La sociedad se está transformando en un show patético que progresa día a día y que parece estimulado desde lo más alto de sus estructuras. Las palabras “botineras”, “barrabravas”, “acto político bajo una carpa y candidaturas de famosos”, “la desaparición del género como elemento diferencial”, “la compra de la pareja joven” y muchos otros fenómenos que progresan día a día parecen irse incorporando al inconsciente colectivo y por ende a la cultura.
Hoy la vedette nº 1 de la argentina porta pene, la belleza de Tevez le permite conquistar bonitas modelos, la mayoría de actos políticos se hacen bajo carpa, la discusión política se ventila en los programas televisivos mientras el Congreso está paralizado, la tigresa Acuña es concejal, Franco Macri tiene una esposa 47 años más joven que él, Susana Jiménez hasta hace poco tenía una pareja 30 años más joven que ella, los matrimonios gay ocupan la tapa de los diarios, a los desfiles de modelos concurren más hombres que mujeres, se despenalizó el consumo personal de drogas y así podríamos seguir enumerando fenómenos impensados no hace tanto tiempo atrás.
Mientras esto ocurre, el consumo de alcohol y drogas por parte de la juventud aumenta, los hechos delictivos aumentan exponencialmente, matar sin aviso se va transformando en un hecho cotidiano, el ataque impiadoso a ancianos es común, caminar por la calle de noche se ha transformado en un hábito peligroso, la filosofía mara ha penetrado en los sectores más marginales de la sociedad bajo la justificación del “estoy jugado”, la violación se está generalizando y así se podría seguir detallando mas situaciones.
Pensar que las dos descripciones que anteceden no tienen nada que ver entre ellas sería casi inocente y pensar que la falta de límites no es uno de los detonantes sería doblemente ingenuo.
Así vivimos la realidad de hoy, donde si la vedette nº1 hiciera un desnudo creo que nos caeríamos de espalda, donde si un sosia de Tevez que trabajara de empleado administrativo conquistara una modelo nos costaría entenderlo, donde si un anciano de 80 años jubilado con la mínima conquistara a una joven de 33 años nos parecería raro, donde si una pensionada también con la mínima de 65 años enamorara a un treintañero pintón nos llamaría la atención y donde si a un desfile de modelos concurrieran solo mujeres también nos parecería extraño.
Esto, desgraciadamente nos aproxima a una explicación. Vamos hacia una sociedad donde todo se compra y se vende, y cuando digo todo incluyo hasta la dignidad, porque pareciera ser que esta también se ha puesto en muchos casos arriba del mostrador.
Si algo nos faltara para completar el tema es la calidad del ejemplo que viene desde arriba. Basta con ver los diarios de hoy donde el Jefe de Gabinete y ex Ministro de Justicia aparece en una reunión con los bloggers K donde les ofrece financiación y en su foto luce una remera con dos muñequitos idénticos a los del logo del diario Clarín, que en vez de tener el clarín en la boca tal cual son, los tienen en el culo.
Lo dejo para la reflexión y lo único que pretendo es no escuchar dentro de unos años, si Dios me lo permite, el señalamiento recriminatorio con el dedo índice hacia el pasado. Porque nos guste o no nos guste, por comodidad o indiferencia, en su mayoría somos cómplices de lo que pasa.
Abel Cacho Ayala
3 palabras: ley de medios