El principal astillero de Mar del Plata, del subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Horacio Tettamanti, cortó en febrero los contratos eventuales de 32 obreros y hubo despidos en administración y producción. Recién el viernes pagó la segunda quincena de abril. La palabra de la empresa.
No solo la pesca parece estar en crisis en el puerto de Mar del Plata. El principal astillero de la estación marítima local enfrenta momentos de incertidumbre. Ha reducido , afronta demora en los pagos de salarios, mantiene abierto el de retiros voluntarios y una abultada deuda con algunos proveedores.
Los más de cien trabajadores de Servicios Portuarios Integrados, o SPI Astilleros, como también se lo conoce por estas latitudes, recién el viernes 10 pudieron cobrar el sueldo correspondiente a la segunda quincena de abril. El martes 7 fue el cuarto día hábil, fecha límite que marca la ley de contratos de trabajo.
SPI es una empresa controlada por el Naval Horacio Tettamanti, al igual que Terrena SA, la cual tiene el permiso de uso vencido sobre el Espigón 7 y el Consorcio ahora apura un plan de regularización, a pesar de no haber cumplido con el plan de obras e inversiones que se comprometió cuando le entregaron el muelle.
Ahora abocado a las tareas de funcionario público como Subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, Tettamanti se corrió de la primera línea empresarial y como de SPI aparece la contadora Sandra Cipolla, mano derecha de Tettamanti desde hace años en el astillero.
“Últimamente pudo existir alguna dilación de un par de días. Estamos cumpliendo, por supuesto, con el esfuerzo que las empresas y los trabajadores estamos haciendo dentro de la actual situación del mercado y del sector particularmente”, reconoció Sandra Cipolla ante la consulta de REVISTA PUERTO.
No es la primera vez que la empresa tiene demoras en los pagos, según reconoció Jorge De Filippis, especializado en el área de Tornería. “Son uno o dos días que paga fuera de término”, minimizó. El obrero naval no es uno más dentro de la empresa. Fue Delegado del Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON) y actualmente ocupa un lugar en la comisión directiva nacional como Segundo Vocal Titular.
SPI y el SAON parecen llevarse de maravillas. Al menos la cúpula dirigencial porque los obreros ya están indagando en otros sindicatos para informarse de mejores prestaciones. Hasta el viernes en el Ministerio de Trabajo no había ingresado ninguna nota del gremio alertando por el cumplimiento de la empresa.
De Filippis también reconoció que la empresa viene achicando su estructura de recursos humanos. A principios de año cortaron los contratos eventuales de 32 obreros. En las gradas despidieron a 4 obreros. La poda incluyo el área de administración donde despidieron a 4 empleados más.
Muchos otros renunciaron, cansados de que la empresa no cumpliera con sus requerimientos para desarrollar una mejor tarea, como Nadia, la técnica en seguridad e higiene, quien presentó la renuncia el 30 de marzo pasado”, confió otro trabajador que pidió mantener el anonimato.
En los últimos días comenzó a correr un rumor sobre que SPI había abierto un registro de retiros voluntarios: una manera singular de desprenderse del personal sin abonar el total de la indemnización.
“El registro de retiros voluntarios ha estado abierto y disponible para todo el personal como así también las alternativas de jubilación anticipada”, reveló Cipolla. La lista de adherentes no es muy significativa por el momento. La incertidumbre que atraviesa al sector atemoriza a los obreros a salirse del mercado laboral que no presenta muchas chances de nuevas oportunidades. No en lo inmediato.
A De Filippis que la situación que atraviesan los trabajadores es compleja. “Hay mucha incertidumbre porque está bastante parado todo. El momento del puerto es complicado y nosotros estamos acá”, aseveró el oficial especializado. Los proveedores también sufren esta difícil coyuntura. Hacen fila para cobrar y solo tienen prioridad los que prestan servicios vitales. Algunos no cobran desde el año pasado.
Los obreros han trasladado los reclamos por los incumplimientos de la empresa a los delegados pero las respuestas no son satisfactorias. Duarte, Rescaldoni y Marcos Sánchez fueron elegidos en las polémicas elecciones de la primavera pasada, que luego apuraron el sisma que se produjo en el SAON, la renuncia de la anterior conducción y la llegada del “normalizador”, Ítalo Carrizo, que todavía continúa al frente de esa tarea.
Sánchez, en particular, tuvo una elección singular. Sus compañeros cuentan que uno de los jefes de Diques, apellidado Ramella, lo propuso para Delegado y él aceptó. Luego los compañeros lo votaron. En una de las primeras reuniones Sánchez tiró por la borda todos sus “pergaminos”. Fue cuando dijo que no iba a sacrificar sus años en la empresa luego que sus representados votaran una medida de fuerza en reclamo por la reducción de horas extras.
Es que el trabajo ya no sobra. Muchos recuerdan cuando entraban a las 4 de la mañana y se iban pasadas las 20. Vivían en el astillero pero el esfuerzo se reconocía a fin de mes. Ahora ni eso, la racionalización del gasto, sumado a la falta de tareas, provocó que nadie pueda permanecer más de 12 horas en el astillero.
Un oficial le contó a Revista Puerto que su salario de bolsillo era de poco más de 4 mil pesos. SPI paga según condiciones del convenio colectivo 518, que rige en Capital Federal y firma el SAON con la Cámara de la Industria Naval Argentina (CINA).
En Mar del Plata, la Cámara de la Industria Naval firmó con el SAON el CCT Nº 603 y está en plena negociación. SPI está nucleado en ABIN, la Asociación Bonaerense de la Industria Naval, que preside Miguel Sánchez, Gerente de Relaciones Institucionales del astillero.
El 518, a diferencia del 603, le permite a una empresa naval tercerizar tareas bajo la figura de cooperativas. “Cooperativa Atlántica” es la que tiene SPI trabajando en sus gradas. “Estamos negociando para que pasen a ser personal del astillero”, cuenta el ex Delegado.
“Dadas las circunstancias que atravesamos en el sector se van manejando distintas opciones que permitan defender el mantenimiento de todas las fuentes laborales posibles y siempre dentro del Convenio de Trabajo vigente para esta actividad. Ese nivel de diálogo es tanto con respecto al SAON como con los proveedores y clientes, incluso”, contó la Presidente de SPI.
“Queremos que los diez obreros de la cooperativa formen parte de SPI. Ya se hizo con una de las empresas contratistas que trabajan para el astillero”, confirmó De Filippis. La versión que tiene REVISTA PUERTO es que el SPI tenía una abultada deuda con la empresa contratista y la salida fue absorber a su personal.
El SAON firmó el 25 de abril con la CINA (Cámara de la Industria Naval Argentina) un incremento del 32% que entra en vigencia en mayo y termina de computarse en julio del 2104, en seis cuotas: mayo-julio-septiembre-diciembre-abril-julio. “El término del presente acuerdo es de 18 meses, operando su vencimiento el 30 de noviembre de 2014”, dice el 3er Art. del acta acuerdo al que accedió este medio.
A marzo pasado un oficial que trabajó 192 horas mensuales percibió de bolsillo algo más de 4 mil pesos. La hora con este acuerdo pasará de 26,91 pesos a 35,52 pesos hasta noviembre de 2014 en que puedan negociar nuevas mejoras. Con las horas extras solo para los delegados, el mal humor de los obreros va sumando varios grados y en los últimos días muchos manifestaron su intención de borrarse del SAON y hasta pensaron en mirar el convenio colectivo del SOMU.
Hay trabajadores en lugares claves a los que la empresa les debe hasta 120 francos. Muchos dudan de poder cobrarlos en esta crítica situación financiera. Tampoco se los pueden tomar porque implicaría poner en jaque el funcionamiento de los diques flotantes.
“Con el gremio hemos coincidido en conformar y compartir una mesa de trabajo que ya está operativa y donde tratamos temas diversos referidos a los trabajadores y a la empresa”, dijo Cipolla.
Por Roberto Garrone