El juez marplatense Jorge Ferro, integrante de la Cámara Federal de Mar del Plata, se lleva por estos días las miradas de todo el mundillo judicial. El Consejo de la Magistratura lo investiga a partir de denuncias del Ministerio Público Fiscal -dos procuradurías lo acusaron- y de la Fiscalía Federal 2 de Mar del Plata. Los delitos que se le imputan son: trata de personas, lavado de dinero y tráfico de influencias.
No es la primera vez que Ferro está en la mira de la Magistratura. Ya tuvo denuncias a mediados de la década pasada. Se lo acusaba de haber detenido ilegalmente a un cuidacoches que le pidió que no estacionara en doble fila y a un funcionario de la estación de trenes local que no respondió a un requerimiento telefónico del magistrado.
También por haber detenido ilegalmente a un menor que ingresó con una pelota a un predio de su propiedad, por presionar y coaccionar a empleados y funcionarios de su órbita, y otras acusaciones que fueron finalmente desestimadas.
Ahora, a Ferro, que integra la Cámara Federal junto a los jueces Jiménez y Tazza, a quienes está enfrentado, se le detectaron vínculos con una serie de personajes marplatenses que, de acuerdo a investigaciones judiciales, manejaban redes de trata. La titular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), María Alejandra Mángano, aseguró que Ferro tiene relaciones “personales y profesionales” con quienes regenteaban el prostíbulo “Madaho’s” de esa ciudad.
Para sostenerlo, dio cuenta de conversaciones privadas con el principal imputado de la causa, Alejandro Ferrarello, entre ellos whatsapps con salutaciones por festividades que dan cuenta de un trato casi familiar. También hay indicios de que asesoró al abogado de Ferrarello para hacer caer una causa en la que él mismo actuaba. Finalmente, el juez votó para cambiar la calificación de los hechos que se le imputaban con lo cual declaró a la Justicia Federal como “incompetente”.
No fue un hecho aislado, Mangano llegó a decir que “siempre hubo intentos de investigar a Madaho’s, pero permanentemente fueron revocados por la Cámara” que integraba Ferro.
Esas acciones le valieron a Ferro las denuncias que ahora debe enfrentar en la Magistratura. Lo más curioso del caso es que él mismo formaba parte del jurado que juzgaría a su colega Eduardo Freiler, un magistrado que el Gobierno busca apartar bajo cargos de corrupción. A fines de agosto, Ferro decidió renunciar a integrar ese jurado. Según reconstruyó el medio Infocielo, a partir de fuentes judiciales, mediaron presiones y negociaciones.
Es que, si bien se le atribuye a Ferro militancia en el colectivo Justicia Legítima, quienes conocen el paño marplatense sostienen que se acomoda al viento que sopla. Para muestra vale un botón: fue designado por un decreto del dictador Reynaldo Bignone en plena dictadura, investigó delitos de lesa humanidad pero esquivó sistemáticamente ir tras los peces gordos.
¿Qué tipo de “premio” podría obtener? Descartado el freno a su jury, habida cuenta de que está avanzado y que las pruebas en su contra abundan, se especula con que el Gobierno acepte una eventual -y oportuna- renuncia y le evite el bochornoso desenlace que implicaría la destitución.
Fuente: Infocielo
Los jueces federales de MdP son de terror. Su pésima fama trasciende las fronteras de la provincia y la nación. Es toda una camada política K que aún está enquistada en la Justicia, en este caso la federal. Lamentablemente, no es fácil hacer una limpieza, que es muy necesaria.