Por Cristian Ariel Mangini
Terror en la Antártida (Whiteout / 2009 / USA, Canadá, Francia / 100 minutos)
Director: Dominic Sena
Guión: Jon Hoeber, Erich Hoeber, Chad Hayes, Carey Hayes. Basada en el cómic unitario “Whiteout” (1998) de Greg Rucka y Steve Lieber.
Reparto: Kate Beckinsale, Gabriel Macht, Tom Skerritt, Shawn Doyle.
Sala y horarios: Cines del Paseo (todos los días: 17:25, 19:35 y 21:45. Viernes y sábado también: 01:10. En caso de mal tiempo también: 15:15)
Hay aquí una de esas películas que a partir de su adelanto o nombre pueden confundir al espectador que espera ver un determinado producto. En este caso podríamos hablar de terror, pero la película está basada más bien en el formato más convencional del thriller, con alguna creación de climas que podría incluirla con elementos de thriller psicológico, pero nada más. Quienes esperen ver sangre a raudales y una tensión insoportable y opresiva van a tener que buscar en otra parte, porque este film se centra más en la incógnita, el suspenso, los giros y el shock. Con una puesta en escena atmosférica a partir de una locación como la Antártida, donde el blanco enceguece la vista y el clima amenaza con volverse un trastorno, el film del irregular Dominic Sena, que cuenta con un film intenso y perturbador como Kalifornia (1993), pero también las flojas 60 segundos (2000) y Swordfish (2001). Será cuestión de ver qué puede ofrecer, además de un elenco interesante con la versátil y hermosa Kete Beckinsale y actores experimentados como Tom Skerrit y Shawn Doyle. El relato cuenta precisamente cómo una policía militar llega a una base en la Antártida para investigar el primer asesinato ocurrido allí. Pero el clima será un contratiempo que le dejará solo tres días para acechar al asesino y resolver el caso, antes de que todo se oscurezca y quede aislada en la base. Interesante, y quizá ofrezca momentos de un suspenso genuino. No es una jugada segura, pero si a usted le gustan las incógnitas y la tensión con giros imprevisibles esta puede ser una buena alternativa.
Juventud sin juventud (Youth without youth / 2007 / USA, Rumania, Italia, Alemania, Francia / 120 minutos)
Director: Francis Ford Coppola
Guión: Francis Ford Coppola. Basada en el relato Juventud sin juventud (1976) de Mircea Eliade.
Reparto: Tim Roth, Alexandra Maria Lara, Bruno Ganz, André Hennicke.
Sala y horarios: Cines del Paseo (todos los días: 17:15 y 22:15. Viernes y sábado también: 00:55. En caso de mal tiempo también: 14:45)
Hay directores que no requieren introducción, seamos o no autoristas o seguidores de su cine. Su nombre ha cobrado una relevancia que lo ubica en un canon más allá de sus méritos cinematográficos: su popularidad y la de sus películas hace que hablar de él brinde inmediatamente el nombre de El padrino o el rostro de un antológico Marlon Brando o al Pacino, o que traiga a la mente cierto helicóptero sobrevolando la selva vietnamita. Eso es Francis Ford Coppola, ese es el ícono que construyó sus cimientos sobre la cultura popular pero además tiene suficientes méritos estéticos como para dejar su marca en el siglo XX, y no sólo por las películas antes mencionadas: La conversación, Drácula y varios de sus films con Roger Corman en producción durante los sesentas, además de alguna joya que permanece olvidada en la década del ochenta y los noventas, que apenas tuvieron estreno comercial en nuestro país, son suficiente para dejar su sello en la historia del séptimo arte. Pero ¿que pasa con el Coppola del que la gente no sabe?, ¿es otro Coppola?, no, sigue siendo el mismo, pero a veces tiene estos proyectos “pequeños” que sólo se ven en circuitos periféricos como, sabemos, sucederá con la película filmada recientemente en nuestro país, Tetro. Y sin embargo Juventud sin juventud se ha convertido en un estreno comercial, con toda su carga surrealista y sin figuras comerciales para poner un póster en los cines. En este caso hablamos de una película que tiene su base en un relato del filósofo, historiador de las religiones y novelista rumano Mircea Eliade, un intelectual con una vida sembrada de controversias políticas y personales, que además dejó valiosos aportes para los cuales se precisaría desarrollar un texto mucho más extenso para hacerle justicia. La película relata cómo un anciano profesor de lingüística, Dominic Matei, sufre un giro fantástico, cuando un extraño fenómeno lo convierte en un fugitivo perseguido por los nazis, durante los oscuros años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial en Europa. Con el paso del tiempo, el hombre se da cuenta de que no sólo se está volviendo cada vez más joven, sino que su inteligencia aumenta exponencialmente. Es un film interesante, cuya trama y trabajo estético puede resultar no apto para todos los espectadores. Quienes vayan dispuestos a dejarse llevar por el relato y la audacia narrativa quizá la pasen bien (aunque, hay que decirlo, no todas son flores en la carrera de Coppola).