Newbery se desacopló en el complemento, no jugó bien y de estar ganando 1 a 0 con determinación, pasó a perder con Cadetes cuando se lo dio vuelta sobre el final. Sufriendo, el equipo lapridense terminó perdiendo 2 a 1 en un final cerrado y pidiendo la hora ante un rival que desperdició varias de las situaciones que tuvo y que estuvo cerca de igualar la serie en el global. Pero el resultado obtenido en Mar del Plata clasificó al albinegro a la cuarta fase del torneo del interior 2010, por mejor diferencia de goles.
Como se preveía, el equipo de Mar del Plata iba a salir a hacer el gasto y se vio en los primeros pasajes, donde la movilidad de Beguiristian y Vega por derecha y la presencia constante de Pereira en el área fueron algunos de los argumentos de Cadetes para poner el trámite en poco espacio más cerca del arco de Berdún que volvió a ser determinante en el global.
En menos de cinco minutos, el partido entró en clima. Pereira cabeceó solo en el área chica y contestó Landa para Newbery de cabeza luego de un tiro de esquina. Siete minutos después, asistencia de González y Landa, ante la salida del arquero García, tocó suave y la pelota se fue picando cerca del palo.
El 4-4-2 de Newbery bien definido con Río y Collman por afuera y J.J. Bertolotto en la mitad ganándole el duelo a Gabarain, le daba aire al volumen de juego que le aportaba cada maniobra González por el lado de Camaño. Newbery, por presencia, empezó a equilibrar el trámite y a esta altura Cadetes fue resignando metros, siguió intentando con buenas triangulaciones y fue “midiendo” al fondo de Newbery desde lo aéreo, con balones cruzados que llevaron peligro como el que Berdún en la tapada de la tarde le sacó a Vega luego de un cabezazo en el área chica cerca de la media hora de juego.
Se lo perdió Pereira antes de los 20′ y Juan José Bertolotto en la mitad de la etapa, desde afuera del área tomó un balón de aire y con un remate formidable con parábola incluida, marcó un golazo que lo dejó sin reaccionar a García, que había ingresado por Morata, que se lesionó previo al partido.
Quiebre en lo anímico para Cadetes que metió el trámite en un torbellino, llegando pero sin contundencia y claridad, tratando llevarse por delante a Newbery que defensivamente a esa altura aparecía concentrado y sólido en las marcas. Se iba el primer tiempo y una pelota de Saénz Valiente que dio en el travesaño de García podría haber cambiado la historia del complemento. Pero no fue así.
Un arranque relajado de Newbery en defensa en la segunda mitad hizo que a los 4 minutos Farías se perdiera el empate de manera increíble, entrando por derecha sin poder anotar solo ante Berdún.
González y Landa tuvieron dos claras con remates en los palos, pero en la jugada más enredada luego de un balón sin dueño en el área chica, Beguiristain de cabeza puso la igualdad y el primer signo de interrogación.
Poco a poco, Cadetes comenzó a tomar riesgos, porque el resultado igual no le servía. Por el lado de Newbery, la expulsión de Río por protestar y la salida obligada de Bertolotto en la mitad, dejaron huecos que Cadetes los aprovechó.
Goñi sin dudar sacó un defensor sumó más gente en la mitad con Monge y lo mandó a Guiñazú y De Marti para “matar o morir”. Y le dio resultado. Cadetes perdió a Ovejero por doble amarilla cuando González -de lo mejor de Newbery- se iba solo para el arco, pero los lapridenses siguieron sin poder acomodarse de mitad hacia atrás y empezaron a sobrevolar viejos fantasmas al partido.
Cadetes lo fue maniatando a Newbery sobre el arco de la calle España. De Marti, a los 44′, le puso el moño de cabeza al 2 a 1, ingresando por el opuesto luego de una pelota llevada a la derecha y revertida en centro. Los cuatro minutos finales del árbitro Acosta se volvieron tan tensos como dramáticos, con un equipo que aguantó con dientes apretados y subido a la gran ilusión, y otro jugando como podía por dar vuelta la historia.
(Texto: Diario El Popular)