Diseminado el producto del crisol político de los argentinos, al cumplirse 41 años de la recuperación de la democracia, es básico no evadir ni eludir las internas y elegir a través de la expresión de sus afiliados partidarios, que parten desde la cuna de los 135 los distritos bonaerenses, que componen el mayor número de votantes de la totalidad de la inmensa Argentina.
La política y sus representantes han observado un importante período de desabastecimiento y falta renovación genuina, donde se han perdido sus raíces y alejado de los ideales que supieron sin embargo construir la gesta de 1983, que se recuerda cómo única en la historia mundial. Los acuerdos y los negociados limitan las renovaciones.
Afortunadamente, la interna que vivirá este domingo la UCR bonaerense, debería ser el nuevo hito de reconstrucción, si así hiciera falta, para volver a empezar y recuperarse de las frustraciones de quienes supieron abrazar una causa digna, cargada de valores y principios.
No valen las proclamas vacías y huecas que proponen seguir en la misma huella de la decadencia, seguir atados a destinos que profesan otros rumbos, a tal punto de exhibir como éxito ser un aliado de segunda línea en Juntos Por el Cambio. Integrar una nueva versión a modo de reincidencia que aparece desintegrada y rema la chance de arrimar con LLA y el PRO.
La UCR ha perdido identidad, su ADN político fue negociado a cambio de beneficios personales de dirigentes que privilegiaron puestos, cargos usurpando bancas que no representan la calidad de su construcción. La historia le ha dado una nueva oportunidad y hay que poner en valor a quienes rechazaron los acuerdos ofrecidos a través de una lista unidad, optando por el camino de las urnas para elegir.
La primera derrota de la actual conducción partidaria bonaerense de la UCR, fue que se abra una interna partidaria y que no haya dado lugar a una lista única propuesta por el oficialismo, donde iban a prevalecer los espacios de espaldas a la voluntad de los afiliados. Así nace Futuro Radical, que no se reduce a un título.
No es lo mismo abrir un comité que se mantuvo cerrado durante 2 años, para limpiarlo tres días antes de las elecciones, que ser reelegido en cinco oportunidades como el doctor Lunghi que cumplirá 24 años de mandato como intendente de Tandil.
La ciudad serrana ya encabeza un polo regional y ha sido elegida para encabezar una red de ciudades del Mercosur de más de 150.000 habitantes. Tandil mantiene relaciones comerciales con 77 países del mundo y no se baja de ningún podio donde se mide la calidad de vida de sus habitantes.
La excelencia obtenida bajo su gestión en la calidad de la atención de la salud pública, se puede mensurar con algunas entidades del ámbito privado.
Miguel Lunghi no había bajado a la arena de política partidaria, siempre había elegido permanecer al margen de la misma y apuntalar la gestión. Es el camino inverso a la rosca y a prosperar con los pactos más oscuros de los sótanos de la política.
Lunghi no es producto de que la UCR aparezca en el caso Chocolate y otros casos para nada afines a la pulcritud de la toma de decisiones en la legislatura provincial. La UCR entregó al PRO el primer lugar a Alejandro Rabinovich, a senador provincial de la Quinta Sección Electoral que reside en Palermo Soho, la más importante del interior de la Provincia de Buenos Aires.
Hoy paradójicamente, desde el oficialismo que responde a Maximiliano Abad, la consigna es elegir entre los bonaerenses. Más falta de escrupulosidad no se consigue.
NOTAS VINCULADAS
En la interna bonaerense, esconden la boleta de Abad por considerarlo un quemo
Abad más embarrado en plena campaña de la interna radical bonaerense
Defensor del Pueblo: la sociedad Abad Montenegro pone en crisis a la propia coalición