En la Argentina de hoy existe un gran paradigma que debe ser analizado con mucho cuidado y con la mayor proporcionalidad de memoria posible. Cuando la juventud ha marcado en la historia mundial un sello de rebeldía y cambio ante situaciones adversas, en nuestro país se ha despertado un poder natural que ha llevado a los jóvenes a querer ser partícipes de las decisiones y los cambios que nos competen a todos los ciudadanos que habitamos esta tierra. Pero, obviamente, existen ciertos grupos de poder, sobre todo económicos, a los que no les gusta nada que una generación nueva se capacite, eduque e interese en los avances de nuestra economía y en cada tema que ponga en riesgo el crecimiento de nuestra nación.
Durante gran parte de los 90 y a principios de 2000, más precisamente en diciembre de 2011, los jóvenes vivimos uno de los momentos más decepcionantes que se puedan recordar en materia de descreimiento hacía la política, hacía las instituciones. La falta de líderes nos llevó a pensar y repensar la posibilidad de construir los cimientos de nuestros sueños, en la tierra que nos vio nacer. En la tierra de nuestros abuelos, padres y que en algún momento de nuestra niñez, nos habían inculcado, que debían nacer nuestros hijos. Todo esto estaba en riesgo, era difícil soñar con un cambio de 360 grados en una Argentina devastada por los grupos económicos que con la complicidad de los dirigentes de turno, rifaban al mejor postor, no sólo nuestras fábricas, empresas, tierras, sino algo muy importante para la juventud…..nuestros sueños.
En 2003 el cielo se ilumino y apareció un tal Néstor Kirchner para cambiar el rumbo, para mostrarnos a los jóvenes que era posible tener una ARGENTINA PARA TODOS. Una nación en la que los sueños de nuestros padres y abuelos, fueran tangibles. Esto posibilito, que de a poco, no sin mirar de reojo, muchos jóvenes vovolviéramos creer en la política y por ende, en nuestras instituciones. Las mil y una decisiones tomadas por el ex presidente, hicieron que los jóvenes comencemos a transitar con mayor seguridad y apego, la militancia. Salimos a las calles, a los barrios, conocimos las necesidades de nuestros vecinos, las analizamos y comenzamos a actuar.
Pasaron 7 años, ya, de ese momento histórico para la juventud Argentina, en la que la aparición de Néstor Kirchner nos devolvió la confianza en nuestra tierra, y en nosotros mismos. Pero hoy, cuando los sueños se multiplican, y los esfuerzos se redoblan para poder cumplirlos, aparece un sector de la vieja dirigencia, que junto a los grupos económicos, que se cansaron de vivir a costillas del pueblo, comienzan a incomodarse con los jóvenes. Hablan de patotas, de delincuencia, de servidores del poder etc. Será que en estos últimos años, el volver a creer en nuestras instituciones, nos ha llevado a la militancia joven a defenderlas hasta las últimas consecuencias, porque está en juego, nada más ni nada menos, que nuestro futuro y el de nuestros hijos. Obviamente a estos grupos de poder absoluto, les molesta que las riquezas se dividan entre el pueblo postergado de los últimos 30 años, y no se quede en manos de ellos……que a la postre, son la minoría que se enriqueció fraudulentamente en las décadas anteriores.
Para la juventud de hoy, la militancia es una condición de la política, a la que hombres y mujeres se entregan cuando en un determinado momento de sus vidas se dan cuenta que ésta sólo tiene sentido comprometiéndose en la resolución de las problemáticas e injusticias de otros, y trabajando día a día por el ideal de una sociedad mejor. Además, los militantes creemos y soñamos en las utopías, porque sin sueños es imposible militar. Y en este sentido, creemos que el modelo de país que se inició con Néstor Kirchner en mayo del 2003, nos ha devuelto la capacidad de soñar, y de creer que una Argentina mejor es posible. Por este modelo, que se sostiene a partir de firmes convicciones y valores, hemos recuperado la confianza de miles para involucrarse y sostener que vale la pena participar en la política. Por eso, creemos que es fundamental que este año sigamos profundizando el modelo que a nivel nacional conduce la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y que acompaña el gobernador Daniel Scioli haciendo protagonista a la provincia de Buenos Aires de una Argentina donde se gobierna cada día para que sea grande para todos. Con este modelo peronista sentimos que hoy la militancia recuperó su sentido.
Sostenemos que la militancia es un estilo de vida, y una de las formas de expresar el compromiso a la causa es a través de la militancia política. Todos los militantes políticos creemos en nuestras convicciones para con ellas realizar las transformaciones necesarias. Uno puede reivindicar su condición militante en los partidos, agrupaciones, ONGs, iglesias, como también en la web. Las redes sociales representan un espacio accesible para el debate de ideas y para fijar opiniones.
Por todo esto…..sigan preocupándose, ya que luego del 27 de octubre del año pasado, cuando se fue nuestro líder Néstor Kirchner, florecieron cientos de miles de jóvenes dispuestos a construir sus sueños en esta tierra, en la de nuestros abuelos, padres y que con seguridad, también será la de nuestros hijos.
SECRETARIA DE JUVENTUD
PARTIDO JUSTICIALISTA MAR DEL PLATA
ARIEL GRECO