Ciudad

Transporte: no sirven ni para copiar

Al no existir una política sería de Transporte, todas las decisiones son erráticas, “contra natura” y el fruto de una clara conspiración política, para atacar a los empresarios que explotan la concesión, únicos además que continúan invirtiendo en la ciudad, donde reina la indigencia, la pobreza, la desocupación, el trabajo en negro y la precariedad laboral.

El gobierno municipal acaba de hacer un verdadero papelón, se firmó un acta acuerdo, luego se lo ninguneó, se lo modificó se lo volvió a instalar y su propio bloque no dio quórum para el tratamiento. Muy poco serio para una problemática que afecta a casi 100.000.000 de usuario/pasaje por año.

Allí radica el paquete de la “preocupación” política, que es una de las mayores mentiras que se agita desde el Concejo Deliberante desde hace décadas. Esos 100.000.000 de viajes son el objetivo (algunos inconfesables) para volverse anacrónico en los argumentos. Además no se condicen con la realidad, como se refleja en una nota publicada en la edición de hoy del Testigo Urbano (que reproducimos más adelante), y como el mínimo de sentido común, tampoco se aplica aunque sea para disimular la vergüenza que producen posiciones, que no tienen ni el mínimo arraigo entre los pasajeros.

Son tan ridículos los argumentos que se arguyen, que no resisten el menor análisis. Cómo rechazar un sistema dual que permita mejorar la recaudación de los concesionarios, para sostener y mejorar el servicio como ha sido demostrado. El sistema asegura (aún con el pago de monedas) un control fehaciente. Cómo se pretende imponer un cambio, que se debe financiar sin aumentar una tarifa, que ya está retrasada. Quienes se siente eruditos en el tema, confunden un asiento con una máquina. Cuál es el conocimiento real que tienen sobre esta problemática.

El intendente Pulti carente de una política sobre la materia, se respaldó en la demagogia y en el populismo para ir acumulando papelones, que muy bien podría evitar si logra evadirse de la historia, que lo ha tenido como protagonista. El intendente no ha sido ajeno a todo lo que ha acontecido, pero ahora es la cabeza del D.E. y debe asumir sus actos como acción de gobierno, sin caer en la irresponsabilidad de los concejales.

Hubo una licitación con un pliego de bases y condiciones, hay un contrato que debe cumplirse entre comitente y concesionario, como si fuera cualquier otro servicio. Por qué debe intervenir el Concejo Deliberante ante cada resolución, si ya hay un pliego que forma parte del contrato y al cual las partes deben ajustarse.

La siguiente es la situación que se vive en la Capital Federal, con respecto a la tarea SUBE, presentado como la panacea pero muy lejos de conseguir los objetivos perseguidos por el gobierno nacional, según Testigo Urbano:

“El plan de tarjetas electrónicas para transporte urbano –denominado SUBE, por las siglas de Sistema Unico de Boleto Electrónico- fue presentado a principios de febrero. Por ese entonces, la presidenta Cristina Kirchner afirmaba que el plan iba a estar funcionando en “90 días” y que tendría un costo cercano a los 200 millones de pesos.

Hoy, nueve meses después, y tras sucesivos anuncios que volvieron a quedar en la nada, el sistema sigue sin existir, al menos en la forma en la que está planeado. Se repartieron más de 300 mil tarjetas, pero una gran parte –cerca del 70%- está en desuso: sólo funcionan en unas pocas líneas de colectivos, en los trenes Urquiza y Belgrano Norte, y en las líneas de subte (donde, en realidad, coexiste con el sistema Monedero, de mayor antigüedad).

Según el actual secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, en declaraciones a Clarín, el sistema terminaría de implementarse recién “en julio de 2010. Una fecha lejana y que tampoco da ninguna seguridad de cumplimiento.

Mientras tanto, los problemas por la falta de monedas, que se traducen sobre todo en tiempo perdido (colas en bancos para conseguirlas) o en dinero gastado (compras innecesarias en kioscos o pago de comisión para comprarlas en el mercado negro) continúan. La usuaria Fernanda Ventimiglia escribió a Testigo Urbano sobre este tema, relatando su situación.

“Tal vez mi tema no sea tan explícito como los que vengo leyendo en este espacio, pero no por eso menos importante, ya que nos sigue afectando a todos los argentinos. Nuestra Presidenta nos prometió un sistema de tarjetas como medio de pago para movilizarnos por toda la ciudad y el conurbano bonaerense, y a la fecha si bien se han entregado los plásticos, no se ha implementado en ninguna nueva línea de colectivos. Sólo está implementada en las 7 líneas originales”, expresó.

“Ya pasaron varios meses. Busco infructuosamente alguna novedad en los diarios y sólo sé que el tema de la entrega de monedas en los bancos no se ha implementado con el requerimiento que necesita mi familia (somos 4 integrantes). Aunque parezca mentira, este es otro motivo de preocupación en mi familia, sumados a la inseguridad general, la recesión y a la falta de empleo –desde hace un año- de mi esposo”.

Nota completa de Testigo Urbano

Un comentario

  1. Sr. Alguien (no puedo decirle Jorge porque la nota no está firmada):

    ¿Sería tan amable de publicar las referencias técnicas que le permiten afirmar que las monederas permiten “un control fehaciente”?
    Yo tengo publicados en el blog del transporte las evidencias que rebaten su posición, pero Ud. no las publica en su diario, con lo cual, solo nos queda creerle porque se llama … ah, perdón, ni siquiera … bueno, porque se llama mdphoy y a mi no es necesario creerme porque me llame Salinas.

Deja un comentario