La aparición del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el Estadio José Amalfitani, para ver perder 2 – 0 a Argentinos Juniors frente a Velez, abrió una serie de lecturas sobre la inconveniencia de semejante desaire a un país vecino como jefe de Estado. Los uruguayos a quien se los suele denominar como los hermanos del Río de la Plata, seguramente se harán cargo del desplante.
Ir a Montevideo desde Capital Federal, es más fácil que llegar a Mar del Plata. No asistir a la asunción de las nuevas autoridades de ese país, arguyendo la apertura del año legislativo, sonó a excusa barata y torpe. Más aún, Jair Bolsonaro, presidente de Brasil había propuesto un encuentro como agenda en el marco de las relaciones inexcusables que se deben mantener con países como Uruguay y Brasil, especialmente.
Brasil es el principal socio comercial de Argentina. Observar a Alberto Fernández en el encuentro de Argentinos con Velez, sonó a burla y a improcedencia. Fernández es el presidente de todos los argentinos, y sería importante conocer qué piensan sobre la conducta del primer mandatario, no como espectador del fútbol sino como estadista, en dejar tan mal parado al país frente a uruguayos y brasileños.
Es una falta de respeto para 400.000.000 de latinoamericanos. Es confundir los mandatos que confiere la política, con fines desconocidos. Argentina no está en condiciones de darse el lujo de semejante arbitrariedad.
La desaparición eventual de la Superliga arrancó desbancando al módico Angelici y al inexistente Gribaudo, hasta en el mundo Boca. Qué venía después? La AFA inspirada en el modelo que perduró 50 años aproximadamente. Así surgen Sergio Massa, Aníbal Fernández, Nicolás Russo como arietes para perforar cualquier vestigios de poder que surja de CAMBIEMOS.
Operaron en la elección de Boca con Ameal y Riquelme. La tenían fácil, la paternidad de River con la estrella de Gallardo, volvió el paralelismo del descenso de River, irreversible, son daños que las parcialidades tan encendidas nunca perdonan. La suerte estaba sellada para la continuidad del macrismo. Pero quiénes surgen detrás de los nubarrones, de lo más oscuro del poder y las cercanías del mismo.
Marcelo Tinelli y Hugo Moyano, junto al yerno de éste y titular del CEAMSE y la AFA, el híper cuestionado y polémico Chiqui Tapia. Tinelli fue el socio de Cristóbal López (y ahora “lucha contra el hambre”) formando parte del gobierno de los Fernández y es invitado oficial a la apertura de sesiones legislativas.
Hubo una patética foto (qué “caripela” de disgusto y cara de orto) del conductor televisivo, en los palcos del Congreso Nacional, quien oportunamente se tuvo que comer el 38-38 con 75 votos emitidos: mafia. Ahora retoma el picaresco rumbo de los negocios en torno al Estado y la disposición de los recursos públicos a través del fútbol.
Tinelli acaba de ganar las elecciones en San Lorenzo con el 80 % de los votos. Pero la situación no es muy distinta a la que vive Moyano, o está en ese trance. La oposición encabezada por Beto César habló de un pasivo enorme, de proscripciones a través del manejo de la junta electoral y que: ¨Se los nota desesperados, ellos se juegan muchos proyectos personales de poder que nada tienen que ver con San Lorenzo”, apuntándole también a Matías Lammens, y a las sinuosas intervenciones que han tenido en relación al futuro estadio en la Avenida La Plata.
La impunidad e inmunidad de Hugo Moyano en Independiente, moviendo y disponiendo de millones de dólares en carteles de negocios vinculados con el CEAMSE, más Marcelo Hugo en San Lorenzo. No es para nada casual que estos engendros prosperen con los aires de la vieja política.
Los entrenadores rechazan, una y otra vez, hacerse cargo de la conducción futbolística de la entidad de Avellaneda, no quieren agarrar y los Diablos Rojos atraviesan una crisis en todos sus órdenes y las quejas bajan desde los cuatro costados del Estadio, con insultos de todo calibre a Hugo y Pablo Moyano.
Los mismos, ya no se muestran sin sus consabidos guardaespaldas, debido al profundo malestar que han generado. Los barrabravas no son cultores de la diplomacia cuando plantean sus diferencias, aunque en este caso sería par y paso, con los dirigentes camioneros.
Alberto para sostenerse abrió el juego con Tapia, Tinelli y Moyano, sabe que le espera una resistencia con límites desconocidos y va por la ocupación de estructuras sindicales y deportivas, en busca de aliados. Todos, sin excepciones, cada vez más enredados.
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Que tipos tan repugnantes.
Este año va el bailando en un caño?
que lindos tipos…
y nos gobiernan
Peor que el corona virus es haber votado a Macri y seguir siendo macristas.