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River no tiene metas deportivas sino objetivos políticos: Gallardo es un muñeco de D´Onofrio

Este modesto diario digital del interior del país, ha ido adelantando paso a paso lo que va ocurriendo en el Mundo River. La curiosidad es que los medios porteños independientes y partidarios guardan sugestivo silencio y brindan un manto de protección bajo la seria sospecha de formar parte de una intensiva campaña de marketing, montada para tapar desaciertos que se han acumulado por caprichos e intencionalidad política que domina la escena en River.

Aparece en la mitad de la tabla, no de 20 sino de 30 equipos, cuando se ha cumplido un tercio de la disputa del torneo. No es representativo en una competencia con Defensa y Justicia, Aldosivi, Patronato, Temperley, San Martín de San Juan, es impresentable.

Así como se han conseguido títulos para sumar en cantidad, hacer bulto, la calidad de los mismos como sus rivales, han sido de dudosa aceptación para ser serios. El trabajo sobre el hincha más permeable esconde intereses políticos de D´Onofrio (La Caja), Jorge Brito (Banco Macro) y Matías Patanián (Aeropuerto 2000), el trío de las billeteras más gordas que vuelven a remontarnos a la época del nefasto José María Aguilar.

Lo de Gallardo ya deja de ser digno, porque se ha servido de un plantel que no formó, sino que heredó y ya sus intentos de justificaciones resultan tan extenuantes como falaces para soportarlas ¿Por qué el partido con Rosario Central se ha convertido en una importancia excluyente? Precisamente porque se han privilegiado objetivos que sólo sirven a la política interna, que no agregan prestigio, producen desvalorización del plantel, se mal vende y se compra peor, un combo explosivo, que también produce papelones como los que se han vivido en estos dos últimos años y generan grandes deudas imposibles de pagar.

Lo de Japón fue imperdonable y se cuenta como una victoria, parece el relato de la década ganada del kirchnerismo, al cual son afines D´Onofrio y sus socios Brito y Patanián. Con ellos como cómplices llegaron al poder en el 2013, con el descenso previamente planificado junto a Julio Grondona.

La Copa Argentina y su obtención es la vara más alta del River Plate de este año. Es un reflejo de la decadencia de una conducción incapaz e inoperante, que tapa una campaña a fuerza de millonarias operaciones de publicidad, que ya representan una obscenidad y son visiblemente públicas, aunque siempre no hay peor sordo que el que  no quiere oír.

Por qué el partido del jueves en Córdoba es tomado como una final del mundo. Porque de perderlo se derrumba todo el proyecto como un castillo de naipes, aunque el receso y las fiestas de fin de año servirán como paños fríos hasta un atenuado retorno oficial al Monumental, tal vez con otro técnico, y con otros refuerzos como Tabaré Viudez (volverá de Nacional de Uruguay sino es adquirido por el “Bolso”), Iván Alonso (se retirará o volverá a Nacional de Uruguay), Marcelo Larrondo (llegó lesionado y volvió a resentirse de la rodilla, estará dispuesto para enero con mucha suerte) y Luciano Lollo (otro que llegó lesionado y debió ser intervenido en el mismo lugar que hace tres meses. Lo grave es que los médicos de la entidad de Núñez le aseguraron a Gallardo que era un riesgo la compra del central ex Racing y Belgrano por 3.5 millones de dólares, pero “Napoleón”, como se lo suele llamar al “Muñeco” en el mundo River, decidió jugársela igual).

Todo un insulto a la inteligencia del hincha millonario. Haciendo esas operaciones siempre van a tener un plantel corto y pibes que aún no están para debutar en primera juegan son utilizados para disfrazar los fracasos continuos a la hora de reforzar un plantel, que no solo ha perdido nombres propios de peso sino que además no tiene jerarquía.

A nadie se le puede escapar que son el producto de un tongo y negociados. D´Onofrio y Cía. Le faltan falta el respeto al hincha, al simpatizante y al socio de River, en cualquiera de los órdenes que se los ubique. Todos los periodistas no paran de tirarle centros a pesar de su 0 de 100  en posibilidades, que lo exponen a una manifiesta debilidad e incompetencia que no va a poder neutralizar con chicanas durante todo su mandato.

D´Onofrio se encontró con la mesa servida que dejó la gestión de Passarella, y sigue subsistiendo de la rica cantera que dejó el ex presidente en los planteles de juveniles que dejó en Núñez: Sebastián Driussi, Gio Simeone, Augusto Batalla,  entre otros, por citar sólo algunos ejemplos, que en realidad sobran, lo cual hacen más notable aún el deterioro que están produciendo.

Se jugaron la herencia, se quedaron sin resto y ahora hay que pagar la fiesta y no tienen a quien echarle la culpa.

Volviendo al encuentro con Rosario Central. Alguien que me pueda explicar a quién le puede levantar el ánimo Gallardo desde anoche hasta el jueves. Sostiene una sarta de incoherencias que en realidad me hacen dudar sobre el control que tiene de la situación, a esta altura no debiera sorprender, que River se vea desbordado y superado por Rosario Central en la final de la Copa Argentina, de la cual se renegó pero que hoy es más importante ganarla que ir a hacer un nuevo papelón a Tokio.

Gallardo es un muñeco de la dirigencia, está poniendo la cara (para eso cobra y muy bien) por la desacertada conducción de las autoridades que han sometido los objetivos deportivos a sus necesidades personales, políticas y económicas.

Al jueves se llega en las peores condiciones posibles y no habría que descartar que sólo con la intensidad que seguramente propondrá el Chacho Coudet, alcance. Un partido doméstico que se ha transformado en la razón de un semestre sin brotes verdes. No hay coherencia, o si, haber devaluado por razones políticas los torneos locales, River hace 2 años estaba 1° hoy es el 15 ° en la tabla general, por su tendencia a caer. La balsa de la salvación de un naufragio está en el Mario Alberto Kempes, pero el pronóstico no es alentador. Es ir por el descarte, por la última niña de un baile a la nunca invitaste, regalado llega River, con Gallardo como muñeco de D´Onofrio.

El 2-4 de ayer fue una sonora cachetada de la realidad, y Batalla no debe ser convertido en el “Pato de la Boda”, sino debe dar lugar a las verdaderas razones por las cuales se fue Marcelo Barovero. El Monumental ha sido una verdadera caja de resonancia del ánimo de los hinchas, que se ha mantenido en silencio y tiene una directa relación con el manejo de “los barras” que venden complacencia que la dirigencia paga con servicios y campañas de publicidad. Todo es un negocio económico y político, que River institución paga con su prestigio, aunque no lo divisemos aún en la superficie, por lo menos el gran público o quienes prefieren seguir comprando espejitos de colores.

En algún momento va a estallar la incompetencia de todos, cuando en la interna cada uno trate de salvarse por su lado, para eximirse de sus responsabilidades y dejar al desnudo una inutilidad manifiesta por la cual River desembolsa una fortuna, justamente en una versión real exactamente inversa a las promesas de la campaña de D´Onofrio, que va a dejar la sucesión en manos de Jorge Brito, si le da el cuero, pero no de su billetera, ya que se trata de unos de los banqueros más ricos de la Argentina.

jgomez@mdphoy.com

Jorge Elías Gómez

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