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Scioli, a contramano de Milei: pidió jubilación de privilegio y cobra 36 jubilaciones mínimas

La gran estrella del mercado de pases de la política de este año fue Daniel Scioli. El ex gobernador había estado a punto de ser candidato a presidente de parte de Alberto Fernández pero, contra todo pronóstico, a fines de enero se estaba convirtiendo en el flamante secretario de Turismo, Deportes y Ambiente de Javier Milei.

Eso es, al menos, lo que parecería bajo una mirada superficial. Si se pone un poco la lupa, se puede ver que la relación entre Scioli y el libertario viene de larga data. Al menos desde el 2014: en aquel momento Milei empezó a trabajar como economista en jefe de la Fundación Acordar, un think tank de supuesto corte liberal que acercaba propuestas de políticas públicas a la campaña del motonauta. Como contó NOTICIAS en su tapa de la edición anterior, al anarcocapitalista que jura que quiere destruir el Estado se le pagaba bien, entre 2000 y 3500 dólares al mes que salían de Provincia Seguros, un ente del gobierno provincial.

Pero la contradicción entre la ideología que profesa Milei y cómo se llenaba el bolsillo con el dinero que salía de los impuestos de los bonaerenses no es la única en esta historia. Es que a pesar de que el Presidente ya presentó su “renuncia indeclinable” a la jubilación de privilegio que le correspondería por el cargo, e hizo de esta medida una de sus grandes banderas, sus propios funcionarios hacen lo contrario. Es que, en una resolución que llegó a la ANSES el miércoles 26 de junio, a Scioli le dieron la jubilación de privilegio por haber sido vicepresidente de Néstor Kirchner. Otro capítulo más de la distancia entre lo que La Libertad Avanza dice ser y lo que en verdad es.

Laberinto. Es verdad que el primer hecho que no termina de cerrar acá es el propio lugar de Scioli dentro de este gobierno. Milei llegó a la política jurando destruir a la casta y, según la propia lógica del economista, el motonauta bien podría ser parte de ese grupo aparentemente odioso. Scioli fue diputado en los noventa bajo el ala de Carlos Menem, secretario de Deportes de Adolfo Rodríguez Saá y de Eduardo Duhalde, vicepresidente de Néstor, dos veces gobernador de Buenos Aires, presidente del Partido Justicialista, otra vez diputado durante el macrismo, embajador en Brasil por pedido expreso de Alberto Fernández y ministro fugaz de Desarrollo Productivo en la administración del Frente de Todos. Pergaminos para integrar eso que Milei llamó “casta” le sobran.

Pero el libertario hizo borrón y cuenta nueva, con Scioli y también con otros. Ahora quizás vuelva a tener que hacerla. Es que el Presidente montó todo un show político alrededor de su decisión de renunciar a su jubilación de privilegio. “Si yo hago bien mi trabajo después voy a poder seguir trabajando en el sector privado cuando deje este puesto. Pero ellos están acostumbrados a hacer zafarrancho durante los últimos 100 años, entonces tienen un seguro que son las jubilaciones de privilegio. No, basta, si hiciste las cosas mal mereces cagarte de hambre por hijo de puta y por eso hay que eliminarlas”, dijo el 6 de junio, durante un acto con José Luis Espert en Santa Fe. Como el tema pegó en las redes, a los días publicó un video corto, estilo selfie, donde vuelve a hablar loas de su decisión. “Lo hago bajo el convencimiento de que nadie merece una jubilación de privilegio, y mucho menos la política. La basura de los políticos argentinos, luego de 100 años de hacer desastres utilizan esto como un seguro, hay que eliminarlo para que cuando terminan la gestión que se caguen de hambre por haber sido unos dirigentes de mierda. Viva la libertad, carajo”, decía en el clip, muy festejado en las redes libertarias.

Entonces, según la propia lógica del Presidente, su secretario de Turismo y Deportes no sólo sería parte de “la casta” sino también una “basura” que merece “morirse de hambre por hijo de puta”. Es que Scioli hizo exactamente lo que Milei criticaba con tanta dureza. En una resolución que tiene fecha el 26 de junio, ANSES aprueba que se le regrese la jubilación de privilegio que le correspondía por haber sido vicepresidente y que había entrado en pausa cuando había asumido como embajador en Brasil.
La suma ascendía, en aquel mes de junio, a $8.488.568,74. A eso el ex gobernador solicitaba que se le adjuntase un monto retroactivo, por el tiempo que no cobró la jubilación de privilegio, de $12.523.606,25. Es decir que, si en julio cobró la jubilación más el retroactivo Scioli se llevó a su casa más de 20 millones de pesos. Sin el retroactivo, lo que cobra cada mes el ex gobernador de parte del Estado son $8.488.568,74, ya que renunció al sueldo que le corresponde como secretario de Estado. El día del cierre de esta edición, el libertario había participado del Foro de Madrid, el evento que organiza la agrupación española ultraconservadora VOX y que ahora se hizo en Buenos Aires, en la que Milei había dicho que “hay dos grupos en la población: los pagadores y los consumidores de impuestos. Estos son las ratas del poder, que ven en la política una caja para parasitar”. ¿En qué lugar de la población queda ahora él y su funcionario? El equipo de Scioli se comunicó con esta revista y sostiene que los números son otros: $5.169.492, que con el descuento de ganancias serían alrededor de tres millones y medio.
Esta novedad llega además en las semanas en las que ocurrieron fuertes incidentes en las afueras del Congreso, por la decisión presidencial de vetar el aumento a las jubilaciones que habían votado las dos cámaras del Congreso. Hay que ver cómo cae esta noticia entre los jubilados que el miércoles 28 de agosto y el miércoles 4 de septiembre recibieron palazos de parte de la Gendarmería: la jubilación de privilegio que cobra Scioli equivale a 36 jubilaciones mínimas. Dirían en las redes libertarias, con la tuya, contribuyente.

Al frente. Por ahora, el otrora motonauta se mueve con comodidad dentro del gobierno. Tuvo varios momentos de estrellato mediático: cuando dio el salto a las filas de La Libertad Avanza y despertó cientos de críticas del peronismo por su declaración de que el fundador de este movimiento estaría hoy con el oficialismo, cuando propuso darle el premio Nobel de Economía al Presidente -a pesar de que, como NOTICIAS documentó en varias ocasiones, Milei es un comprobado plagiador- y también cuando reversionó su histórico slogan, que pegó en las redes: “con fe y esperanza, La Libertad Avanza”.

Hoy los que tienen diálogo con el secretario lo ven metido en la gestión, reportando a diario a Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, y a su segundo, Lisandro Catalán. Son todos viejos conocidos: durante su gobierno en Buenos Aires Francos era el presidente de la Fundación Acordar, en la que trabajaba Milei, y Catalán era director de Provincia Seguros, el ente al cual el libertario le presentaba cada mes las facturas. Amigos son los amigos.

Scioli no tiene demasiado trato con Milei en la diaria. Le sucede lo mismo que a la mayoría de los funcionarios: salvo el caso del ministerio de Economía y el Banco Central, el libertario no se mete para nada ni en la gestión ni en el día a día. Esa independencia tuvo un freno el día en que Julio Garro, entonces secretario de Deportes, criticó en una entrevista radial a la Selección por los cánticos racistas contra Francia y pidió que Messi pidiera disculpas en público. En aquella jornada, a mediados de julio, Scioli recibió de parte de Francos una órden que llegaba de arriba, la de expulsar a Garro del Gobierno.

Scioli se mueve con soltura en el oficialismo. Hasta está involucrado en el empuje que le está dando el Gobierno a su intención de empujar la creación de sociedades anónimas deportivas en el fútbol local. Mantuvo varias reuniones con empresarios interesados en esta inversión, que coordina con la diputada libertaria Juliana Santillán y el CEO de World Eleven, Guillermo Tofoni, muy cercano a la legisladora y con experiencia en este rubro. La AFA que comanda Claudio “Chiqui” Tapia resiste este embate, y hasta ahora la Justicia le viene dando la razón al dirigente y a la institución que logró la Copa del Mundo.

Hubo, en estos meses, varios rumores en el círculo rojo sobre el otrora motonauta y las aspiraciones políticas que podría llegar a tener, puntualmente sobre el área de Cancillería. Por ahora, Diana Mondino sigue en su puesto y Scioli en el suyo.

Juan Luis González

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