Marina Sánchez Herrero por redes sociales expresa que escribió poco menos que un tratado sobre medio ambiente, pero con su doble voto habilitó un pliego que el Juzgado Contencioso Administrativo objetó y produjo nada menos que la suspensión de una licitación pública, y son contundentes las maniobras del direccionamiento de los oferentes. El predio de disposicion está colapsado y es la mayor bomba ambiental que padece la ciudad merced a las decisiones de Montenegro. Por twitter son todos unos fenómenos.
No obstante, “En Mar del Plata todos los acuerdos de la UCR con el intendente Montenegro, son exclusivamente responsabilidad del presidente del Comité Provincia, Maximiliano Abad”, señaló vía telefónica a mdphoy.com uno de los máximos e históricos referentes de la Unión Cívica Radical de la República Argentina.
Montenegro cuya reelección entró en un cono de sombras, generó una áspera disputa interna entre dos de sus máximos y estrechos colaboradores, atraviesa por el momento más crítico de su gestión, se aleja del apogeo y sin prisa pero sin pausa se acerca hacia el perigeo.
Así y todo, la falta de construcción colectiva de colectiva no sólo se siente en la provincia sino en también en Mar del Plata, donde su esposa y presidenta del HCD celebra reuniones parroquiales que generan gacetillas alejadas del interés político.
Asimismo el lanzamiento de la candidatura de Abad en Once Unidos, fue solo el preludio de una movida que intentaría dejarlo en una banca de la Cámara de Senadores de la Nación.
Arrancaron con la queja “No quieren llevar a patadas en el culo”, “Vamos a ver si llegan (al 2023) escupiendo sangre” y responden ahora con “Abad vamos a cambiar la Provincia”. El diputado provincial cobró tinte de Napoleón partidario luego de la interna de la UCR en 2021.
Y si bien no desafió a Rusia como Bonaparte en 1815, se alió y se pegoteó con el PRO y la gestión Montenegro hasta que ahora parece dispuesto a acompañarlo más allá de las puertas del cementerio. La UCR no tiene candidatos marplatenses a la intendencia, ha sido reducida a su mínima expresión, expresan los más conspicuos correligionarios.
Las expresiones de poder de Abad como tutor radical de la provincia puede sintetizarse en tres decisiones que revelan su norte político: Lanzó al ruedo político a su esposa Marina Sánchez Herrero, de escasa trayectoria política y nula militancia partidaria, y la convirtió en el sello de su acuerdo con Montenegro.
Ella misma se quejó “Yo soy la que pongo la cara”, aunque se aseguró que Axel Kicillof asegure el voto peronista en su designación como integrante de la Suprema Corte de Justicia.
También acudió al todo terreno Diego Garciarena, quien ejerció como multipropósito de Gabriel Mariotto como vice gobernador y presidente de la Cámara de senadores de la Provincia.
Y Abad también su raid de acuerdos acelerados ni bien asumió cerró con Axel Kicillof la designación de Federico Thea al frente del Tribunal de Cuentas de la Provincia. Thea es el hombre de mayor acercamiento y confianza del gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Es posible que Abad, como Napoléon, conduzca a sus soldados a Waterloo. El máximo responsable de la UCR hoy por estas lecturas se estaría volcando a cerrar la posible reelección de Montenegro dentro del marco de la coalición de Juntos Por el Cambio, pero sólo para achicar los daños que puede producirle el resultado de una interna que desesperadamente le pide Gustavo Posse.