Carta de Lectores, Política

Sarmiento pisoteado: los números no cierran porque faltan horas de matemáticas

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Leyendo, viendo por televisión, escuchando por radio y releyendo para poder interpretar la realidad del conflicto docente, confieso que no entendí nada. ¿Qué porcentaje de aumento concedió Daniel Scioli? Los montos que da el gobierno bonaerense  y los que manejan los gremios, no coinciden… ¿Será por eso que la calidad de la educación ha caído tanto en la República Argentina?

Quizás el problema sea fácil de interpretar analizando quienes manejan el primer estado argentino (el más importante por extensión, población, producción, etcétera) y descubriendo que los sindicalistas hace mucho tiempo que no ven un guardapolvo blanco en las aulas y que ya ni recuerdan como eran las tizas, los pupitres y los pizarrones; es casi lógico que hayan olvidado las operaciones matemáticas más esenciales.

Hubo una época, cuando nuestro país era líder en la enseñanza pública, que colombianos, chilenos, bolivianos, paraguayos, mexicanos, admiraban la calidad y gratuidad de nuestra escuela pública; demás está decir que la Reforma Universitaria nacida en Córdoba,  provocó una revolución en los claustros de América Latina. Ah!! esos tiempos en que la revista Billiken era lectura de cabecera de todos los chicos de nuestra Patria grande.

En esos tiempos, verduleros, almaceneros, panaderos, a quienes sin respetar origen, llamábamos tanos o gallegos, nos causaban gracia porque llevaban un lápiz en la oreja y una libretita negra para anotar “los fiados”.

Nos reíamos de como sumaban y restaban en el aire; no usaban calculadoras ni tenían acceso “al ábaco”. Sin embargo, esos comerciantes, sortearon grandes crisis económicas, en especial las de post segunda guerra.

¿Cómo hacían? Muy sencillo: cuando los números no cerraban, achicaban, reducían gastos. Todo al revés de lo que hacen Scioli, otros gobernadores y también las máximas autoridades del país que, contrariamente a los métodos de aquel entonces, cuando la plata no alcanza suben impuestos,  tasas,  gravámenes, tarifas de peajes, agua, gas, electricidad, inventan revaluos, etcétera. Y,  si no,  tienen al alcance de la mano el potaje mágico, verbigracia: emisión de bonos, Club de París, FMI o cualquiera de los prestamistas internacionales que cobran intereses usurarios porque de ahí también deben salir las comisiones de los gestores, como denunciaban el periodista Alejandro Olmos y el general Juan Domingo Perón.

No sabemos cuánto ha sido el porcentaje de aumento,  pero podemos vislumbrar que el endeudamiento de Buenos Aires será colosal porque ahora viene la renegociación con otros empleados estatales: médicos, judiciales,  trabajadores afiliados a ATE, etcétera, etcétera.

Y el déficit será colosal porque Scioli y sus secuaces  no dejarán de gastar millonadas de pesos en pintura naranja, y en campañas políticas tratando de imponerlo como candidato a presidente en 2015.

¿Alguien imagina las fabulosas sumas que gastaron en viáticos, transportes, uniformes, etcétera, sólo “ Manino” o el “Cucurucho”?

Daniel Scioli, sin ningún tipo de dudas, no pasará a la historia como “gran estadista”; será recordado como el gobernador que más dilapidó el presupuesto bonaerense. Ahora, sin ir más lejos, desconoce  la deuda que transferirá a las futuras autoridades;  no se trata sólo de salarios: muchos de los edificios educacionales están en ruinas; falta material didáctico, adeuda cifras siderales a  proveedores de comedores escolares, los pagos de la obra pública están en mora.

Ahora, a pesar de esta fallida gestión, ¿por qué el periodismo no lo critica como hace con Cristina?

¿Cuál es la razón para que -especialmente- los periodistas estrella de la televisión no se encarnicen con él?

Otro de los grandes gastos que hace el gobierno de Scioli, además de los apuntados y la financiación de festivales de música (con los cantantes que le gustan a la Karina) peleas de boxeo y espectáculos teatrales, esta la pauta multimillonaria en programas políticos y de chimentos de la televisión, con dineros del Banco e la Provincia, de la Lotería Bonaerense y otros entes de la provincia de Buenos Aires.

Nadie ha dicho, por ejemplo, que en su gobierno hay nepotismo… ¿O no es nepotismo que su esposa y su hermano menor estén en el Banco de la Provincia? Y que el otro “fratello”, “el Pepe”, actúe como su vocero, aun integrando la lista de Francisco de Narváez como primer candidato a senador por la provincia de Buenos Aires.

Para no extendernos, copiamos el significado del vocablo: “El nepotismo es la preferencia que tienen  algunos funcionarios para dar empleos a familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar cargos en la función pública…”

Pero volvamos al conflicto sindical: Con la confusión de datos, a la imposibilidad de asegurar si los maestros consiguieron mayores beneficios que los ofrecidos en las primeras negociaciones, no hay que descartar varias hipótesis: entre los docentes comenzaba a notarse cierto cansancio por la prolongación de la medida de fuerza y la presión que ejercían los padres de los 3 millones y pico de educandos que,  ya llevaban perdidos más de veinte días de clase… O sea más del 10%  de los 180 prometidos con bombos y platillos…

Además crecían las versiones y sospechas de que Roberto Baradel, estaba jugando para el “kirchnerismo” o el “sabbatellismo”; esto es, tratando de desprestigiar, aún más, a Daniel Scioli… Pero nada hay barato en esta vida, en especial en política y gremialismo: La oposición de la izquierda en los gremios de docentes viene creciendo; tan es así que al oficialismo ya le han arrebatado la conducción de varias poderosas filiales.

Dos preguntas básicas quedan en el aire: ¿A cuánto alcanzará el déficit presupuestario de Buenos Aires y, de dónde saldrán los fondos para enfrentar las nuevas erogaciones…?

Cristina se debe estar restregando las manos, mientras muchos padres,  buscan la forma de financiar el cambio de escuela de sus hijos. No hace falta decir que cambio es sacarlos de la querida escuela pública, que subsiste gracias al trabajo de  las asociaciones cooperadoras y anotarlos en colegios privados…

Pobre Sarmiento… como hemos pisoteado la ley 1420…

O.G.T

 

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