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Transporte y Tránsito y Estacionamiento Medido camino al abandono total

Es notable como ambas dependencias han bajado su intervención en la vía pública, y sus efectos son nocivos en relación al descontrol que se observa en calles y avenidas de la ciudad. Son áreas que requieren mucha y constante persistencia en la aplicación, ya que ambos sistemas son difíciles de recuperar una vez que caen en su funcionamiento, y conspiran además con los ingresos presupuestarios previstos en el ejercicio en vigencia.

El descontrol es directamente proporcional al crecimiento de la inseguridad en el tránsito, donde últimamente se han producido siniestros de envergadura. Los mismos se asocian a la ausencia de servicios que se reducen y acumulan con el correr de los meses.

Y quedó en suma evidencia ante la gran cantidad de vehículos, que aumentaron la circulación en este fin de semana largo que acaba de finalizar. En esta política de comunicación y no de información en la que han caído los funcionarios responsables de las distintas áreas, los problemas estallan cuando algo grave sucede.

Así por ejemplo ha ocurrido con hechos de inseguridad urbana como el asesinato del DJ Leandro “Lele” Gatti, la clausura parcial del estadio mundialista a horas del primer encuentro con público en el país, la reducción del servicio del tratamiento final de residuos y su declaración en estado de emergencia y la evacuación de los internados en el asilo de ancianos municipal bajo riesgo de explosión por una instalación clandestina de gas.

“Han hecho del silencio una política”, consignó oportunamente la concejal Paula Mantero al cuestionar muchos de estos hechos y agregó “sino hablan pareciera que no sucede lo cual es muy raro”.

El Departamento Ejecutivo ha perdido la iniciativa y sus acciones se han reducido prácticamente a actos de campaña, que en estos dos últimos meses han reemplazado a la gestión que aparece cada vez más ausente, cuando no inexistente. Al límite que es observado con preocupación por sectores vinculados a la actividad pública y privada de la ciudad.
El Departamento de Transporte y Tránsito es un enclave del STM y está en la órbita del cuestionado Santiago Bonifatti, a cargo de la Secretaría de Gobierno, que tiene directa relación con las negociaciones que se llevan adelante y desenvuelven como política de personal, todo un eufemismo. No estaría funcionando como tal.

Según pudo establecer mdphoy.com a través de la información obtenida en la misma dependencia “No hubo convocatoria a servicios especiales propios de un fin de semana largo y tampoco hay operativos programados en las zonas de mayor conflicto ni hay una programación a implementar para la próxima temporada alta”. Precisamente el tránsito es una de las quejas que más se escucha de los turistas, ya no sólo en las zonas céntricas sino en polos gastronómicos y balnearios.

“Todo se reduce a un par de vueltas con los móviles en cada turno”, dijo otro de los integrantes de la división tránsito, que pidieron la reserva de identidad para evitar traslados a modo de represalias como ha ocurrido en otras ocasiones,
Otro de los consultados, que en la actualidad se encuentra retirado y ocupó un puesto jerárquico en Transporte y Tránsito coincidió e hizo una descripción lapidaria. “En Tránsito hay escasos controles diurnos, que son efectuados con los operativos policiales de control de documentación vehicular, dirigido especialmente a las motos. El Departamento de Tránsito está destruido, ya ni saben cuántas motos hay operativas ni cuántas camionetas están en servicio.”

Lo mismo ocurre con la inexistencia de los controles de alcoholemia, lugares obstruidos por mal estacionamiento y donde reina el pago “a voluntad”, dándose casos que están tarifados según el lugar de estacionamiento $ 100.-, $ 200.- $ 300.- y se estima que en cercanías de la playa en temporada alta la problemática se extienda hasta las adyacencias de espectáculos públicos como recitales o competencias deportivas. El parque de grúas de remolque propiedad de la MGP está devastado.

Con respecto al estacionamiento medido, su funcionamiento y recaudación, trascendió que en el área donde rige el mismo el rendimiento del servicio está entre el 20 % y el 30 %. Impacta la informalidad que existe en la actividad, debido a que los “franelitas” o “cuidacoches” ya son inamovibles de sus “paradas fijas” que han tomado de hecho, hasta luciendo chalecos que no implican representación alguna.

Hay zonas que se han transformado en “lavaderos de autos a cielo abierto” y son naturalizadas como producto de fenómenos de la pobreza y la desocupación existente en la ciudad. El Departamento Ejecutivo se abstiene de su normalización por el temor al choque que puede producir en la oposición.

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