Una vida puede ser contada en canciones. Las canciones, unidas, pueden formar una vida. Así en el amor como en el desamor. Un poco ese es el concepto de Arráncame la vida, recuperado espectáculo que en esta oportunidad contó con los protagónicos de Cecilia Milone y Juan Darthes, y que hoy y el próximo martes a las 21:30 tendrá sus últimas funciones en la sala Astor Piazzolla (Boulevard Marítimo 2280).
Arráncame la vida cuenta con la dirección de Chico Novarro, la puesta de Pablo Novak y arreglos y dirección musical de Daniel García. Allí cohabitan canciones del propio Novarro, pero además de autores como Agustín Lara, Julio Gutiérrez o Alvaro Carrillo, quienes con sus letras logran construir la historia de dos amantes que se encuentran y desencuentran.
Esta es una nueva versión del musical, que años atrás contaba con el protagónico de Chico Novarro y Andrea Tenuta. Está claro que con Milone y Darthes ha ganado en sensualidad y fisicidad, lo que ha servido para convertirlo en el éxito que ha sido esta temporada. Entre la potencia de la voz de ella y el asordinado humor de él, el espectáculo se define como una comedia musical sobre el amor y la pasión.
Pero además una de las cualidades de Arráncame la vida es que por un lado funciona como historia, porque esas canciones perfectamente ensambladas construyen una gran historia a partir de micro historias, y también funciona como homenaje a los grandes autores de la música romántica del siglo XX.
Tangos, milongas, boleros y candombes que hablan del amor y que, además, hablan del amor a la palabra: canciones justas, precisas, que aportan tras una notable estética del desparpajo (no hay allí evidencias de pudor al hablar del enamoramiento) una cuota de pasión que hoy, en estos tiempos tibios, es difícil de hallar en otros géneros. No apto para pudorosos.