El fútbol argentino vive una jornada de luto y conmoción por el trágico desenlace de un hecho de violencia ocurrido el domingo en la localidad de Sarandí, ubicada en el partido bonaerense de Avellaneda, desatada contra un árbitro.
Williams Tapón, uno de los agresores del juez de campo Cristian Ariel Paniagua, se quitó la vida en la vía pública luego de que el referí lo denunciara penalmente por intento de homicidio.
El episodio inicial se produjo luego de un partido amateur entre “La Cortada FC y Los Amigos”, que se disputaba en el predio La Reja.
Según relató Paniagua a la policía, todo comenzó cuando le mostró una tarjeta amarilla a Emanuel Arse, jugador de La Cortada, por una falta. El futbolista reaccionó empujándolo e insultándolo, lo que le valió la expulsión.
En ese instante intervino el ahora fallecido Williams Tapón, otro integrante del mismo equipo, que le propinó dos golpes de puño en el rostro al árbitro y lo dejó inconsciente en el suelo. Lejos de detenerse, continuó agrediéndolo con patadas en la cabeza, mientras sus compañeros y rivales intentaban separarlo.
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