Cuánto más avance la investigación, más comprometido queda el intendente municipal, a expensas de lo que declare Juan Carlos Belmonte. Pulti se ufanó públicamente, de haber puesto el huevo de tamaña acusación, como denunciante de una asociación ilícita. Y ahora es preso de sus palabras, le cabe: “Dime que afirmas con obsesión y te diré que ocultas”.
La expresión parece calzar justo a la situación judicial que atraviesa Juan Carlos Belmonte, el jefe de División de Licencias de Conducir, detenido la semana anterior, ya que le decisión del juez de Garantías Dr. Saúl Roberto Errandonea, excluyó a Belmonte de las excarcelaciones (que si otorgó al resto de los detenidos) En término judiciales, esto implica en principio, que se considera a Belmonte, incurso en una de las figuras que penalmente puede recibir la pena máxima, por encabezar una asociación ilícita, de acuerdo a la investigación, con una pena de 5 años no excarcelable como mínimo.
Si nos atenemos a la calidad de la prueba, la misma fue entendida como de gran valor en materia de validez. El fiscal Fernández Garello expresó: “lo importante es que lo hemos sacado rápido de la administración pública”, dijo con respecto a la situación de Belmonte. No fue precisamente lo que hizo el intendente Pulti, que no sólo lo rescató a pesar de sus flojos antecedentes, sino que además lo promovió, y lo mantuvo en su cargo a pesar de las denuncias y expresiones públicas que inundaban la ciudad.
Belmonte aislado, como detenido, no resulta en libertad confiable a la justicia, porque puede interferir o modificar el rango de la investigación. ¿Qué dirá Belmonte ante el juez, cuando preste declaración? Es el desvelo de los funcionarios que actúan en el equipo del intendente, que no precisamente han logrado bajar el perfil de las actuaciones.
Sobre Belmonte pesan dos percances anteriores, que lo dejan comprometido, aunque se potencian cuando el funcionario deba explicar cómo hacía todo lo que se le adjudica, lo que dicen los testigos y cómo y quién lo devolvió a ese rango, ahí cae en la volteada el intendente, por no haber respetado el derecho a los concursos, con los cuales regó de tinta (negra) la incorporación de agentes municipales, en su peroratas de concejal y en la crónica de las mismas.
Dos ex intendentes, Roig y Aprile, ya lo habían ubicado en el foco de inconveniente para manejar áreas de semejante trascendencia, como el otorgamiento de licencias de conducir, justamente argumento excluyente del fiscal Fernández Garello al referirse en estos días a la problemática del tránsito.
La justicia y la política atienden su juego. Entre ambas han llevado al país de los argentinos a un verdadero descalabro, ni unos ni otros sacarán los pies del pato. Veremos qué deciden en función de sus conveniencias.
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