Hugo Sigman nuevamente aparece por detrás de una polémica en torno a las vacunas contra el coronavirus, esta vez por la aprobación exprés del uso de Sinopharm en niños de 3 a 11 años.
El dueño del Grupo Insud es socio del laboratorio chino que produce Sinopharm y desde hace meses mantiene negociaciones para producir esa vacuna en Argentina, más concretamente en su planta Sinergium.
El supuesto acuerdo de Sigman con los chinos fue anunciado meses atrás pero nunca se confirmó oficialmente y por ahora no hay novedades sobre su concreción. Es que el anuncio se dio en momentos en que China había restringido las exportaciones de la vacuna para priorizar a su población, pero luego la producción se destrabó y terminaron llegando 24 millones de dosis en el tercer trimestre del año.
La relación de Sigman con los chinos fue fluctuando ya que al comienzo el empresario -que también participó de los ensayos clínicos- buscó monopolizar la importación de esa vacuna, una maniobra para la que tuvo el aval del ex ministro Ginés González García. Pero, como reveló LPO en su momento, Cristina Kirchner se interpuso y bloqueó el acuerdo.
La vicepresidenta se enojó por las maniobras de Ginés para favorecer a Sigman y su vacuna de AstraZeneca y lanzó una negociación directa con el gobierno de China. La jugada incluyó el desplazamiento de Luis María Kreckler de la embajada en Beijing y la designación de Sabino Vaca Narvaja, que aceleró el acuerdo de Estado a Estado, sin intervención de empresarios.
La duda que circula ahora en círculos políticos y científicos es si Sigman -que ganó peso en el gobierno con la designación de su amigo Juan Manzur- influyó en la decisión del gobierno de acelerar la aprobación de Sinopharm para menores de 11 años, aún cuando el laboratorio chino no presentó los informes completos de los estudios.
Según explicó Carla Vizzotti, el gobierno tiene stockeadas 10 millones de dosis de Sinopharm para aplicar en los menores y avanzará en los próximos días a pesar de los cuestionamientos de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (SADIP), además de algunos especialistas y grupos de padres organizados.
Los sectores más duros directamente rechazan el uso de esta vacuna en menores, mientras que la SAP y la SADIP reclamaron que la Anmat y el Ministerio de Salud muestren toda la información a la que accedieron para autorizar el uso de esta fórmula.
“Es necesario avanzar con vacunas seguras y eficaces, aprobadas por las autoridades regulatorias internacionales: Organización Mundial de la Salud (OMS), Agencia Europea de Medicamentos (EMA), Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA)”, dijo la SADIP en un comunicado.
“Si bien los datos publicados de los estudios de Fase I y II de la vacuna Sinopharm son alentadores, es imprescindible disponer de la información científica referida, de la Dirección Nacional de Evaluación y Registros de Medicamentos”, precisó la institución, al tiempo que pidió que “se amplíe el informe técnico complementario referido a la vacuna Sinopharm para su uso a partir de los 3 años de edad”.