Cientos de simpatizantes de organizaciones sindicales y sociales y partidos de izquierda se reunieron ayer frente a la embajada de Cuba en Buenos Aires a partir de la convocatoria a dar un “abrazo solidario” a la delegación diplomática, en respuesta a las protestas opositoras que se registraron el domingo en la isla, y se cruzaron en el lugar con una concentración de respaldo a los manifestantes cubanos y por ende antigubernamental.
La cuadra de la calle Virrey del Pino al 1800 donde está la embajada, en el porteño barrio de Belgrano, estaba ocupada por completo, pasadas las 17, por una multitud militantes con banderas y pancartas de la Conferederación de Trabajadores Argentinos (CTA), Partido Comunista, Espacio Puebla, Movimiento Territorial de Liberación y Barrios de Pie, entre otras organizaciones.
También había, además de la bandera cubana, banderas argentinas, uruguayas, venezolanas y peruanas.
“Para nosotros es muy importante que este conjunto de organizaciones populares de la Argentina estén aquí una vez más expresando la solidaridad, con su hidalguía y su dignidad, y reclamando el cese del criminal bloqueo de Estados Unidos. Hace más de 60 años que mantienen ese bloqueo inadmisible”, dijo el dirigente de ATE Hugo “Cachorro” Godoy.
“Año tras año las Naciones Unidas se reúnen y ese bloqueo, solamente es respaldado por Estados Unidos e Israel. El resto de los países del mundo se expresan en contra de ese bloqueo. Cuba es un pueblo que a pesar del bloqueo se desarrolla científica y tecnológicamente, y produce cinco vacunas (anticovid), para que después le impidan el ingreso de jeringas y agujas para que no puedan vacunar a su gente. Esa es una actitud criminal que debe cesar”, agregó Godoy.
El tema del bloqueo también estuvo presente en cientos de pancartas. “Levanten el bloque unilateral y genocida a Cuba”, decía una hoja de computadora impresa y pegada sobre una pancarta con el logo del Partido Comunista. “#CubaNoEstáSola”, agregaba el texto.
También estuvo presente Carlos “Calica” Ferrer, el amigo de infancia y adolescencia de Ernesto “Che” Guevara, que lo acompañó entre 1953 y 1954 a su segundo viaje por América Latina.
A partir de las 18, un grupo de militantes libertarios, del PRO y de la Juventud Radical, más algunos independientes, se concentraron en la bocacalle de Virrey del Pino y 11 de Septiembre, para respaldar “la libertad del pueblo cubano” y reclamar “el fin del comunismo”.
Los manifestantes con posturas antagónicas estaban separados por una doble fila de policías, que impedían que los insultos pasaran a mayores y frenaban a los que querían traspasar esa frontera.
“Vengo a protestar”, dijo un hombre joven, de pelo oscuro, que arrastraba una valija verde. “¿Sí, pero está a favor o en contra del gobierno de Cuba?”, insistió el agente. “Estoy en contra, pero quiero que ellos me peguen, para que quede claro quiénes son los malos”, insistió el manifestante. “Entonces se queda de este lado”, resolvió el uniformado.
Entre los libertarios, que fueron los primeros del sector en llegar, estaba el economista mediático Javier Milei, que arengaba los cánticos en favor de la “libertad” y contra el “comunismo”, y que exhibían una bandera negra que decía en letras blancas “El anticomunista es el que leyó el Manifiesto y lo entiende”.
Luego llegaron los militantes del PRO, encebezados por Waldo Wolff y Fernando Iglesias, que buscaron ubicación en el lugar, donde funcionaba un equipo de sonido en el que se escuchaba música rap y también participó un violinista cubano.
El violinista, además, hablaba como un cuadro político y denunció por el micrófono “la barbarie” y la “represión” que “se está llevando adelante en Cuba”. Y agregó en alusión a la consigna histórica de la Revolución Cubana que “ellos son Patria o muerte, y nosotros somos Patria y vida”.
El momento más tenso fue cuando por 11 de Septiembre llegó la columna de la Juventud Radical para respaldar a sus aliados del PRO, cantando consignas a favor de la “libertad de expresión” del pueblo cubano y en contra del gobierno de la isla.
