Política

Transporte público: un fracaso que tendrá sus costos políticos: precariedad y atraso tarifario sin resolver

De mantenerse este estado de parálisis de la actividad política comunal, el transporte urbano público de pasajeros de General Pueyrredon está más cerca de volver a la precariedad que ser renovado y ajustado a los nuevos tiempos como lo anunciaba allá lejos y hace tiempo, el actual titular de la Secretaría de Gobierno Santiago Bonifatti.

Es necesario recordar que en el mes de Junio de 2007, y luego de mucho tiempo de encontrarse en estado precario, el Municipio puso en funcionamiento la concesión de las actuales líneas de transporte urbano de colectivo con una vigencia de 12 años. Es decir que el vencimiento estaba fijado para el citado mes del año 2019.

Tal fue así que promediaba el año 2018, y con casi 1 año por delante en la vigencia de la actual concesión del transporte, el ahora presidente del H. Concejo Deliberante Ariel Martínez Bordaisco le cursaba una carta documento al entonces Intendente Arroyo, para que se remita al cuerpo legislativo el proyecto pliego de bases  y condiciones que se encontraba siendo elaborado en el Departamento Ejecutivo, a fin de tratarlo y comenzar el proceso de licitación pública.

El mismo fue concluido y elevado a fines de noviembre de ese mismo año 2018.- El proyecto de pliego, además fue acompañado por el proyecto de prórroga por 3 años para permitir el debate legislativo, el tratamiento extenso en el ámbito legislativo  y luego de ser aprobado, el desarrollo de todo el trámite licitatorio en el Ejecutivo.

La prórroga finalmente no se trató y directamente el Gobierno Municipal dispuso, como alternativa que prevé el actual régimen, la continuidad por 2 años, venciendo por lo tanto la Concesión actual en Junio de 2021.

Y el pliego, fue pedido en devolución, a poco tiempo de asumir, por el actual intendente Montenegro con la promesa de trabajar en un nuevo proyecto para el transporte.

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Teniendo en cuenta que restan sólo 2  meses para incurrir en la precariedad del transporte y considerando el plazo que se necesita para un proceso de esa magnitud resulta preocupante la falta de inmovilidad habida y el riesgo que se asume para el caso de perder vigencia la concesión regular del transporte.

Con un ingrediente no menor, un atraso tarifario del servicio sin resolver que políticamente ha dejado prisionero al intendente Montenegro y su equipo, en un complejo momento económico, social, sanitario y con una campaña que ya está lanzada, aunque la orden que imparte es que el tema está vedado entre sus funcionarios y concejales. Lo cual difiere bastante de la realidad.

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