Los jugadores no son boludos y máxime los de élite. Sampahumo es la antítesis del ejemplo a seguir. Escribió el manual de lo que no debe hacer un entrenador, del rango y prestigio que merece la Selección Argentina. ¿Pero qué podemos esperar de “Chiqui” Tapia? Es el fruto del 38 a 38. Julio Grondona en este ambiente, tuvo el oficio necesario. “Esto es fútbol” como dicen para hacer referencia a jugadas insólitas, futbol bien o mal jugado, resultados inesperados, etc. Julio Grondona era Charles De Gualle, al lado de esta nueva camada mafiosa.
Sampahumo escapó del aeropuerto luego del papelón ante España. Transmite tensiones y genera desconcierto, además se regala a los jugadores, no tiene la mínima ascendencia con valores que comparten las charlas técnicas con Mourinho, Guardiola, Zinedine Zidane, Héctor Cuper, Diego Simeone y el ingeniero Manuel Pellegrini, entre otros, en el máximo nivel de este deporte, mundialmente practicado. Sampahumo no domina ese vestuario, ya se le fue de las manos y así no se puede ir a jugar un mundial. El entrenador ya tiene asegurado su contrato hasta la culminación del Mundial 2022 que se celebrará en Qatar, por eso su despido sería la ruina para la AFA. Aunque el “Chiqui” Tapia, como conoce el paño, sabrá cómo sacárselo de encima.
César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo, cada uno con su filosofía, generaban a gusto o a disgusto, capacidad de conducción, de mando, de respeto, y por eso tuvieron los resultados que tuvieron. Hay jugadores que se recontra cagan de risa de Sampahumo. ¿¿¿¡¡¡Qué tiene que ir a hablar!!!??? Qué va a dar explicaciones. No hay que complicarla tanto, está todo inventado, sólo que se agrega la tecnología de la alta competencia.
Hay que contextualizar debidamente. En esta contingencia, en este momento extremo, en esta situación límite hay que apelar a ser prácticos. Caruso Lombardi es ideal para encabezar estos procesos. Lo llaman para salvarse del descenso y tiene el mérito de darse cuenta rápidamente que cuando no funciona se va. Acá es lo mismo son sólo 7 partidos, este plantel va a salir a la cancha disminuido por su falta de confianza.
Caruso armó varios equipos con postes. Es pillo, tiene inteligencia y puede elegir a discreción, hay jugadores argentinos por todo el mundo y conoce como nadie el mercado de cabotaje. Tiene esa personalidad y muchos periodistas que están subidos al cuello de una jirafa lo masacran, esta es la realidad. Y hace una falta una oxigenación total, es tóxico el clima que genera Sampahumo. Irrespirable. Ya hay diferencias entre el cuerpo técnico y los jugadores por el reparto de los premios. En el plantel tampoco se bancan al alto perfil de Becacece y Sampahumo ya lo sabe, no en vano llegó Pablo César Aimar.
Los jugadores en Europa, que juegan en la Juve, Inter, Real Madrid, Barcelona, Manchester City, Manchester United. Estoy absolutamente convencido, que Pablo Aimar fue sugerido como incorporación para que los jugadores se sientan contenidos de alguna forma, con un referente que puede ser un interlocutor válido en una crisis, como la que vive Argentina a 50 días de un Mundial.
Sampahumo es el “Chiqui” Tapia, éste no puede organizar un campeonato, un fixture, una fecha con horarios definidos, no se sabe si hay descensos o ascensos, es un caos con los barras y los arbitrajes.
Y que no se les ocurra que el próximo técnico sea Napoleón, revisen bien lo que hizo en River, profundamente. Napoléon es el fruto de marketing de River y de los pauta pendientes de Don Frío. Armani hace 2 años que tenía que estar en River. ¿Quién trajo a Lux y Bologna? Napoleón que desalojó a Scocco para bancar a Pratto, porque nunca River va a recuperar los 15 palos verdes que puso por el “Oso”.
Napoleón se hizo firmar un contrato por U$S 24.000.000.- porque es funcional a un mentiroso, hipócrita y cínico serial, como el presidente de River.
La política de River en compra y venta de jugadores ha sido pésima, no tiene jugadores en la Selección y en la Primera no hay valores surgidos de las inferiores. A los millonarios les va a salir muy caro, esta política de correr detrás de los títulos de Boca. Sólo lo pudo hacer porque recibió una herencia extraordinaria, como el plantel cuya base armó Matías Almeya, durante la gestión de Daniel Alberto Passarella.
Los referentes siguen pero ya sienten el peso de los años que pasan, pero no se olviden de Barovero; Mercado, Maidana, Funes Mori y Vangionni; Kranevitter, Poncio y Rojas; Lanzini; Mora y Trezeguet (al que echaron) para “no opacar” al “Cavegol” otro vende humo de las huestes de Don Frío.
Jorge Elías Gómez