Política

Qué se juega en la Legislatura bonaerense

 

Las elecciones de este domingo plantean múltiples incógnitas en el territorio bonaerense, base del poder del oficialismo, donde sufrió en las PASO su derrota más sonora en septiembre. La más evidente es el resultado de la contienda en la categoría de diputados nacionales: Las cosas serán muy diferentes para las dos principales alianzas políticas si el Juntos mantiene la ventaja de 4,4% de las PASO, si la amplía o si el Frente de Todos logra acortarla. Pero a la vez, para el Gobernador Axel Kicillof, la pelea en la Legislatura, menos promocionada, es tal vez más importante aún. Sobre todo en el Senado, se juega parte de la gobernabilidad de los dos años finales de su mandato.

El resultado que emergió de las primarias sirve de base para trazar un diagnóstico sobre el la profundidad del desafío que enfrenta en Kicillof, que no tiene en las listas seccionales dirigentes  propios porque no logró –acaso tampoco intentó-  imponer candidatos. El punto clave es que si se repitiera el triunfo de, el Senado seguiría en manos de la oposición: Hoy tiene 26 senadores y pasaría a tener 25, mientras que el oficialismo sumaría apenas 1, logrado en la cuarta sección electoral, y de sumar20 se iría a 21. Seguiría entonces en poder de condicionar la aprobación de leyes, comenzando por el Presupuesto y la Ley Impositiva.

¿Hay chances de que el gobierno revierta ese cuadro? En el oficialismo piensan que sí. La lectura es la siguiente: Solo se debería repetir el resultado en la cuarta sección, y mejorar un poco en la primera y en la Séptima para lograrlo. En detalle: En esta última sección, Juntos se llevaría los tres senadores que renuevan sus bancas si se repitiera el resultado de la PASO. Sin embargo, el FdT quedó cerca de alcanzar el piso de 33,3% de votos para quedarse con un escaño, ya que obtuvo 30,15%. En el equipo de Eduardo “Bali” Bucca, que encabeza esa boleta, dicen que son apenas 4 mil votos. Un objetivo muy factible. Ahí, el reparto sería 2 a 1 y el FdT recuperaría su segundo senador. La  otra sección clave es la Primera, en el norte del Conurbano. Allí, el resultado está abierto: En septiembre, Juntos ganó por 5 puntos (39,8 a 35,8) por lo que se si repitiera el reparto de senadores quedaría 5 a 3. Sin embargo, si el oficialismo sube algo menos de 2 puntos y llega al 37,5%, el reparto sería 4 a 4. Sumaría el segundo nuevo senador. A la mejora en esas dos secciones, el oficialismo debería agregar un resultado similar al de septiembre en la cuarta, donde perdió pero igual sumó un represerntan respecto de los que obtuvo en 2017. Para que no ocurra, la oposición debería sacar más del 50% o alguna de las fuerzas que no llegaron al piso, alcanzar el 14,7% de los sufragios, algo que parece muy improbable.

Sobre esa base, el oficialismo mantiene un optimismo moderado: “nuestro objetivo de mínima en septiembre pasó a ser el de máxima en noviembre” es el resumen que se escucha en los pasillos , de la gobernación. Si lo logra, el senado quedaría con dos bloques de 23 integrantes cada uno por lo que la vicegobernadora Verónica Magario sería la responsable de desempatar las votaciones.

La pelea en Diputados

En diputado, en cambio, se da una situación singular. Aunque con menos chances de producirse que en Senado, allí también, de repetirse el resultado de las PASO, podría haber un empate, aunque en este caso desempataría la izquierda de FIT-U, que en esa hipótesis se quedaría con dos bancadas. Hoy, el reparto en la cámara baja marca 45 representantes para el FdT, que arriesga 22 y 38 para Juntos, que arriesga 19 (con una salvedad., en 2017 ganó 23 bancas pero cuatro se pasaron de bando desde entonces). Si noviembre fuese idéntico a septiembre, el oficialismo colaría 20 diputados y juntos 24. Así, habría un empate en 43 entre las bancadas mayoritarias, que podría resolverse con acuerdos. El Frente podría pensar den un acompañamiento en las votaciones de Fabio Britos, el hermano del intendente de Chivilcoy y en Natalia Sánchez Jáuregui, representante de FE, partido macrista en su momento que ahora integra el oficialismo pero no su bancada en Diputados. A la vez, los dos representantes de Cambio Federal con mandato hasta 2023, Sergio Domínguez Yelpo y Walter Carusso, son más cercanos a Juntos. Así, la paridad la podría quebrar la izquierda, que si repite los números que consiguió en septiembre obtendría dos diputados, ambos por la populosa tercera sección electoral. Sería una situación de poder inédita para es bloque.

Otros puntos de impacto

Claro que para Kicillof, y para el oficialismo en general, se juega en esta elección bastante más que lo que ocurra en la Legislatura. Los 4,5 puntos de diferencia que le sacó Juntos en la Proivncia, que le ganó en 7 de las 8 secciones del territorio, ya son un golpe tremendo: unos 600 mil votos de diferencia. Y si se mide respecto de 2019, la sangría es muchísimo mayor: Casi 2,4 millones de votos menos, caída que se explica básicamente por lo que ocurrió en el conurbano, donde el FdT obtuvo en 80% de la diferencia nacional que llevó a Alberto Fernández a la Presidencia.

Por eso, ganar (hipótesis casi quimérica según reconocen en el oficialismo) o acortar la diferencia (la esperanza más realista para el FdT) es muy distinto a una ventaja ampliada para Juntos, hipótesis que nadie descarta. En caso de empate, el embate del sectores como La Cámpora sobre Kicillof, que no es candidato pero es el responsable del distrito, podría ser muy duro y adquirir varios formatos, desde más cambios en el gabinete, una hipótesis probable en cualquier escenario, hasta un distanciamiento político pero sin ruptura formal con el ala comandada por Máximo Kirchner.

En cambio, Juntos aparece más aliviado en cualquier escenario. Aunque si la distancia se acorta quedará espacio para que el oficialismo presente como un triunfo lo que al menos será la detención de una sangría, no hay chance de ocultar este dato: Juntos viene de perder por 15 puntos en PBA en 2019 y esa diferencia se acortará sí o sí. Aquí, el efecto más importante tendrá que ver con cómo queda parado cada sector de cara a la interna 2023: Un angostamiento de la distancia favorecerá a los halcones (Mauricio Macri, Patricia Bullrich, los radicales Gerardo Morales o Facundo Manes), un mayor margen, a los moderados Rodríguez Larreta, Diego Santilli y compañía. (DIB)

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