La cartera de Turismo, Ambiente y Deportes, que conduce Daniel Scioli, dio comienzo al plan de privatización del complejo turístico de Chapadmalal, al convocar a licitación pública para otorgar concesiones en las unidades 2 y 7, cuya apertura de ofertas se efectuará el 20 de septiembre a las 11.
Junto al de embalse, en Córdoba, este conglomerado turístico inaugurado durante la presidencia de Juan Domingo Perón y declarado Monumento Histórico Nacional en 2013 por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se desprenderá de dos de las 9 unidades que lo integran.
Es conforme a lo establecido en el llamado a licitación pública 0014/2024 a través del Boletín Oficial, publicado con el título “Contratación de Servicio de Hotelería para los Hoteles 2 y 7 de la Unidad Turística Chapadmalal”.
De acuerdo al pliego licitatorio, la concesión será por un plazo total de dos años, período en el que el privado no pagará un canon.
A cambio deberá ofrecer tarifas sociales y realizar la conservación y mejora de las instalaciones.
Ante el 26° Encuentro de Municipios Turísticos que se celebró en Mar del Plata, Scioli justificó esta decisión en que había que “buscarle sustentabilidad social y económica, fundamentalmente”, al complejo ubicado a 20 kilómetros al sur de Mar del Plata y a 15 kilómetros de Miramar.
La licitación será por un plazo inicial de 12 meses con una opción de prórroga de otro plazo idéntico.
Además, estará subdividida por hotel, donde los interesados deberán realizar una oferta económica con el precio por día clase turista.
Uno será por pensión completa, que además del alojamiento incluirá desayuno, almuerzo y cena, y otro por pensión simple, excluyendo el servicio gastronómico.
Sectores vulnerables
La tarifa a cotizar deberá tener presente los objetivos trazados por la Subsecretaría de Turismo, “siendo esta acorde a la prestación de servicios accesibles, garantizando el acceso a los beneficios de ese programa en todas sus formas, en condiciones adecuadas de economía, seguridad y comodidad, privilegiando a los sectores vulnerables de la sociedad”, según indica el documento.
La prestación comprende los servicios de atención de las habitaciones y limpieza general, mantenimiento de los inmuebles, muebles e instalaciones; servicio de comedores y bares con suministro de desayuno, almuerzo y cena; servicio de actividades recreativas; atención de los locales comerciales y establecimientos; servicio de seguridad y vigilancia en todos los edificios alcanzados por la licitación.
Los concesionarios deberán ejecutar un “Plan de Conservación, Definitivo y Mejoras”, que contiene una serie de acciones necesarias para el correcto mantenimiento en condiciones de funcionamiento de las instalaciones, mobiliario y equipamiento recibidos, debiendo preservar su adecuado estado más allá del desgaste producido por su uso normal.
Las tareas de conservación y mantenimiento incluyen la reparación de equipos (heladeras, hornos, cocinas, calderas,) útiles y griferías, y la reposición de tapas de depósitos y artefactos sanitarios, vidrios, espejos, artefactos eléctricos, de iluminación, tomacorrientes, teclas, equipamiento variado (sillas, mesas, bancos, entre otros), reparaciones de pintura en paredes o mobiliario que por su uso se hayan dañado y otros elementos de similares características.
Las instalaciones
El complejo tiene capacidad para 4.000 plazas. Posee nueve hoteles, con tres plantas y pabellones de una cuadra y media de longitud cada uno, 19 bungalows o chalets, un polideportivo y los edificios de administración, correo y ermita.
El balneario tendría alrededor de 100.000 metros cuadrados construidos.
A esto hay que sumarle la Residencia Presidencial de Chapadmalal, lindante a los hoteles, utilizada por todos los presidentes.
Con Mauricio Macri este sector pasó a depender directamente de Presidencia. Su esposa Juliana Awada fue la última en remodelar la casona.
El ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Gatopodis, tuiteó que en marzo había advertido sobre los Hoteles de Chapadmalal que el Gobierno nacional frenó las obras para hacer negocios.
“La despreciable decisión de Daniel Scioli de priorizar un negocio privado por sobre el carácter social para el que este complejo fue creado por la Fundación Eva Perón, representa todo lo contrario de lo que, estoy convencido, deben ser los valores del peronismo en esta nueva etapa de la Argentina”, señaló.
Añadió: “Me duele y me da bronca porque el secretario de Turismo de Milei ocupó los máximos lugares de responsabilidad a los que puede aspirar un compañero en nuestro partido“.
Y finalizó diciendo que “el Estado debe ser administrado de manera inteligente y no siendo duro con los más débiles, que van a dejar de beneficiarse de estos hoteles, y blando con los que van a terminar haciendo un negoción gracias a las obras que se realizaron con la plata de todos los argentinos”.
Inversión en turismo social
En 2021, el gobierno de Alberto Fernández que integraba encaró obras de remodelación y mantenimiento en el complejo, destinándole una inversión de 1.630 millones de pesos, en el marco de un plan integral de modernización y puesta en valor a cargo del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación.
Chapadmalal ocupa casi 75 hectáreas de bosques de pinos y playas tranquilas con acantilados y fuertes olas. Está en una zona ideal para el surf, que viene creciendo, con nuevas casas, barrios cerrados y emprendimientos en los alrededores.
Algunos hoteles funcionaron en forma parcial hasta antes de la pandemia, otros estuvieron clausurados durante más de 20 años.
En la temporada de verano de 2021 fueron reabiertos los N 1, 2, 5 y 9 con 1000 plazas disponibles.
En el 2022 fue el turno del 6, 7 y 8. Al 4 le tocó en el 2023 y finalmente le llegó el turno del 3, gracias a un financiamiento externo, en el 2024.
La larga historia
En 1945, justo antes de la primera presidencia de Juan Domingo Perón, se firmó el decreto impulsando la construcción de una ciudad balnearia en Chapadmalal para ser usada por los empleados públicos nacionales y trabajadores de todas las disciplinas mediante el pago de precios módicos.
También estaba destinada a los niños, ancianos y discapacitados, que accedían en forma gratuita.
Estos complejos graficaron el pasaje de un turismo sólo reservado a la clase alta de fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX a un turismo masivo para la clase media y un turismo social para la clase baja en la segunda mitad del siglo XX.
Finalizada la segunda presidencia de Perón, hubo una reconversión del turismo social que impactó en el complejo.
Los sucesivos gobiernos dejaron sin efecto la estructura de prestaciones y transferencias de recursos provocando un lento desgaste de los hoteles.
Con la vuelta de la democracia se intentó reactivar el sistema, pero el turismo ya había cambiado y la crisis económica perjudicó el mantenimiento de los complejos, que demandaban grandes montos para seguir funcionando.
A partir del 2003 comenzó cierta reactivación del turismo estatal reestableciendo la infraestructura y las actividades de la Unidad.
Pero las inversiones requeridas seguían siendo muy superiores a las recaudaciones destinadas al sector.
A esto se sumó la pandemia, empeorando aún más la situación.