Scioli y Pulti fuera de protocolo y al mejor estilo de los barrabravas

No respetaron el protocolo y entraron al Estadio llevados en andas por 50 jóvenes. Desalojaron a Vilma Baragiola. Si bien en su carácter de gobernador, Scioli tiene atribuciones sobre ciertas jurisdicciones provinciales ubicadas dentro del Partido de General Pueyrredon, no es menos cierto que Mar del Plata está al servicio de los caprichos y antojos del gobernador, como se han venido registrando en mdphoy.com , durante el último mes.Scioli está en campaña interna del P.J., y maneja al intendente como a una marioneta, ya lo hizo con el uso que hizo de la conferencia de prensa en el Museo Contemporáneo. Ya los periodistas que cubren distintas programaciones de temporada alta, han tomado conocimiento del atropello de ceremonial de la Provincia.Había sido advertido que para el partido de River vs. Boca, la gobernación había arrasado con las ubicaciones del palco del Estadio José María Minella, quedándose con las ubicaciones de protocolo, que llegan al D.E., como parte del contrato que se firma la Municipalidad por el alquiler del Estadio para el Torneo de Verano

Quien debió sufrir este atropello, fue la propia presidente del Honorable Concejo Deliberante a quien se le negó la entrada a su ubicación, como ha ocurrido históricamente en el palco central. Vilma Baragiola debió ocupar una de las plateas laterales, mientras que Scioli y su séquito junto a Pulti se reservaron las ubicaciones preferenciales, que dan acceso directo al contacto con la prensa en la confitería, antes, en el entretiempo y luego del partido. Fue evidente que el propósito fue que Vilma Baragiola, no comparta ese sector, cuyo ingreso fue vedado a la máxima titular del Concejo Deliberante, no así para concejales oficialistas que si estaban en el lugar.

Pero no el único bochorno que protagonizaron. Tanto Scioli como Pulti ingresaron por la puerta principal del estacionamiento cubierto y a la zona de confitería, prácticamente llevados en andas por un grupo de 50 jóvenes que no exhibían ni entradas ni credenciales, sino al mejor estilo de los barrabravas, pero ahora incluían en el paquete nada menos que al gobernador y al intendente.