Los últimos accidentes en las rutas argentinas, que dejaron 22 muertos y decenas de heridos, pusieron nuevamente bajo la lupa a la política de seguridad vial en nuestro país. La Ruta Nacional 7, por ejemplo, donde ayer un camión colisionó contra una camioneta que transportaba a varios chicos que habían viajado a la Capital Federal, cuenta con un historial escalofriante.
En ese mismo corredor -que ayer sumó otras 8 víctimas fatales- murieron otrasocho personas el miércoles pasado. Y el 2 de septiembre también habían fallecido tres jugadores juveniles de Barracas Central, todos menores de 15 años. Pero no es la única de las rutas de la muerte.
“En la red troncal de carreteras nacionales, que representan el 5% los 300 mil kilómetros de rutas argentinas, transitan más del 57% de los vehículos y, allí ocurren cerca del 75% de los accidentes fatales y un 66% de los choques frontales. El problema es que tenemos una red vial del siglo XIX“, explicó a LPO Osvaldo Ottaviano, especialista de la Fundación Metas Siglo XXI.
Junto a Guillermo Laura, Ottaviano impulsa un proyecto de ley para construir 13.500 kilómetros de autopistas inteligentes, que remplazarían a las tradicionales rutas de una sola mano de la red troncal. “Las más peligrosas son las rutas 3, 5, 7, 8, 14, 33, entre otras… Allí ocurren la mayoría de los siniestros”, aseguró el especialista.
Y detalló: “Las carreteras de hoy tienen el ancho de un arco de fútbol. Son muy angostas. Y en todos estos años los vehículos particulares y sobre todo los de cargas se han agrandado mucho. Por más que se dedique mucho dinero en educación vial -que es importante- no se va a solucionar el problema de fondo”.
La iniciativa se propone finalizar las obras en aproximadamente 10 años, con un costo de entre 25 y 30 mil millones de dólares. “Pero el financiamiento sería como ya se hizo en EEUU o en China: se pagaría con una leve tasa en los combustibles. Con 3 centavos por litros se financia mil kilómetros de autopistas”, detalló Ottaviano.
Los números
La estadísticas muestran una realidad preocupante, a pesar de que en los dos últimos años bajó la tasa de mortalidad en las rutas argentinas. Según un estudio realizado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial, las provincias en donde ocurren mayor cantidad de accidentes son Santa Fe (27.517), Mendoza (14.753), Buenos Aires (14.730) y Chaco (13.515); mientras que Catamarca (997) y Corrientes (843) son las que menos siniestros viales tienen.
Ese mismo estudio muestra que la mayor cantidad de víctimas mortales -en el lugar de los hechos- por accidentes de tránsito se ubican en Buenos Aires, con 833. También en 2010, en Córdoba hubo 505, en Santa Fe 358, en Misiones 249 y en Mendoza 212. El total de muertes en todo el país fue de 4162.
Si se observan las investigaciones de los años anteriores, puede encenderse una luz de esperanza. En 2008, el total de víctimas fatales fue de 4654 -en Buenos Aires hubo 1011- y en en 2009 se perdieron 4253 vidas -908 en territorio bonaerense-. Es decir que en ese período, se registró una disminución del 10,57% a nivel país, y del 17,61% en la Provincia.
Sin embargo, la cifras son más abultadas cuando se cuentan las víctimas fatales, no sólo en el lugar de los hechos sino también a aquellos que murieron como consecuencia de los accidentes hasta los 30 días posteriores. Según las investigaciones de la Asociación Civil Luchemos, en 2010 hubo 7659 muertos, un promedio de 21 muertes por día. Y en la Provincia de Buenos Aires, 2856 -seguida por Santa Fe con 653-.
Los especialistas explican que no es llamativo que Buenos Aires encabece el ranking de muertes, porque hay un factor determinante: la cantidad de autos que circulan por sus rutas. Un dato claro confirma este razonamiento. El año pasado, el parque automotor bonaerense registrado alcanzó los 5.410.640 vehículos. Muy atrás, se ubicaron Córdoba y Santa Fe, con 1.361.802 y 1.265.947 respectivamente.
“Hay que ser prudentes”
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, responsabilizó a los conductores de los vehículos que colisionaron: “Esto se explica por la imprudencia de los que tienen que respetar la ley y no lo hacen. Hay un testimonio de un padre que venía en un auto desde atrás y asegura que venían a 125 kilómetros y no podían alcanzar a la combi. En el lugar estaba claramente señalizado que había construcciones y que tenían que ir a las velocidades permitidas”, explicó.
Y agregó: “Creemos que hay que respetar las normas. Venimos trabajando muy fuerte. Creamos la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). La dotamos de presupuesto, lanzamos un programa de educación vial, una escuela de capacitación. Pero el Estado no puede estar al lado de todos los conductores. Apelamos a la responsabilidad de todos para no lamentar este tipo de tragedias”.
Sergio Levin, padre de una de las víctimas de la tragedia de los alumnos de Ecos en Santa Fe, se mostró en línea con Randazzo: “En este accidente la ANSV no tiene absolutamente nada que ver. Ellos vienen trabajando muy bien. Lograron la licencia nacional de conducir, avanzaron con el registro de antecedentes de multas, en el desarrollo de una política nacional de leyes de seguridad vial, y en cursos capacitación y educación”.
Sin embargo, cuestionó elrol de la secretaría de Transporte y de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT): “Schiavi lo único que hace es subsidiar a las empresas para mantener bajas las tarifas. Pero no invierten en capacitación ni en el control de las compañías. ¿Por qué no controlan que los conductores estén capacitados, que las unidades estén en condiciones, con los cinturones de seguridad, con las habilitaciones pertinentes?”
Y concluyó: “¿Cómo es posible que un chofer que lleva a menores de edad vaya escuchando música con auriculares? Y también, sin ninguna duda, hay una cuota de irresponsabilidad e imprudencia. Porque la Ruta 7 estaba con obras de mejoramiento. Muy lentas, pero con mejoras. ¿Y por qué deciden salir con chicos a la noche en una ruta que está con obras? Y encima van a 100 kilómetros por hora, cuando los carteles decían que el máximo era a 60”.
Pero no todos están conformes con la actuación de la ANSV, ni con el modo en que es gestionada por Randazzo. En el Gobierno son varios los dirigentes que cuestionan al ministro del Interior porque entienden que utiliza a ese organismo, dotado de un abultado presupuesto, para publicitar su figura.
Según pudo averiguar LPO, la Agencia Nacional de Seguridad Vial contará con una partida de más de 220 millones de pesos, de los cuales 192 millones serán recursos propios y 28 millones serán requeridos vía créditos externos. En la ley del Presupuesto 2012 se explica que de esa enorme masa de dinero casi 89 millones se irán en las remuneraciones de los empleados, 83 en otros gastos corrientes y sólo 12 estarán destinadas a inversión real directa.
“Ni siquiera muestra los logros de la gestión: con esa caja hace propaganda personal. Va a las carreras de TC y se saca fotos con los corredores. O en el verano, con la excusa de los controles en las rutas a los balnearios, difunde sus fotos con famosos”, se quejan.
Lo más llamativo es que el encargado de hacer llegar ese material en las redacciones de revistas como Caras o Gente es nada menos que el relacionista público Leo Matheu, ex socio de Gaby Álvarez, quien estuvo preso casualmente por matar a una pareja mientras conducía por una ruta de Uruguay.
Fuente La Política On Line