Tan estremecedor como conmovedor es el suceso que estamos viviendo. La bandera más larga del mundo y su incorporación al libro Guinnes de Récords, es un hito en la historia del club. Ser protagonistas y contemporáneos a este momento es un privilegio. Todos bajo la misma bandera, esos mismos trapos que hace muy poco ocultaron lágrimas y ahora dejan ver rostros alegres por haber comenzado el irreversible camino de la grandeza, que nunca se debió haber perdido.
En el día 363, me referí a la necesidad de blindar a River, con la unidad y sin política. Se necesitaba un espíritu de refundación luego de la debacle. No es fácil, pero esta nueva demostración popular, incondicional, sin antecedentes, nos coloca sin dudas en el umbral de una nueva etapa.
La política interna del club a cualquier precio daña la estructura, resiente el andamiaje de una base sólida, distrae, contractura, y fundamentalmente, divide, este es el peor enemigo de River.
Entiendo que acertadamente el regreso a nuestra categoría, debió haber sido el paso inicial. Pero no fue así, dudas y accidentes deportivos, como los ocurridos frente a Newell´s y Racing, nos hicieron vivir un sofocón, que afortunadamente Almeyda ha sabido resolver. No aparece como casual esta instancia, sino que hay datos sólidos que permiten avizorar que hay una estructura de equipo que está en vías de consolidarse. Hará falta más sintonía final, y a todos nos gustaría que llegara el titulo de la mano y un triunfo el 28 de octubre en el Monumental por la 12 º fecha.
Y si, uno como hincha pide y desea, pero no debe exigir ni producir desbordes como los ocurridos en la cancha de Velez Sarsfield en el 0 – 2. Eso debe quedar definitivamente desterrado del club y todos los riverplatenses debemos combatir esas prácticas, que hunden y desprestigian a la institución.
El día después del 363, vino con atraso pero bienvenido sea. Hubo dos símbolos que de manera insoslayable, me permiten sostener que este momento ha llegado para quedarse. El abrazo de Poncio con Almeyda y hoy la bandera más larga del mundo.
Pero también es inevitable referirse a recientes hechos, que mortifican la vida de River. El banderinazo por dos jugadores de los cuales se prescindió, el otro hecho restante y lamentable, fue como anduvo ofreciéndose en programas de televisión, un ex entrenador que dice inescrupulosamente “querer” a River. No está mal recordar lo que le hace mal a River.
Claro que rescatar esta energía, que transmite la bandera deportiva más larga del mundo, es incomparable. Es lo que hay que capitalizar, atesorar bien fuerte, para que nunca más River tenga que padecer malas conducciones y peores dirigentes.
Jorge Elías Gómez