por su parte, Fernando Muro, secretario de Desarrollo Productivo e Innovación, destacó que “una vez más el trabajo y la industria de los marplatenses al servicio, aportando innovación y soluciones de gran valor ante esta situación inédita a nivel mundial, es un orgullo para todos”.
Asimismo, señaló que “esta empresa fue la primera que se radicó en el Parque Industrial Gral. Savio, por lo que vio como fue creciendo el polo del Partido”.
Muro recordó que además de Bonano, otra empresa local -también radicada en el Parque Industrial- tiene una participación fundamental en la vacuna contra el coronavirus. GIHON Laboratorios es la responsable del desarrollo del Thimerosal, un conservante que se utiliza en la primera vacuna anti-COVID aprobada a nivel internacional.
