La sorpresa adicional para el aún titular del comité provincia, Maximiliano Abad, era que las diferencias que estaba obteniendo en el interior y en San Isidro se verían superadas por la apabullante derrota en la tercera sección electoral, correspondiente al sur del conurbano.
Allí resaltó la muy amplia diferencia a favor de la lista 15 Futuro Radical que postula a Pablo Domenichini para el comité bonaerense por sobre Miguel Fernández, el candidato de la lista Adelante patrocinada por el propio Abad, Daniel Salvador y Gustavo Posse. Fue tan amplia la victoria en esa sección que superó con creces cualquier otra región, con ejemplos de fuertes triunfos como el obtenido en Quilmes, donde Domenichini obtuvo 6.886 a 230 votos, en lo que se transformaría en una humillante derrota para Abad y sus aliados.
Algo que no han podido tolerar desde el oficialismo partidario fue que en la tercera sección prácticamente se duplicó la asistencia respecto de la primera y que, además, la diferencia se haya estirado tanto al punto de superar los resultados en el total del territorio provincial. Domenichini ganó en secciones como La Plata, la segunda (norte provincial) y la tercera, que le ayudó y mucho a lograr la victoria en un final reñido, como el propio Domenichini aceptó en sus redes sociales.
Impugnación clave
Cuando todo era festejo, ocurrió lo previsible y fue que Abad recurrió a su clásico “botiquín de urgencias”, que en estos casos pasa por impugnar algunos distritos. No fue casualidad que, justamente, el oficialismo partidario apuntó al distrito de Quilmes para que, de esta manera, se elimine de la faz de la tierra esa enorme diferencia a favor del diputado provincial y rector de la Universidad de Almirante Brown. No trascendió el argumento final que sustente un pedido de impugnación y sólo queda en el imaginario colectivo que se impugnó porque se perdió por amplia diferencia.
Lo cierto es que si se impugna o cuestiona resultados por la razón de una “amplia diferencia” la Junta Electoral se hubiera plagado de presentaciones. En el interior profundo hubo distritos con amplias diferencias de 500 a 24 o de 200 a 3 en favor de Fernández. Sucedió que en muchos lugares había lista única a nivel local y pocos militantes de la oposición, con lo cual se volvió incontrolable el desarrollo electoral y el escrutinio, sobre todo en lugares gobernados por intendentes de la línea de Daniel Salvador o del Pro, cuyos aparatos extendieron su mano fraterna a la lista oficialista partidaria.
Al decir de memoriosos militantes, la metodología de la impugnación por la impugnación misma suele emplearse desde el entorno de Abad para mantenerse en el poder con presentaciones de dudosa fundamentación que luego son ratificadas por una Junta Electoral que cuenta con mayoría del oficialismo. La opositora lista Futuro Radical ya avisó que apelará la medida de la Junta Electoral partidaria ante la Justicia Federal con competencia electoral y ya están corriendo los plazos para presentar una apelación que revierta la impugnación a Quilmes. En el mientras tanto, pelean para instalar en medios y en redes sociales el triunfo de Domenichini, aunque, por cerca de 400 votos, muchos coinciden en que es indiscutible. La presión es enorme y suele estar en ascenso a medida que Miguel Fernández realiza varios “acting” de un supuesto presidente electo que ya ejercita poder, ofrece entrevista a medios amigos y muestra imagen convocante hacia todos los sectores para realizar futuras actividades.
Por lo pronto, a Domenichini le queda la difícil tarea de instalar su triunfo y, a partir de estas horas, un velo de incertidumbre hasta que resuelva la Justicia Federal Electoral. La responsabilidad recaerá sobre el magistrado Alejo Ramos Padilla, a quien ya le tocó intervenir, por caso, en una discusión sobre la proporción de delegados al comité nacional en la interna del 2021.
Así las cosas, se genera un cuadro de situación donde nada está confirmado y que dota al radicalismo de una imagen muy negativa ante la opinión pública que ya dio que hablar con la actitud de varios diputados nacionales que traicionaron su voto para aceptar el veto presidencial con el cual se evitó el aumento a los jubilados del ANSES.
Es la triste realidad de un radicalismo bonaerense que, desde las últimas experiencias en la alianza Cambiemos, sigue buscando su destino y, por el momento, pelea para no descender en su intención de voto por debajo del Frente de izquierda. (www.REALPOLITIK.com.ar)