Cuando la autorización nacional llegue, el turismo vuelva a cobrar vida y la temporada, aún tan incierta, tome aires de realidad, los veraneantes que alquilen propiedades en esta ciudad deberán sumar a su habitual equipaje algunos juegos de sábanas, toallas, y hasta su propia almohada.
Estos requisitos están incluidos en el protocolo sanitario presentado por el Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Mar del Plata y tiene la aprobación inicial del municipio, a la espera ahora del visado provincial. Contemplan, además, una semana como mínimo de estada, un día de descanso para desinfección de esos inmuebles entre un cliente y el siguiente y pautas a seguir -de salud y contractuales- en el caso que el inquilino contraiga el virus.
No hay una fecha cierta de apertura de rutas y accesos a las ciudades turísticas. Apenas algún rumor que ubica para mediados del mes próximo la primera oportunidad de viajar sin demasiados requisitos que justificar. Sin embargo, aquí se empiezan a preparar con condiciones para que las vacaciones se puedan dar con el menor riesgo de contagios en medio de la pandemia, que todavía castiga fuerte en la costa atlántica y cercanías.
El protocolo
El anexo del protocolo sanitario que atiende la situación de los alquileres turísticos de alojamientos extrahoteleros para la temporada 2021 establece pasos innovadores en la dinámica del cierre de contratos y acceso de los inquilinos a las unidades de renta.
Se recomienda que los contactos, el acuerdo y los medios de pago se hagan de manera online para garantizar distanciamiento entre el operador y el cliente. Y la entrega de llaves se hará en el marco de las medidas habituales de distanciamiento social, en oficinas inmobiliarias que deberán contar con mamparas separadoras y horario ampliado para evitar congestionamientos.
La sugerencia es que los check in se cumplan de manera anticipada, incluidas las declaraciones juradas de salud que cada turista deberá presentar para poder acceder a una unidad en alquiler, así como designar a quién será el representante de la familia o grupo que se encargará de interactuar con el martillero.
“Las unidades extrahoteleras comprenden casas y departamentos amoblados, sin prestaciones adicionales, para lo cual los turistas deberán traer ropa blanca (sábanas y toallas) y almohada”, consta en uno de los apartados.
Rodrigo Sanz, directivo del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Mar del Plata, destacó que la almohada es una novedad por la directa cercanía con el sistema respiratorio. “Podrán traerse la suya o comprar una por aquí, pero es por mayor seguridad”, advirtió. Estimó que por 300 a 500 pesos pueden conseguirla en destino, si es que no quieren cargarla en las valijas. En cambio, los propietarios, siempre a través de inmobiliarias, deberán proveer protectores para colchones.
Hay otro cambio que puede tener también otra fuerte incidencia en turista, a la hora de resolver alojamiento. El protocolo prevé que los contratos se podrán hacer por un período mínimo de una semana. Todo un dato para un destino que, durante los últimos veranos, vivió buenas experiencias, pero al ritmo de pernoctes promedio no superiores a las cinco noches.
Cariló
Por la zona de Cariló advierten que en el alquiler de casas, que marcha tranquilo todavía, la provisión de ropa de cama está incorporada “como siempre” . “Está garantizado el sistema de lavadero con las exigencias de estos nuevos tiempos”, afirman voceros del sector a LA NACIÓN.
Algo similar se dará en el rubro de aparts. Los turistas tendrán en esos departamentos todo el equipamiento de ropa blanca con lavado y desinfección acorde. “Tenemos un protocolo interno que implica intervención de lavadero oficial, homologado y con entrega de oblea de certificación de prendas libres de bacterias y virus””, señaló Joaquín Bustillo, administrador de estos complejos
Además, anticipó que para las unidades tienen prevista una profunda desinfección entre un inquilino y otro. Alcanza desde cortinas a pisos y demás espacios para asegurar condiciones óptimas de seguridad sanitaria. Y destacó la toma de muestras que se analizan en ese período de apart desocupado para asegurarse que allí no hay presencia de coronavirus.
Según explicó este tipo de alojamientos no ofrecerá esta temporada ninguno de sus amenities. Así que habrá que olvidarse de la piscina, el gimnasio, el spa, el sauna, el jacuzzi, la sala de juegos y recreación infantil. “La intención es no generar puntos de contacto o conflicto que puedan derivar en posibles contagios”, dijo Bustillo.
Mientras es definen estas condiciones la oferta de inmuebles recién asoma. Los precios todavía se están formando y aún quedan pasos por resolver en la cuestión contractual. Sobre todo en caso que se dé un caso positivo de coronavirus entre los inquilinos.
Casos
El protocolo marplatense prevé que en esa situación el infectado y sus convivientes deberán dar aviso al servicio de salud y mantenerse aislados en el domicilio. Pero deberán abandonarlo en el caso que se cumpla el plazo acordado en el contrato. Municipio y provincia evaluaban días atrás esa hipótesis y el dilema de derivar al paciente a un centro de salud o, en cuadros leves, alojarlo con su grupo en algún hotel previsto por el Estado. Aquí se barajó como posibilidad el complejo turístico de Chapadmalal.
También implicaría esa situación una desinfección especial, dada la certeza de presencia de Covid-19 en esa unidad. Los martilleros advierten que en ese caso, el operativo de sanitización del departamento o casa correría por cuenta del inquilino.
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