La municipalidad pagó con fondos afectados, los haberes de marzo del Sindicato de Trabajadores Municipales, con recursos de proveedores y de obras que ya tenían otro destino. “En este esquema hay que cortarle las manos”, es la definición en términos mafiosos, que se maneja en el argot a quienes saquen los pies del plato, principio patagónico que es la ultranza en los manejos del poder. No había crédito (plata en los cajeros del Banco de la Provincia de Buenos Aires) hasta el 8 o 9 de abril, pero prevaleció el acuerdo con el Sindicato de Trabajadores Municipales para cerrar un aumento debajo de la inflación para todo el 2010, estaba en marcha un acuerdo salarial para este año. Y Pulti una vez más jugó a fondo.
Los argentinos comenzarán a correr detrás de la pelota, conviviendo con la inflación y la inseguridad, con los problemas institucionales, además con la sensación inequívoca, que se está desmoronando una hegemonía política, que tiene directa relación con un modelo económico, que para no derrumbarse debe sostenerse con el crédito externo. Es un no retorno que ha crecido con las complicaciones de caja.
Este razonamiento puede aplicarse a la nación, a las provincias y a los municipios. Obviamente, General Pueyrredón no es la excepción. Hay mucha desconfianza, en la relación de la pulcritud que exigía Pulti como concejal. Aparece ahora manchada, sucia y hay quienes, en su propio riñón, no están dispuestos a barrer la basura debajo de la alfombra.
Es que la proyección asusta, el déficit acumulado es de $ 20.000.000 desde la asunción. La cobrabilidad no está en su mejor momento y nadie sabe de dónde saldrán los millones necesarios para bancar el 22 % de aumento a los trabajadores municipales.
Una ley de la provincia, de la cual disfrutó Scioli e intendentes bonaerenses, cuando el oficialismo era mayoría, permitió que el gobierno municipal, pagara los sueldos el 1º de abril. Ni más ni menos que echar mano a fondos afectados, para abonar haberes salariales. Algo impensado en administraciones anteriores. Pulti en este caso hubiera pedido pelotón de fusilamiento para el intendente de turno. La actual composición de las Cámaras Provinciales haría imposible esa ley, dado que perdieron la elección de medio término.
Pero ese ruido de cascabeles, que se pretende hacer escuchar no es tal. No hay fiesta ni mucho menos. Hoy la municipalidad está conectada a un respirador artificial. Y los extremos se disparan, los del gasto y los de la recaudación. Esta tendencia crece, en función de cómo se ejecutan obras con fondos extraños, que generan obligaciones domésticas que tarde o temprano harán saltar la térmica.
Hay filtros que ya hacen oídos sordos a los cantos de sirena, y que desde hace mucho tiempo han comenzado a desconfiar del contador que es intendente municipal. El plan Scioli y sus variantes, es un acoplado cargado de festivales de anuncios optimistas, de los que no se aparta el jefe de la comuna.
Pulti tendrá dificultades en su propio bloque para avanzar con sus proyectos, la oposición hará su trabajo con horas extras y a destajo. Hay cimientos que comienzan a conmoverse, ya que las dificultades están en la superficie. Nadie quiere capear el temporal de una aventura política, con un destino incierto, los márgenes se están acotando y las responsabilidades aumentando. Aprile se tuvo que ir luego de un 70 % de imagen positiva y con 15 concejales de su palo en las bancas.
Cuando la pelota comience a rodar en Sudáfrica, la gente estará en otra cosa. Diego Maradona y sus muchachos serán una de Luis Sandrini, nos harán reír y llorar, y las maradonianas conductas nos mantendrán entretenidos, casi 90 días. Luego vendrán los ecos, las peleas y el cabaret de la Selección Argentina, esto será inevitable.
Si el panorama previo es desconcertante, no es más previsible el devenir de los próximos meses de indisimulable carga política. El ala kirchnerista, de la que ha decidido formar parte el gobierno municipal, entrará en convulsiones. Nada asegura que sea perdurable incondicionalmente, quienes lo acompañan a la hora de las serpentinas y el papel picado. La inflación ya se comió el aumento de tasas que se aprobó a partir de este mes.
Si bien no cunde el pánico, hay quienes han decidido pisar el pedal de freno. El Estado Municipal se está agrandando, es evidente. Las dificultades económicas, están a la vista, y las primeras señales son el desfinanciamiento de las cuentas públicas. Predio de disposición final, emisario submarino, CEMA, recambio y potenciación lumínica etc. habrá que pagarlos y sostenerlos. No está en discusión que se ejecuten, hay que celebrarlo. Pero esta manera de encararlos, han sido rechazados por el 70 % de los votos marplatenses.
Ya hay quienes se están parapetando y advirtiendo, que no pasarán aquellos sueños que se convierten en pesadillas. Ya es hora de plantarse para evitar males mayores. Este festival no tiene a mano las reservas del BCRA ni la ANSES ni AFJP, y todo puede complicarse más si la rebelión de legisladores nacionales, están cada vez más espantados, con todo lo que tenga olor a pingüino.
Pulti no tiene Plan B, en esta encrucijada tira del carro solo, aunque las apariencias digan lo contrario. Casi al borde del sentido común ya no escucha y arremete. Las próximas horas, semanas y meses, comenzarán a despertarse variantes que están como dormidas.
No se pagó el paredón del Cementerio Parque (la primera obra pública de Pulti), no se conformó el fideicomiso de la emergencia económica, se pagan sólo intereses, proveedores aparecen abandonados o se cubren frente a un cliente escasamente fiable, no se aprobará el fondo para reparar calles en el puerto, para no caer en la condonación. La recolectora de residuos 9 de Julio, (que se debe municipalizar en función de la desocupación, pobreza e indigencia y de camioneros que cobran $5.000 más cargas sociales) tarde o temprano tendrá que ir a la yugular para poder pagar los sueldos. ¿Dónde está Héctor Martínez?
La soga que comienza a apretar. No serán momentos fáciles para la Hacienda Municipal, la cobrabilidad no ayuda y la Agencia de Recaudación Municipal, es una incógnita cuando la materia financiera es una técnica que se maneja con números crueles. En esta entelequia se sustentó el presupuesto que aprobó el Concejo Deliberante, gran parte de los recursos que hoy ya están faltando. No debieran descartarse recambios, para cuando todo se complique y la política transforme la alegría, en duros y aciagos momentos. La previsibilidad no figura en este contexto, es más, ni la tienen en cuenta.
Jorge Elías Gómez
jgomez@mdphoy.com