A Juan Manuel Toloza y Nelson Acosta les decían “tecla”, siempre entre máquinas, cables y botones. Pero un día, empezaron a involucrarse en la historia de vida de muchas personas. Fue cuando la mamá de un chico, que sufría parálisis cerebral, los contactó. Ella les habló de su padecimiento, pero también de su sueño: contar con un aparato de entrenamiento que ayude a su hijo a volver caminar.
La charla disparó todo tipo de ideas y mucho trabajo. Entre los dos comenzaron a desarrollar un rehabilitador robótico que pudiera ayudar a ese niño y a otros pacientes como él. Así es que decidieron crear T-Linda, una empresa que lleva fabricados más de 1000 rehabilitadores Real Walker y Lázaro Para-Gym Tandil -una línea de gimnasios exclusivos para personas con dificultades en la caminata- que son utilizados en todo el país para el tratamiento de enfermedades como esclerosis múltiple, parálisis cerebral, ACV, Parkinson y Alzheimer.
-¿Cómo es el dispositivo rehabilitador?
Se compone de dos plataformas sobre las que se ubica el paciente, quién es sujetado por un arnés. Una vez ubicado allí, se lo ayuda a reproducir el movimiento del caminar. La gran ventaja de este invento es que no importa si la persona puede o no caminar, mantenerse erguida o mantener el equilibrio. Es de gran utilidad también en el caso de personas muy grandes, que son más difíciles de sostener y movilizar de forma manual.
El dispositivo se conecta a una computadora mediante un cable USB. Todo es controlado por un software de desarrollo propio. Este sistema permite el seguimiento del entrenamiento de personas con discapacidad en el tren inferior y mantiene al personal médico informado de todas las actividades de cada usuario.
-¿Cómo funciona?
Real Walker simula el paso natural. Al hacerlo, estimula los miembros inferiores y promueve el reaprendizaje neuronal del caminar, plasticidad que también es aplicable a la médula espinal. Es una cinta de caminar para personas que no pueden hacerlo o que tienen algún vicio en el andar que necesita ser corregido. El principio sobre el cual se basa esta tecnología es: “El caminar te enseña a caminar”.
-¿Qué diagnósticos pueden ser tratados con Real Walker?
Debido a sus características técnicas, Real Walker da soporte de rehabilitación a casi todos los diagnósticos relacionados con problemáticas motrices del tren inferior. Tenemos casos aprobados en parálisis cerebral, ACV, Espina bífida, Lesión Medular, Ecne, Hidrocefalia, Hemiplejia, Distrofia muscular, Ancianidad, Parkinson, Diparesia espástica, Cuadriparesia, entre otras.
El dispositivo ayuda a:
-Fortalecer las conexiones de las redes neuronales
-Facilita la reeducación de la marcha
-Corrige vicios de la postura
-Facilita la bipedestación
-Aumenta la masa muscular
¿Cuál es el impacto psicológico en el paciente? Imagino que, para una persona que tiene que ser asistida permanentemente, poder sentirse con más autonomía debe ser un alivio.
Sí, claro. Al hecho de poder caminar uno no lo valora, lo damos por hecho. Pero, por ejemplo, algo muy fuerte que nos pasó: vino una chica a probar el aparato -35 años, mamá de dos niños, sufre atrofia muscular, es decir, sus músculos se van debilitando hasta que no soportan el peso de su cuerpo-. Esta mujer extrañaba mucho caminar porque lo había experimentado, y sabía lo que se siente poder hacerlo. Llevaba una vida completamente normal hasta que se enfermó y empezó a perder masa muscular al punto de quedar en la silla de ruedas. Trabajar con ella fue muy emocionante porque hizo 400 km para venir a probar la máquina y cuando llegó nos dijo: ‘Quiero volver a caminar aunque sea una vez más en mi vida, aunque sea dentro de una máquina’. El que lo hizo alguna vez, el que caminaba, lo siente así.
-¿Cómo es para aquellos que nunca caminaron?
Para todos es fundamental, aunque nunca hayan caminado igualmente lo necesitan. Es porque el hombre, antropológicamente, es un bipedestador. Es decir, estamos hechos para estar de pie y para caminar. No poder hacerlo nos hace mal, perdemos fortaleza ósea, tendones, actividad circulatoria y, fundamentalmente, atrofia todos los órganos blandos como el estómago, el hígado y el vaso. Por eso es que se les recomiendan a las personas que está en silla de ruedas que hagan bipedestación, aunque sea treinta minutos al día, y si no pueden moverse, al menos que estén parados. Lo que nosotros ofrecemos con nuestra máquina es, además de hacer esos treinta minutos de pie, es poder entrenar con ejercicios. Si bien es una caminata pasiva -porque al usuario lo colocamos en ella máquina- una vez que está ahí, no necesita hacer fuerza, la hace la máquina y lo sostiene en equilibrio. De cualquier manera, se sorprenden cuando la usan, porque sienten que transpiraron, que entraron en calor. Por más que sea un ejercicio pasivo, lo mismo está activando el aparato circulatorio, haciendo trabajar el cuerpo, fortaleciendo las piernas y desarrollando masa muscular.
-¿Cuánto está cambiando la robótica las posibilidades de contar con nuevas herramientas para los tratamientos de rehabilitación?
Muchísimo y recién estamos en los albores. El impacto que puede llegar a tener es enorme. Hoy contamos con la tecnología para hacer cualquier cosa que nos propongamos. Yo, que soy investigador y profesor de robótica, al igual que mis colegas, veo que estamos en condiciones de hacer cosas como un exoesqueleto, es decir, un aparato que sea no sólo para que la gente entrene, sino con el que se pueda desplazar directamente. También cosas como sillas de rueda inteligentes que permitan la conducción altamente automatizada, seguimiento de pacientes a distancia de forma muy detallada, impresión de prótesis con impresoras 3D, juegos interactivos para generar la movilidad de las personas con alguna discapacidad, entre muchas otras tecnologías emergentes de aplicación en el área.
Pero, por desgracia, el freno a todo eso es sólo económico y financiero, porque es muy costoso poder hacerlo. A medida que se logre imponer en el mercado, que haya más producto, más fabricantes y que bajen los costos de los insumos, ahí podremos pensar en una robótica que pueda llegar a la gente.
-¿Cuál es el precio de este tipo de equipos?
Para darte una idea, el aparato que compite con el nuestro sale 500 mil euros. Esto hace que muy poca gente pueda acceder, obviamente. Hay limitaciones terribles respecto al acceso a determinado tipo de máquinas. Nuestro objetivo es acercar estos productos a toda persona que pueda llegar a necesitarlo.
-¿Cómo están utilizando la tecnología en la rehabilitación?
Es una gran herramienta. El movimiento se recupera moviéndose, a esto lo saben bien los deportistas. Por ejemplo, para poder patear un penal como ellos quieren, saben que es una cuestión de pasar horas practicándolo, una y otra vez. En el caso recuperar la caminata es lo mismo, requiere mucho tiempo de ejercicio. El problema está en que mucha gente no puede ni siquiera hacer los movimientos involucrados en el andar. Ahí es el personal médico, el terapista, quienes deben simular ese movimiento para lograr el mismo efecto a nivel articulatorio y circulatorio. Sin embargo, esto se vuelve muy dificultoso cuando el paciente es una persona grande y pesada a la que es complicado mover y que agota al personal médico.
-¿Cuándo comienza a aplicarse la robótica para buscar soluciones de este tipo?
A partir del año 2000 es que comienzan a verse las primeras investigaciones y desarrollos de robótica aplicadas a la fabricación de este tipo de aparatos. Lo que se busca, más que nada, es crear un tipo de herramienta de asistencia al personal médico, que permita colocar al paciente allí para que ejercite. La conectividad actual permite que nuestro dispositivo lleve una base de datos ultra actualizada sobre los ejercicios realizados por cada paciente. Esta información permite analizar la evolución de cada usuario, en detalle.
-¿En qué lugar deja al personal médico? ¿Cuáles son las ventajas para ellos?
Es importante destacar que, en ningún caso, esto reemplaza al terapista físico, al médico o al kinesiólogo, al contrario, es muy importante que el uso del aparato esté supervisado por personal idóneo. Es el personal médico quien define qué plan de ejercicios debe realizar el usuario y con qué características (frecuencia, velocidad de paso, variaciones, pesos de incidencia en el dispositivo) y qué tipos de soportes o accesorios debe usar.
Para ellos representa múltiples ventajas: por un lado, los libera y les permite estar 100% dedicados a controlar los movimientos, los tiempos y el estado del paciente. Por otro, al trabajar de este modo, el resultado es que se prolongan mucho los tiempos en que el paciente pasa ejercitando, algo que no ocurriría si son personas las que tienen que estar sosteniéndolo, con esfuerzo y de forma manual, artesanal.
Por otra parte, nuestro dispositivo permite que personal médico conozca permanentemente los entrenamientos realizados por cada paciente, con un seguimiento individual y preciso de todas las actividades realizadas.
Este dispositivo es una herramienta más con la que pueden contar para asistir a sus pacientes. Un complemento de todas las terapias que normalmente se realizan.
-¿Qué te imaginas para el futuro ?
Imagino un boom de los exoesqueletos y la desaparición de la silla de ruedas. Si alguien puede desplazarse de esa manera, nunca más lo hará de otro modo. Las que queden serán sillas de ruedas inteligentes que permita el desplazamiento de personas con discapacidades muy profundas y que podrán ser manejadas con el pensamiento o parpadeo de ojos, o con computadoras que sepan ir a un parque, esquivar los obstáculos, etc.
En este momento se están desarrollando juegos para personas con discapacidad, orientados a diversos fines, tales como ejercitar la movilidad, memoria, aprendizaje, y ubicación espacio temporal, entre otros. Con estas herramientas lúdicas se podrá fortalecer diversos aspectos en niños o adultos, empezando desde los pre-lectores hasta ancianos.
Estas tecnologías ya existen, el freno hoy es económico, no está detenido por lo técnico porque la tecnología ha evolucionado muchísimo en estos últimos años. Lo esperable para los próximos años es que termine de perfeccionarse y que llegue a más gente. Falta que su uso sea más masivo.
-Debe ser muy gratificante para alguien como vos, que se dedica a la técnica, poder desarrollar algo que ayude a los demás. Especialmente a personas que ya tienen que afrontar muchas dificultades .
Es fantástico. La verdad que hemos tenido un montón de experiencias muy lindas. A nosotros nos dicen “tecla” porque somos los informáticos, así que imagínate que poder pasar a trabajar con gente y para la gente, atravesar vivencias con chicos que no pueden caminar y que de repente empiezan a gritar de alegría: ‘mamá, mamá, los pies quieren caminar, se quieren mover’, o ese tipo de reacciones de los niños que son espectaculares. Es muy emocionante poder acercarse a otras personas con la tecnología que hoy tenemos disponible.
-¿Son buenos los argentinos en esta disciplina? ¿Cómo estamos con respecto al resto del mundo en el desarrollo de la robótica?
En cuanto a la materia gris podría decir que estamos al nivel de las grandes potencias. Yo mismo he trabajado afuera y me insertado en grupos de elite sin ningún tipo de problemas o diferencias en el nivel de conocimientos, aptitudes y sin sufrirlo. Lo que sí tenemos es una gran diferencia en la parte económica con lo que son los laboratorios de Europa, Estados Unidos, Japón y Corea. Los nuestros tienen la ventaja de que somos capaces de “atar todo con el alambre” y así lo hacemos funcionar, como sea. En cambio, en otros países, se traban frente a un inconveniente y se quedan esperando a que llegue la pieza exacta fabricada en Japón. Estamos generando muy buenos recursos humanos en nuestras universidades. En informática tenemos muchos profesionales que trabajan en las mejores empresas o grupos de investigación del mundo, o la producción de software para el exterior. La mayoría de las universidades de hoy tienen clases o cursos de robótica, y hay gente capacitada para hacerlo.
Infobae