Parece extraído de política ficción, aunque explica la decadencia marplatense. El ex intendente Daniel Katz (“El ruso malo”) calificó al intendente del PRO Guillermo Montenegro como un irresponsable por su comportamiento en la coalición, ante sus indefiniciones que han perforado la mesa chica de la política local.
Katz quien sucedió a Blas Aurelio Primo Aprile tras la renuncia de Arturo Petrillo, su primer concejal; Katz era el segundo y se calzó la intendencia. Dicen que desconocía una sucesión de hechos que estaban en desarrollo y la noticia lo sorprendió tomando un café en el shopping Los Gallegos, corría el 2002. Todo se cerró con una frase que sintetizó el proceso “El único que se fue, fui yo”, expresó el hoy todavía recordado y reconocido intendente de Mar del Plata.
Quien le avisó a Katz de las novedades en febrero de ese año fue Diego Garciarena, entonces concejal, y hoy asesor del diputado Maximiliano Abad. “Me siguen” diría Lilita, es casi una martingala en este juego del poder, en el cual aparece como entrampado el intendente Montenegro. Garciarena luego jugó como secretario general de Gabriel Mariotto, cuando éste fue presidente del senado provincial y vice gobernador bonaerense. Hoy Garciarena es el operador todo terreno de Maximiliano Abad.
Ya Daniel Katz en 2005 había hundido a la UCR local alineándose con Néstor Kirchner que proponía un movimiento transversal. Muchos radicales coinciden que fue el principio del fin de la UCR marplatense, claro no conocían a Maxi Abad que hoy con el 1,1 % de los votos pretende convertirse con su propia lapicera en el candidato a gobernador del partido que preside, que maneja con puño de hierro negando elecciones internas y cerrando la puerta del comité a las expresiones partidarías opositoras.
Ya lo hicieron jugar a Alejandro Rabinovich, un senador que surgió ungido en 2021 por Montenegro en el intento de colonización del PRO de la Quinta Sección Electoral, sueño que parece derrumbarse. El ruso porteño puso pies en polvorosa, sin votos ni chapa de pre candidato. Fue un ensayo que duró horas en el PRO. Lo corrieron apenas se conoció su nombre nadie muere en las vísperas
Montenegro está jugando a crear un vacío de poder político que lo erija como el único capaz de salvar la ropa de Juntos por el Cambio. No obstante también tiraron a la parrilla a Emiliano Giri y la conclusión llegó rápida es peor el “remedio que la enfermedad”
El intendente marplatense está en una burbuja, a expensas que las candidaturas del PRO en la presidencia y la gobernación le otorguen por inercia un volumen político que él despilfarra día a día a través de una gestión que no conoce su propio piso.
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