El Diputado Nacional y ex candidato presidencial por la UCR Ricardo Alfonsín, en su paso por Mar del Plata, participó de una Charla Debate en el Espacio Perfil, ante cientos de vecinos y turistas que se acercaron a escucharlo. Lo hizo acompañado por los legisladores Juan Pedro Tunessi, Carlos Fernández y Liliana Denot, el Concejal Mario Rodríguez y los dirigentes Gustavo “Tato” Serebrinsky y Mario Raiteri, entre otros. En un ambiente distendido y desacartonado, se sometió a una ronda de preguntas, a través de las cuales repasó desde aspectos de su vida personal, hasla la política nacional e internacional.
Consultado sobre la relación con su padre y la permanente y lógica comparación, manifestó “admiré y admiro a mi padre, por eso a aquellos que permanentemente me chicanean con que no soy Raúl, les digo que se queden tranquilos, no tengo ningún complejo con eso, sé que no soy Raúl Alfonsín, aunque creo en las mismas cosas y sostengo sus mismos valores. Ahora debo afirmar que veo que son varios en la política argentina, dentro y fuera de la UCR, los que no son Raúl Alfonsín”, agregó entre sonrisas, ante el aplauso de los concurrentes.
Requerida su opinión sobre las próximas elecciones legislativas, que se llevarán a cabo en pocos meses, dijo que “será necesario construir una alternativa que sea capaz de reunir los valores republicanos, los valores democráticos y lo que podríamos llamar la justicia social, la lucha por la igualdad en la Argentina. Así se podrá disputar al oficialismo las elecciones legislativas con un propósito de extenderlo a 2015. Pero sobre todo construir una alternativa que tenga un sentido de superación para evitar el riesgo de caer en una restauración noventista en la Argentina. Este reverdecer de filosofías o ideas que dominaron las políticas que se aplicaron durante la década del ’90 y que fueron muy dañinas para la Argentina y en especial para los sectores populares”.
Sobre si ve una posibilidad o una suerte de retorno a esas políticas desde el Gobierno nacional, respondió: “uno de los daños que puede hacer el oficialismo es lograr que se termine desacreditando ante la sociedad la idea de que la política debe intervenir en la organización de la sociedad en sus aspectos fundamentales, en particular en la economía. Nosotros reivindicamos la política como instancia configuradora de lo social y lo económico, pero no se debe tratar de cualquier tipo de intervención. Debe ser una intervención virtuosa. El gobierno, creo, ha cometido demasiados errores y si no los resuelve el desencanto de la sociedad puede terminar favoreciendo a aquellos sectores que creyeron que cuanto menos Estado o cuanto menos política, mejor para el funcionamiento de la sociedad. Por eso nosotros decimos que se necesita intervención estatal, pero debe ser una intervención virtuosa, que aliente a los distintos actores económicos de la sociedad”.
Acerca de qué lugar ocupará su partido, la Unión Cívica Radical, este año, en las elecciones legislativas, Ricardo Alfonsín afirmó: “estamos trabajando para unir a las fuerzas republicanas, democráticas y socialdemócratas en un frente que por supuesto contendría además de la Unión Cívica Radical, al socialismo, al GEN, a Libres del Sur y algunas otras fuerzas políticas. Ese sería el núcleo duro de una alternativa que se podría perfilar para las presidenciales de 2015. Desde luego las conversaciones que hemos tenido están todavía en una etapa preliminar y habrá que ver cuál es la disposición de las otras fuerzas para trabajar en esta dirección”.
Luego de una pausa, continuó diciendo “le agrego algo muy importante, el gobierno imagina dos escenarios ideales. El primero de ellos es que todos los sectores de la oposición vayan a las elecciones por separado. No es necesario argumentar demasiado por qué esto le convendría al oficialismo. El segundo escenario es que vayan todos juntos, incluso los que piensan de manera antagónica. Y esto le convendría también al gobierno porque esas inconsistencias programáticas volverían a esta coalición muy vulnerable electoralmente. Aparecería como un frente simplemente “anti”, como un frente puramente electoral cuyas inconsistencias lo volverían muy débil electoralmente. Avanzar en una gran coalición de estas características sería un gran error, porque no se trata sólo de ganar elecciones, sino también de gobernar y eso lo sabe muy bien la sociedad”.
Finalmente, se le preguntó sobre qué rol se asigna a sí mismo en esta etapa y si intentará renovar su banca como diputado, y expresó: “estoy trabajando para reunir a estas fuerzas de las que hablábamos antes. Eventualmente los candidatos de cada una de estas agrupaciones deberían ser aquellos que reúnan mejor dos condiciones fundamentales. Una es el que más garantías programáticas, ideológicas brinde, la otra es el que mayores garantías en términos electorales ofrezca. El que reúna mejor estas condiciones debería ser el candidato. Si eventualmente soy yo el que reúne esas dos condiciones, no rehuiré el desafío, pero esto lo deberíamos resolver puertas adentro a priori, y si no lográramos definirlo nosotros mismos deberíamos recurrir a ese instrumento tan democrático como son las internas abiertas”.