Los bienes de la familia presidencial con muchas dudas. Todo de acuerdo al cristal con que se mira. Por un lado se cuestiona seriamente la irregularidad y falta de documentación. Por el otro si se investiga es destituyente, agresivo, peligroso y hasta estúpido.
Lo que nos debe interesar es la igualdad y, en todo caso, el doble compromiso de quienes gobiernan. Serlo y parecerlo, como fundamento de una de sociedad si efectivamente se cree que esta debe existir como tal, la de los objetivos comunes con normas ineludibles.
Qué pasa con el habitante común. Ante la falta de una documentación, es inmediatamente requerido, ya sea desde lo público o lo privado. Asimismo por la falta de respuestas de la que habitualmente hace gala el gobierno y las reparticiones que lo componen para el ciudadano en todo caso requirente. Pero eso sí, si uno no aporta respuesta, culpable sin más vueltas.
La razón siempre debe estar en la igualdad ante la ley y esa gran responsabilidad de gobernar con el ejemplo. Lo más sano sería que en cuanto aparece un cuestionamiento, no solamente palabras de un jefe de Gabinete. Que aparezcan rápidamente los papeles que certifiquen que se está dentro de las normas. No dejar correr para que venga el olvido. De todas maneras ya lo sabemos, si si miente algo quedará, de alguna forma gastará las figuras claves de un Estado. Y esto no hace bien. Todo queda en una zona gris donde siempre gana el poderoso.
No vale que se diga que esto es lo normal, que se está dentro de lo faltante en lo cotidiano. De esta manera no se avanza, no se construye con bases sólidas.
Un vez más, no es un juez, no es un político el que amerita la respuesta concreta y probatoria, es cada uno de los habitantes de una República en falta. Vale nuevamente aquello de el pueblo quiere saber de qué se trata y esto es muy serio, para nada estúpido.
Miguel Toscano