Si bien ejemplos actuales de películas de gángsters hay muchos, el género tuvo su cima en las décadas del 30 y del 40, y obtuvo una revitalización en la década del 70, con El padrino como máxima expresión. Abriendo la década, los franceses, que han hecho relectura de casi todos lo géneros de Hollywood -por más que renieguen- ofrecieron con Borsalino un buen ejemplo de este tipo de películas.
El film, dirigido por Jacques Deray y protagonizado por Jean-Paul Belmondo, Alain Delon, Catherine Rouvel y otros, será la propuesta que hoy a las 18 se podrá ver en el marco del ciclo El otro cine, que presenta el Grupo Cinecos. La proyección se realizará, como es habitual, en la Sala Nachman del Auditórium (Boulevard Marítimo 2280).
Las acciones de Borsalino transcurren en Marsella en los años 30. Allí, dos mafiosos de poca monta unen sus fuerzas en diversos negocios, vinculados con carreras de caballos, peleas, entre otros delitos. Sin embargo, cuando decidan trabajar por su cuenta generan el resquemor de los grandes capos de la mafia. De allí, la aventura.
Sin más ambición que el entretenimiento, Borsalino es una películas de tiros y escapadas. Nada más que eso. Y no está mal. El cine francés ha brindado muestras de poder ejecutar los géneros como lo hace Hollywood, y este es un ejemplo. Hay alguna referencia a la amistad, el vínculo entre hombres, pero es lo de menos. Una de acción.