Tras confirmar la formación de anticuerpos en fases anteriores, la farmacéutica Moderna inicia la tercera etapa de prueba. Expectativa y cautela.
Luego de constatar la formación de anticuerpos en la primera etapa de estudio, la farmacéutica Moderna iniciará en menos de dos semanas la tercera fase de pruebas de la vacuna experimental ARNm-1273 contra el coronavirus y sus científicos trabajan para determinar su eficacia, seguridad e inmunogenicidad.
La potencial vacuna es desarrollada por investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, en inglés), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, y la farmacéutica con sede en Cambridge, Massachusetts.
En su fase 1, el ensayo se inició sobre 45 adultos sanos de entre 18 y 55 años, quienes recibieron dos dosis con 28 días de diferencia. Tras la primera dosis, los anticuerpos aumentaron y volvieron a aumentar luego de la segunda, según consignó la revista científica New England Journal of Medicine, y luego de la segunda vacunación se detectó actividad neutralizadora del suero.
Hasta el momento, entre los efectos adversos que manifestaron los voluntarios que se sometieron a las pruebas, solo se constataron síntomas como fatiga, escalofríos, dolor de cabeza, mialgia y dolor en el lugar de la aplicación de la inyección. “Los eventos adversos sistémicos fueron más comunes luego de la segunda dosis de la vacuna”, especificaron.
En la fase 3, Moderna trabajará con 30 mil voluntarios y la colaboración del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos. Durante esta etapa, se usarán dosis de 100 microgramos del fármaco ARNm-1273. 15 000 voluntarios recibirán la vacuna y otros 15.0000, placebo.
En la fase 3, Moderna trabajará con 30 mil voluntarios
A diferencia de las vacunas tradicionales, que inyectan un virus debilitado, inactivo o un fragmento de él para generar una respuesta inmune del organismo, Moderna usa material genético llamado ARNm para hacer que las células produzcan proteínas que traten o prevengan enfermedades.
“Es una molécula monocatenaria que transporta código genético desde el ADN en el núcleo de una célula hasta los ribosomas, la maquinaria de producción de proteínas de la célula”, explica en su página web la institución, que proyecta entregar cerca de 500 millones de dosis por año y hasta mil millones anuales a partir de 2021, en asociaciones puntuales con otras compañías.
Mientras tanto, en Argentina, las miradas están puestas sobre los laboratorios Pfizer y BioNTech, quienes anunciaron que comenzarán a testear en el país su vacuna contra el coronavirus, actualmente en fase avanzada clínica, luego de pasar las pruebas iniciales de seguridad en Alemania y Estados Unidos y ser autorizada a avanzar a pruebas de eficacia por la Administración Federal de Drogas (FDA).