Economistas y especialistas en consumo consideran que el aumento en el precio de la carne, que se ubicó casi 20 puntos porcentuales por encima de la inflación anual calculada en abril, se debió, según diferentes visiones, al aumento de costos, la presión exportadora, una expectativa devaluatoria y la remarcación de precios.
La carne vacuna fue uno de los productos alimenticios de consumo masivo que registró un fuerte aumento en su precio, que según mediciones del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva) escaló 65,3% interanual en abril.
No obstante, si se toma en cuenta la medición del índice general de precios por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el promedio de los cortes vacunos se posicionó 19 puntos por encima de ese nivel.
Debido a esto, el Gobierno nacional decidió cerrar las exportaciones por 30 días, no sólo por la suba de los precios internos, sino también por ciertas irregularidades en el mercado exportador que presionaban los precios al alza, argumentó el Poder Ejecutivo.
Por su parte, el sector cárnico rechazó la medida argumentando que el grueso de la clase de carne que se exporta (casi un 30% de la producción total) no se consume en el país, mientras que el sector primario, convocado por la Mesa de Enlace, decidió realizar un cese de comercialización que durará hasta el próximo viernes.
A nivel mundial también se produjo un incremento en los precios de los alimentos, con 11 meses consecutivos al alza, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), y los aumentos en las carnes fueron del 5,1% respecto de abril del año pasado.
El ingreso de China como demandante de proteínas es un dato fundamental en esta situación, una demanda que comenzó con la carne de cerdo y ahora se extiende a los bovinos, con su consecuente impacto en los precios.
En base a esto, especialistas consultados por Télam marcaron los principales puntos que, a su diferente entender, explican la suba del precio de dicho producto.
Para el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, “las razones sobre la presión inflacionaria esta relacionada con diversos factores”, entre los que contabiliza la exportación, la suba de los precios del ternero y el maíz, pero también, a la remarcación de precios.
“Por un lado, están las exportaciones de carne a China (consume el 75% de las exportaciones totales de carne argentina) en un contexto donde se incrementan año tras año, pero no hay un incremento de la producción a la par, por lo cual tensiona sobre la producción existente y, además, con una característica: China, desde hace un tiempo para acá, compra distintos cortes”, indicó Letcher.
Según Letcher, “no es sólo vaca para hamburguesas” lo que se envía, sino cortes como nalga, bola de lomo, asado y cuadrada, cortes que se consumen en Argentina y que en conjunto significaron US$ 450 millones en despachos.
También mencionó el aumento en los precios del maíz, aunque indicó que en el precio final del producto significa un 8% o 10% y la suba del precio del ternero (animal liviano que se vende a feedlots para su engorde), pero consideró como el factor más importante la remarcación de los precios.
“La cuarta razón y la más importante de todas es la avivada, la remarcación. Cuando hacés sumatoria de las razones, vas por el lado de los costos y se pretende explicar el aumento de la carne, no se puede hacer. Eso significa que hay otra razón y es que encuentran margen para remarcar. Estamos hablando de pocos frigoríficos y una cadena bastante opaca, que van al mercado de hacienda y se fija el precio que se les da la gana”, explicó.
“O sea, en parte las exportaciones influyen, el precio del maíz influye, pero terminan siendo excusas de un aumento mucho mas significativo y ese aumento es, sencillamente, una mejora del margen de rentabilidad”, concluyó.
Según la visión del economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, el aumento de la carne vacuna radica en “tres factores base”, entre los cuales se cuentan el aumento del precio del ternero para “refugio de valor”, y el del maíz, que derivaron en una menor oferta de los feedlots por las pérdidas ocasionadas.
“Esto redujo la reposición de animales y redujo la oferta. Por ejemplo, durante mayo liberaron 200.000 cabezas contras 300.000 de un año atrás. Eso hizo que haya una menor oferta de hacienda liviana y presionó los precios”, indicó Miazzo.
En cuanto a la suba del valor del ternero, el especialista marcó que la misma “tuvo que ver con la expectativa de devaluación e inflación relacionadas con la brecha cambiaria”.
“Durante el segundo trimestre del año pasado se vio que empezó a subir el precio de la cría y el ternero, sin que suba el gordo que va a faena. Eso es raro, porque, normalmente, lo primero que sube es la hacienda en Liniers, y eso después se va para atrás. Es una actitud defensiva que ante expectativas devaluatorias y de inflacion, invertía en ganado”, indicó.
Respecto de la exportación, Miazzo consideró que lo que se exporta “es un producto que no es elegido en Argentina” para el consumo, ni que tampoco fue exponencial el crecimiento en la participación de la exportación en la producción en los últimos años, aunque explicó que “sí la exportación le da un sostén a los precios” y que es “sumamente importante” para la cadena el sector externo, sobre todo cuando el mercado local se encuentra “en crisis”.